MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Hiroshima y Nagasaki, el innombrable verdugo

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Se cumplieron 79 años de la pavorosa y cruel destrucción de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, provocada por el estallido de las bombas nucleares que Harry S. Truman, en ese entonces presidente de los Estados Unidos, ordenó lanzar sobre ambas ciudades, causando la muerte, lesiones, mutilaciones y enfermedades graves e incapacitantes a cientos de miles de personas. 
Al igual que en años anteriores, ninguno de los gobiernos aliados de Estados Unidos o alguno de los intelectuales que navegan con banderas de progresistas se atrevió a poner en sus justos términos y condenar a fondo ese asesinato masivo de niños, adultos y ancianos que vieron descender la muerte desde los aviones norteamericanos, todo para que E.E. UU. se estableciera como el amo del planeta amenazando con su nueva arma destructiva a la URSS y al mundo entero.

En la ceremonia conmemorativa de este año, realizada en Hiroshima, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ni siquiera se atrevió a mencionar por su nombre a Estados Unidos, cuyo gobierno fue el victimario de entonces pero que ahora es aliado de Japón. En cambio, el gobernante japonés atacó a Rusia, como lo había hecho meses antes: “En abril de este año, Kishida ya abordó ante el Congreso de EE.UU. el tema de una supuesta «amenaza nuclear rusa», llamando a Washington a reforzar los lazos con Tokio. «Ante esta realidad, se requiere más que nunca una estrecha coordinación entre Japón y Estados Unidos para garantizar que la disuasión que proporcionan nuestros aliados siga siendo creíble y resistente» (abyayala.tv.bo, 7 de julio de 2024).  

¿A qué “disuasión” se refiere el primer ministro de Japón? A la fabricación a gran escala y posterior emplazamiento de armas nucleares por todo el planeta, para garantizar el dominio imperial de Estados Unidos sobre recursos y territorios, plan que se potenció en agosto de 1945 con el terror provocado por las bombas estadounidenses sobre civiles japoneses; acciones violentas, innecesarias y antidemocráticas como ninguna otra, que jamás han sido motivo de un enjuiciamiento en alguna Corte de Justicia internacional y tampoco han provocado contra los responsables un bloqueo internacional comercial como el que sufren muchos países acosados por las potencias dominantes y jamás se ha dado una condena unánime contra el agresor de esas ciudades inermes. Al contrario, con el paso de los años, el verdugo ha logrado que se omita cualquier mención a su nombre en la escena del crimen, como ocurrió este año en que el primer ministro japonés guardó un imperdonable silencio.

En vez de condenas y bloqueos contra los guerreristas, se han actualizado las coartadas para potenciar aún más la fabricación y el emplazamiento de armas nucleares estadounidenses y de la OTAN. Veamos un ejemplo elocuente: en julio de este año en el estadounidense Instituto Nacional de Estudios de Disuasión hubo un desayuno con el sugestivo y agresivo nombre de "Paz a través de la Fuerza" (sic). Ahí, la señora Jill Hruby, directora de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA por sus siglas en ingés) de los Estados Unidos, un organismo que sostiene que uno de sus objetivos estratégicos es  “prevenir la proliferación de armas nucleares y reducir la amenaza del terrorismo nuclear y radiológico en todo el mundo” (omite decir que en realidad se refiere a prevenir la proliferación de armas nucleares de otros países, pero no del armamento estadounidense) pronunció un discurso para justificar el incremento de armas nucleares estadounidenses y solicitar mayor presupuesto para tal fin.

Entre bocado y bocado del desayuno de “Paz a través de la Fuerza”,  los asistentes escucharon el guion oficial para culpar a otros del incremento del arsenal nuclear estadounidense. “Nos enfrentamos -dijo Hruby- a crecientes amenazas de armas nucleares de Rusia y a un arsenal nuclear en expansión en China. Rusia ha estacionado armas nucleares en Bielorrusia, ha fortalecido su asociación con China y ha desarrollado nuevas asociaciones militares con Corea del Norte e Irán (… ) Además de ampliar el ritmo de producción de armas nucleares, China ha demostrado una increíble capacidad para mejorar sus sistemas de entrega, incluido el despliegue de misiles hipersónicos más rápido que los Estados Unidos. A menos que esta dirección cambie, China será un adversario nuclear con un poder económico significativo”. 

Esta funcionaria, al igual que todo el aparato de propaganda de la OTAN, buscan sembrar la idea de que la carrera armamentista inició hace poco y el incremento de las armas nucleares es culpa de Rusia, China y sus aliados. Pero esa es una versión manipulada, que nada menciona de los ataques nucleares que los norteamericanos lanzaron contra civiles japoneses en 1945, ni de toda la gigantesca operación para instalar por todo el mundo bases militares, hasta alcanzar más de 750 (aparte de los submarinos nucleares), varias de ellas armadas con misiles nucleares, con las cuales buscan rodear a Rusia, invadirla y repartirse su territorio (según el plan de la Rand Corporation, el think tank más poderoso de EE. UU.), amenazan a China y casi a cualquier país que ellos señalen como objetivo. Se oculta deliberadamente que el incremento de las armas nucleares por parte de Rusia (antaño integrante y cabeza de la URSS), de China, de Corea y de otros países ha sido en respuesta a la amenaza de ser engullidos por el poderío militar estadounidense que ha protagonizado la mayoría de las guerras e invasiones en el siglo XX y lo que va del XXI.

Para demostrarles, aunque sea involuntariamente, el afán guerrerista y pro nuclear del imperialismo estadounidense, los comensales del citado desayuno “de la Paz” recibieron la noticia de que los Estados Unidos han modernizado recientemente su armamento nuclear: “Como resultado de las inversiones realizadas en las administraciones de Obama, Trump y Biden, la NNSA pudo entregar más de 200 armas nucleares modernizadas al Departamento de Defensa el año pasado. Esa es nuestra entrega más grande de un año desde el final de la Guerra Fría”, afirmó Hruby, quien dio otros detalles y solicitó presupuesto, aspecto en el que no se ve muy claro el panorama para la ex potencia dominante, puesto que el declive económico de los Estados Unidos es muy claro y le impide, como sería su deseo, hacer un despliegue multimillonario de recursos para seguir llenando de bombas nucleares el planeta y así controlarlo y expoliarlo a su gusto.

Ante esto, pienso que la única manera honorable, humana, verdaderamente revolucionaria de honrar a las víctimas de Hiroshima, Nagasaki y de todas las guerras imperialistas, nombrar y castigar a sus victimarios e impedir que vuelvan a ocurrir esos horrores, es la lucha de todos los pueblos para volver imposible el dominio imperialista de Estados Unidos, esa agresiva potencia hija del capitalismo que entre otros daños tiene al mundo al borde de una guerra nuclear. El primer escalón es construir un mundo multipolar, sin potencias dominantes ni colonialismos, gigantesca tarea hoy encabezada por Rusia y China.

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