Después de la emboscada mediática que nos preparó el gobierno del estado de Hidalgo, encabezado por el Lic. Omar Fayad Meneses, y luego de casi ocho meses de la actual administración, las cosas no auguran nada bueno para el pueblo hidalguense: ninguna obra de las pendientes de la administración anterior se ha hecho; ninguna acción en beneficio de los hidalguenses organizados en Antorcha se ha cumplido. El argumento, archiconocido por todos los mexicanos: "no hay recursos". Es decir, para darle o mejorar la vivienda, que es un derecho constitucional, no hay presupuesto; para dotar de agua potable, luz eléctrica, drenaje, caminos, escuelas, etc. no hay dinero; el gobierno del estado no cuenta con recursos económicos, según dice. En colaboración anterior recordarán, como dice Catón, mis dos lectores, que les informaba que la actual administración estatal en voz de su secretario de gobierno, Lic. Simón Vargas Aguilar, en la última reunión que nos hizo favor de recibir al Comité Estatal antorchista, nos comunicó, de una forma por demás irrespetuosa, que sólo habían destinado 50 millones de pesos para todas las obras solicitadas por Antorcha, sin importar que, a decir de ellos mismos, las que se consideran indispensables, requieren una inversión para el presente año de no menos de 500 millones. Para los antorchistas, ninguna novedad representan estas respuestas del gobierno; novedad fuera que hubiésemos encontrado sensibilidad, apertura y capacidad de solución para sus gobernados; pero desgraciadamente, al pueblo le recetan más de lo mismo: ataques, calumnias, amenazas, etc., con tal de que nos dobleguemos ante el poder y abandonemos la insistencia a la solución de las peticiones de los más necesitados de la población hidalguense, peticiones muy elementales que en la mayoría de los casos llevan décadas de espera ante las diferentes instancias gubernamentales.
Pero, por un lado, nos dicen, "no hay recursos" para agua, vivienda, etc., y por otro, leo, la verdad no con sorpresa - porque ya dije, que nos estamos encontrando con más de lo mismo – que: "el gobierno estatal prospecta incrementar su infraestructura industrial en más de 800 hectáreas, mediante la promoción y desarrollo de nuevos parques industriales en la zona metropolitana de Tulancingo, el corredor industrial del Altiplano, la región Tula-Tepeji y Valle Tizayuca, y con ello estar en capacidad de aumentar la captación de nuevas inversiones, informó el titular de la Sedeco [Secretaría de Desarrollo Económico], José Luis Romo. Recordó [José Luis Romo] que al inicio de la actual administración fue realizado un diagnóstico de los parques industriales en operación, cuyo resultado condujo a la implementación de un programa integral para su mejoramiento y ocupación sistemática. De esa forma, solo de septiembre a la fecha se invirtieron más de 50 millones de pesos para mantenimiento y ampliación de infraestructura" (subrayado de GOU) (El Independiente de Hidalgo, martes 18 de abril de 2017).
Es decir, para resolver las demandas elementales de la mayoría de los hidalguenses, no hay dinero; tampoco para dotar a los hospitales de suficiente personal, equipo y medicinas, pero para dárselo a los grandes empresarios a través de "mantenimiento y ampliación de infraestructura" de sus parques industriales, no se escatiman recursos. Insisto, más de lo mismo. En las dos administraciones anteriores, que tienen su origen en el mismo grupo político-económico, se realizaron fuertes inversiones para ofrecer "condiciones óptimas" a la inversión privada y generar empleos, inversiones, la mayoría de ellas fallidas, como lo señalamos en su momento y lo sabe la mayoría de los hidalguenses: la refinería de Tula, el predio de 700 hectáreas costó 1,500 millones de pesos, que el gobierno de la entidad adquirió a través de un préstamo con Banorte, que terminará de pagar en enero de 2027, y por el cual eroga mensualmente, entre intereses y abono a capital, 15 millones de pesos, aproximadamente. "...La deuda que se adquirió con Banorte para la compra de las tierras es a 20 años, por las que el gobierno de Hidalgo ha pagado anualmente más de 100 millones de pesos, sólo de intereses" (Criterio Hidalgo, 30 de abril de 2015). Otro gran proyecto frustrado, como todos sabemos, es el del aeropuerto alterno al de la Ciudad de México: se adquirieron 1,500 hectáreas en el Valle de Tizayuca para tal efecto; resultados: dinero sin ganancias y tierras ociosas. También el gobierno de Hidalgo, ante la posibilidad de la llegada de la empresa automotriz BMW en el municipio de Apan, adquirió más de 600 hectáreas, hasta hoy ociosas. Y nos dicen, nuevamente, que: "el gobierno estatal prospecta incrementar su infraestructura industrial en más de 800 hectáreas..."¿Y los pobres cuándo, señor gobernador?
¿Cuándo realmente programará vivienda para todos los sin casa? ¿Cuándo los hospitales serán completamente equipados? ¿Cuándo las escuelas dignas? ¿Cuándo llegará la justicia social a los verdaderos creadores de toda la riqueza nacional y se les dejará de dar sólo limosna social? Respuesta: cuando el pueblo organizado y consciente luche por ello, cuando el pueblo tenga en el gobierno a un verdadero representante de su clase; de eso no cabe duda. Por lo pronto, antorchistas, aprestémonos a luchar para que el gobierno cumpla con su obligación y con la ley, resolviendo las demandas de todos los pueblos y colonias populares organizados en el Movimiento Antorchista. ¡Preparémonos con todo para continuar la denuncia pública, informando que en Hidalgo tenemos más de lo mismo: demagogia, represión administrativa, insensibilidad política y oídos sordos ante las grandes carencias de la población; dispongámonos para marchar en miles en los distintos municipios y frente a palacio de gobierno y, obviamente, de ser necesario, y al no dejársenos otra alternativa, regresar a Plaza Juárez con un masivo y combativo plantón!
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