MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Entre extorsiones, millones de mexicanos venden en la vía pública

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Hace algunos días fui testigo de una de tantas injusticias que los que poseen el poder en sus manos cometen con los más desvalidos de nuestra patria; de cómo las autoridades que se creen intocables y poderosas y protegidas por el gobierno cuatroteísta en turno quieren hacer y deshacer a su antojo, torciendo la ley a su favor. 

Acude al llamado de auxilio que un grupo de humildes comerciantes de la vía pública hiciera a la organización antorchista, para que las autoridades de la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Reordenamiento de la Vía Pública (SPARVP) les devolvieran sus carritos con los que diariamente, haga frío o calor, o esté lloviendo, tienen que salir a ganarse la vida, a buscar su sustento ofreciendo sus productos, que van desde frituras, frutas, semillas, elotes, hasta artesanías: lo que se les ocurra; todo es bueno mientras los transeúntes se interesen en comprarlos, hay que seguir ofertándolos porque la necesidad es mucha. 

Los funcionarios de la SPARVP accedieron a devolver los carros a nuestros compañeros comerciantes, que en otras circunstancias no hubiera ocurrido, sólo porque tienen el respaldo del Movimiento Antorchista.

Las autoridades de la SPARVP desde hace tres meses hicieron una redada en Paseo de la Reforma, en donde decomisaron dichos carritos de nuestros compañeros comerciantes, que en su mayoría son jovencitos de menos de 30 años, jóvenes que desde temprana edad se han dedicado a esta actividad porque ha sido el trabajo de sus padres, que al no encontrar otra fuente de empleo tuvieron, como millones de mexicanos que autoemplearse en el comercio informal.

En esta redada, que se llevó a cabo con lujo de violencia, las autoridades, que deberían estar para proteger a los ciudadanos, les arrebataron su única fuente de trabajo y todo porque se negaron a seguir siendo extorsionados, porque no se le puede llamar de otra forma al hecho de que les cobren por vender, primero cuotas de mil pesos semanales, luego el monto se elevó a 2 mil pesos, para en últimas fechas, querían 5 mil pesos, cantidad imposible de pagar como se las exigían, debido a que la venta en la vía pública no da para mucho y sólo alcanza para que vayan sobrellevando su vida y sus necesidades. 

Debido a esta negativa por parte de los comerciantes, las autoridades decidieron, con lujo de violencia y para su escarmiento quitarles sus carritos y llevarlos a la bodega de la SPARVP para su destrucción, cosa que fue impedida porque precisamente se realizó la manifestación a la que me refiero, en donde nuestros compañeros hicieron uso de su derecho a la manifestación que los ampara en nuestra Carta Magna.

En esta gestión fueron recibidos por Krystian Méndez, director de esta dependencia, quien les dijo “que le hicieran como quisieran. Que lo les iba a regresar nada”, este por cierto es un tipo que hace gala de la prepotencia cuatroteísta, y se comporta de forma grosera y soez con los más pobres, casi casi queriendo que le agradecieran sólo el hecho de que los recibió en su oficina.

Ese día, la reunión no avanzó porque era tanto el enojo de este señor quien, por lo visto, no está acostumbrado a que nadie le rechiste ni lo cuestione, y le molestó mucho que los comerciantes le exigieran que les regresaran sus carros y que realizaran esta manifestación. Por ello tuvieron que abandonar esta dependencia de manera inmediata para luego ser citados por Tarín Daniela Muñoz, directora general de esta dependencia, que no canta mal las rancheras en prepotencia; sin embargo, accedió a devolver los carritos a nuestros compañeros. 

Es importante detenerme en este punto, porque los funcionarios de la SPARVP accedieron a devolver los carros a nuestros compañeros comerciantes, que en otras circunstancias no hubiera ocurrido, sólo porque tienen el respaldo del Movimiento Antorchista; prueba de lo dicho anteriormente renglones más arriba, a los pobres e indefensos los humillan y denigran en un claro abuso de poder.

Y como fue denunciado en su momento por una de las vendedoras agraviadas, muy joven por cierto, de apenas veinte años de edad, quien es parte de la etnia otomí, la misma que denunció que Krystian se burla de ellos por la forma cómo se expresan y por ser precisamente indígenas. 

Hoy fueron devueltos los carritos de nuestros compañeros para que puedan seguir trabajando; sin embargo ¿cuánto tiempo pasará para que de nuevo les sean arrebatados?

Cuántas veces nos enteramos de este tipo de redadas que las autoridades hacen, claro contra a aquellos que no pagan su cuota, porque desgraciadamente así se mueven estas corporaciones: si pagas los que te exijo no te molesto, me hago de la vista gorda, pero pobre de ti que no pagues porque entonces te echo todo el peso de la corporación policiaca, para lastimarte, para golpearte, para hostigarte, para que no puedas vivir una vida en paz, sino que estés con el miedo constante de que llegarán de nuevo los verdugos a arrebatarte tu fuente de trabajo, y pensando en que no tienes más recursos para seguir comprando tus mercancías ni tus carritos para venderlas. 

Esta situación es sumamente injusta y criticable, sobre todo de un Gobierno que se ufanó al asegurar que cuando llegara al poder sería un gobierno genuinamente que gobernaría para los más desfavorecidos, pero del que hoy vemos el abuso de poder a flor de piel, la corrupción al por mayor, y una clara violación al derecho que tienen los mexicanos al trabajar de manera honrada para obtener lo necesario para mantener a sus familias.

¿Es mucho pedir? Por lo visto sí, porque el Gobierno no ofrece un trabajo estable y miles de familias tienen que autoemplearse vendiendo lo que se les atraviese. “En México, poco más de 32 millones de personas se encuentran en condiciones de informalidad laboral, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE)” (El País, 20 de junio de 2023). 

Esta es la realidad mexicana: por un lado, un gobierno que todo ve color de rosa, porque quienes lo integran son personas que no están padeciendo pobreza, que ha tomado fuerza también como consecuencia del desempleo que se agudizó en este sexenio, y por otro lado, millones de mexicanos que no saben qué comerán mañana, porque su subsistencia depende de un carrito de fruta picada o botanas, y de las intenciones de los transeúntes que quieran comprar tus productos.

Esa es la triste realidad de nuestros compañeros y la de miles que se encuentran en esta situación, que tienen que andar toreando a las autoridades para que no les quiten lo poco que pueden ganar a través de la venta.

Antorcha seguirá encabezando este tipo de luchas justas, sin embargo, es difícil pelear con el monstruo que está allá afuera, coludido para atacar en cuanto ve que alguien se opone a sus medidas represivas, sin embargo es menester que más ciudadanos se concienticen de la labor tan humana que realiza el Movimiento Antorchista; que se sumen a esta labor y que luchen del lado de los más pobres. Hay mucho que cambiar en nuestro país; hay mucho qué corregir, porque cada día nuestro país se va más a pique, y nosotros junto con él. 

No permitamos que nos hundan en el fango, como pretende la 4T, con todos sus funcionarios corruptos. Alcemos la voz cuando veamos una injusticia, no permitamos que a sus anchas quienes están enquistados en el poder se burlen y sobajen a los más pobres.

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