A través de uno de los recientes reportes de la Subsecretaría de Empelo y Productividad Laboral, dependiente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), se dio a conocer que Jalisco registró una tasa de desempleo de 2.3 por ciento, porcentaje que supera el 3.2 de la media nacional con lo cual, la entidad se coloca como el estado líder en generación de empleos del país. Se reporta que de los 3, 647,376 del total de ocupados, 640,972 son trabajadores por cuenta propia, 220,818 son empleadores, 133,229 trabajan sin pago y 2, 652,537 son asalariados, de los cuales solo 1, 738,722 se encuentran asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El gobierno jalisciense ha estado publicitando que, con la generación de más de 93 mil empleos, Jalisco se logró poner en el primer lugar nacional en 2017, por encima de la Ciudad de México y el Estado de México, al respecto se han encontrado opiniones de algunos expertos en la materia quienes, sostienen que el boom laboral se debe al crecimiento económico y la devaluación del peso frente al dólar, estos factores permitieron al Estado atraer más inversiones y ofrecer más puestos de trabajo. Pero por otro lado los propios líderes empresariales señalan, que ahora el problema estriba en que estos empleos no son bien pagados ya que, esta situación no era una de las prioridades al generar los empleos.
Con respecto a los salarios de los trabajadores, los empresarios, a través de sus líderes, aseguran que mejorarán precisamente por la "sobredemanda", dicen "Hay mano de obra, por lo que el mercado laboral ajustará por sí mismo las percepciones", ya que éste mercado es como cualquier otro que responde a la oferta y la demanda. No obstante, el rezago se mantiene en el nivel salarial toda vez que, según los propios registros del IMSS, seis de cada 10 empleos formales en Jalisco reciben como pago tres salarios mínimos o menos. Lo que implica que la política pública orientada en atraer y retener inversiones, para la generación de empleos, se resume en: sí hay trabajo, pero mal pagado.
Hay otra parte muy importante de los datos reportados por la citada Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral. Entre trabajadores por cuenta propia, empleadores y los que trabajan sin pago, suman casi un millón de jaliscienses, quienes están considerados como personas con ocupación, es decir, con empleo. Como es sabido de acuerdo a las estadísticas oficiales, en estas clasificaciones se encuentran hombres y mujeres de baja escolaridad, con bajo rechazo al riesgo, el trabajo de estos grupos es de baja productividad pues, se trata en su mayoría, de pequeños comerciantes, vendedores ambulantes o semifijos y personas que llegan a crear unos cuantos puestos de trabajo en sus pequeños establecimientos.
Los resultados brevemente expuestos indica que la medida unilateral que impulsa el gobierno de "alentar el mercado de trabajo", es un remedio peor que la enfermedad, pues los empleos que se han llegado a generar, por este mecanismo, son de mala calidad, los mexicanos que están ocupados, pese a las extenuantes jornadas laborales a las que son sometidos, en detrimento de sus condiciones físicas y espirituales, no reciben lo que por derecho les corresponde, impidiendo que puedan acceder a los satisfactores materiales como vivienda digna, salud, cultura, deporte, entre otros que son indispensables para que los trabajadores puedan desarrollarse como seres humanos íntegros.
Urgen medidas más racionales, económicamente viables y sencillas de entender. De esta manera, ante el difícil panorama laboral, que se vive en Jalisco y el país, encajan perfectamente dos de los cuatro ejes económicos que propone el Movimiento Antorchista Nacional para acabar de raíz con la pobreza histórica de nuestra Patria, en la primera propuesta plantea que el Gobierno y la iniciativa privada, es decir no solo los empresarios, deben crear empleos dignos para todos los que puedan y quieran trabajar; en la segunda, la necesidad de incrementar los salarios de la clase trabajadora del campo y la ciudad, estas medidas de carácter estructural, más la tercera que plantea una reforma fiscal equitativa y la cuarta en la que se exige una reorientación social del gasto social hacia los sectores más marginados y olvidados, necesitan ser implementados urgentemente, en caso contrario los remedios que se busquen para resolver los desastres económicos, seguirán siendo peor que la enfermedad.
Está claro que el pueblo trabajador sigue sufriendo todo tipo de flagelos sociales ya que, no solo se le explota, sino, también se le engaña. Además, los gobiernos se niegan a atender el clamor popular. De esta manera se pone en primer plano que los Gobernantes en turno abandonen la sordera oficial y atiendan y resuelvan los reclamos de sus gobernados, que ya están sumamente ofendidos, quienes en cualquier momento pueden abandonar su carácter pacífico y levantarse en contra del sistema de libre empresa. Que conste.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario