Nada en este país se salva de las acciones poco inteligentes, improvisadas y hasta absurdas que ha tomado el gobierno de la Cuarta Transformación con Andrés Manuel López Obrador, en torno a temas de mucho interés y preocupación del pueblo de México, pues de esas decisiones depende su estabilidad económica y seguridad.
No podemos olvidar su actuación indolente con respecto a la crisis en salud, originada por las pandemia, que costó, lamentablemente, la vida a más de 350 mil víctimas, según cifras oficiales, y que ocasionó dolor y sufrimiento a millones de mexicanos víctimas de la enfermedad, y donde la mayoría, tenían claro que los hospitales estaban saturados, que el personal médico estaba exhausto, que no contaban con material médico, tampoco con medicina, y al frente de este problema nacional, un hombre que prefería quedar bien con su jefe que salvar la vida de los mexicanos.
Podemos enumerar diversas acciones en torno a la salud, pare ello, está el ejemplo de los padres y familiares de los niños con cáncer que al ver a sus hijos correr un peligro mortal al quedar sin medicinas, tuvieron que recurrir a las manifestaciones en diversas partes de la Ciudad de México, incluido el aeropuerto, para hacerse escuchar por parte del Jefe del Ejecutivo, que lejos de conmoverse por la angustia de los afectados optó por calumniarlos, en fin, se habla que se ha incrementado el número de mexicanos que no tienen acceso a la salud, pue pasamos de 16.2 a 28.2 por ciento, es decir, un aumento de 12 puntos.
Cómo ignorar ahora la política económica del presidente Andrés Manuel López Obrador que lejos de disminuir la pobreza en nuestro país, ésta se ha incrementado a 3.8 millones de pobres más, y en el caso de la pobreza extrema que pasó de 7 a 8.5 por ciento, lo cual significó un aumento de 8.7 a 10.8 millones de personas en dos años; o sea, 2.1 millones más, ahora esta situación se agrava por el alza de costos de los productos de la canasta básica que hará cada vez más difícil que los mexicanos se alimenten en cantidad y calidad suficiente, ya se avizora una hambruna mundial y nosotros no seremos la excepción.
Pero no son suficientes estás acciones por parte del gobierno para dejar una estela de afectaciones a los pobres, ahora la genial titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez acaba de promover un anteproyecto para que no haya alumnos reprobados en primaria y secundaria, además de establecer que no se considerará la asistencia del 80 por ciento, estas y otras propuestas como la de los cambios ocurridos en las escuelas de tiempo completo, dan clara idea de la falta de visión de quienes dirigen la educación en nuestro país, que en evaluaciones internacionales se ha colocado en los últimos lugares, pues nuestros jóvenes de secundaría salen reprobados en lectura, matemáticas y ciencia.
En fin, no sé a dónde voltear sin encontrar daños a los humildes; estamos en tiempo de lluvias, las primeras tormentas tropicales y huracanes ya están haciendo sentir su presencia y el gobierno aún no nos dice de dónde va a sacar recursos para ayudar a los miles de damnificados si desapareció el FONDEN.
Por último, y no llego al final porque falten más ejemplos, sino por no aburrir más a mis escasos lectores, sólo mencionaré otra de las graves crisis que sufre el país y es la de la inseguridad; en días recientes se difundió la noticia de la muerte de dos sacerdotes jesuitas que hacían labor social y humanitaria en un municipio pobre y marginado del estado de Chihuahua habitado por indígenas raramuris, la descripción que se hace del despiadado crimen da idea de la bestialidad e irracionalidad con que actúan los delincuentes, sabedores de que nunca recibirán castigo, y esto, es prueba del fracaso rotundo de la política del combate a la delincuencia del gobierno de López Obrador. El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, declaró con razón que: “Nuestro México está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos”.
Pues bien, crisis, crisis y más crisis gracias a una conducción errónea por parte del gobierno que hizo de su campaña el slogan de “primero los pobres”, y no falló, son primero los pobres los que padecen hambre, desempleo, ignorancia, enfermedad y muerte… y por ello, son los pobres y sus familias lo que deben tomar conciencia de que no hay otra alternativa para cambiar el rumbo del país que su organización y su lucha férrea y decidida por construir una patria más soberana y justa para todos sus hijos.
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