Sin duda nos encontramos ante una pandemia que está causando estragos en el mundo, primeramente, porque está llevando a la tumba a miles de seres humanos y segundo, porque está dejando a muchos países al borde de la miseria económica.
Hasta el momento no existe cura para este mal, el Covid-19, y a los enfermos en México si bien les va se les manda a su casa con paracetamol, y si se complica la enfermedad en la vías respiratorias, se les atiende o se mueren. Hasta hoy en México han enfermado 1,668 personas, 60 lamentablemente fallecieron y hay 5,398 casos sospechosos.
Es terrible la duda que prevalecerá por siempre: ¿Por qué mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba a nuestro país en la etapa 2, la cuatroté dirigida por Andrés Manuel López Obrador seguía dando vueltas al asunto, tratando de que no se hablara ni actuando para aplicar medidas para salvar la vida de los mexicanos. AMLO prefería como disco rayado hablar de la etapa de transición, de su mafia del poder y de la rifa del avión, hasta que la realidad lo golpeó en el rostro y fue prácticamente obligado por las circunstancias y la presión mundial a declarar estado de emergencia para atender este grave padecimiento.
Lo único que puede observarse con esta trama del gobierno mexicano, es que no se está siguiendo una verdadera estrategia para contener a este virus maligno, a pesar de que tenemos ejemplos importantes qué seguir para atacarlo, como el de China, quien se dio a la tarea de aplicar miles de pruebas para detectar a los enfermos y aislarlos para evitar que la enfermedad se diseminara hacia personas sanas.
Curiosamente aquí en México no se permite que se apliquen este tipo de pruebas al por mayor y quien desee hacerlo para verificar su salud se encuentra con un conocido deficiente sistema de salud, el cual está muy golpeado y lastimado por los recortes gubernamentales, y los pocos hospitales privados que aplican estas pruebas sus precios no son accesibles para los más pobres.
Un día sí y el otro también podemos observar en los medios de comunicación cómo decenas de trabajadores de la salud, entre médicos y enfermeros, se manifiestan en distintos estados y en la mismísima capital del país, externando que los mandaron a una guerra forzosa sin armas para enfrentar al enemigo, porque ni si quiera cuentan con los mínimos elementos para proteger su salud, ya que no hay recursos para mantener una atención seria y sin riesgos.
Esto debería ser una vergüenza y una mancha muy vergonzosa para un mandatario como López Obrador, quien pregonó por casi dos décadas que él era la opción más confiable para que nuestro país saliera adelante, porque primero estaban los pobres decía en su eterna campaña AMLO, y lo expreso así, porque parece que el señor aún continúa en campaña y no ha tomado la investidura presidencial porque no se aplica. Una de dos: o no sabe qué hacer o le vale lo que pase con el país y con todos los mexicanos.
El señor se dedica a codearse con los personajes más acaudalados de México, esos a los que llamaba la mafia del poder y ahora se lleva con piquete de ombligo y toda la cosa; además se atrevió a manifestar masivamente que esta pandemia le vino como anillo al dedo al país para afianzar a la cuarta transformación.
Nunca se había visto que un político descaradamente externara sus deseos de utilizar a su favor una desgracia internacional, esta pandemia la que lastimosamente va dejando miles de muertos a su paso en todo el mundo. Dijo, López Obrador creyéndose "El señor de los anillos", debería decirlo de frente a los mexicanos que han perdido a algún familiar por creer en un mesías como usted que los engañó, diciéndoles que era el cambio encarnizado, que solo confiaran y votaran, y hoy está enseñando el cobre descaradamente hundiendo al país en el precipicio del que será difícil sacarlo.
Y este descontento con López Obrador ya se deja ver y se acentuará más en los próximos tiempos. Por ejemplo, según la encuesta Mitofsky se confirma otra semana a la baja con el señor López. Con lo que se acumulan 14 semanas y 11 puntos de aprobación perdidos en este año, llegando a un "honroso" 48.3 por ciento. molkia osdo, primermos cieron y hay 5,398 sospechososn l señor lopz. con que ando el cobreerno creuendose el "ra proteger su s
Sólo resta esperar a que los mexicanos que aún están dormidos y tienen una venda en los ojos despierten y se arranquen esa venda que no los deja ver, que no solamente en esta pandemia, sino por la forma de actuar del presidente de la república está llevando al país al fracaso, para prepararnos para sacarlo de las cenizas y poder heredar a los que siguen un país más justo y próspero. México debe resurgir de las cenizas. Saldremos adelante y entonces ¡manos a la obra!
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