Toda clase social al colocarse al frente del poder político se ha cuidado de darle un lugar preponderante a aquello que le servirá para construir el nuevo poder instaurado.Esto ha sido así porque los grandes genios de la humanidad siempre vieron y consideraron que la construcción de una nueva sociedad o forma de gobierno, no podía salir como Minerva de la cabeza de Júpiter, sino que se tenía que construir sobre la base de los elementos del viejo régimen, claro está, elementos progresistas que aceptaban las nuevas condiciones creadas.Si en términos generales esta premisa es válida, lo es también en lo que se refiere al conocimiento científico.Por ejemplo, Alejandro el Grande respetó y elogió los grandes avances científicos de la cultura Persa a quien había conquistado, o Lenin cuando después de la Revolución Rusa de 1917 mantuvo arquitectos, ingenieros y hombres de ciencia que aceptaron servir al nuevo gobierno para construir la naciente sociedad socialista.Es claro que esto era así mientras se formaban los nuevos científicos que le servirían al país de los Soviets como fue demostrado posteriormente.
Actualmente, para el autodenominado "gobierno de izquierda" de la Cuarta Transformación (4T) esta premisa no es válida, porque desdeña el importante papel del conocimiento científico en todos los ámbitos de la vida económica, política y social.Estamos frente a un gobierno dogmático y reaccionario que nada tiene de "izquierdista".En junio del año pasado, el presidente de la república declaró en un mitin en Ecatepec que "no tiene ninguna ciencia gobernar" que para ello solo se necesita el "sentido común que es el menos común de los sentidos".Esta concepción obtusa y simplista aparece de nueva cuenta en la reciente declaración en su visita al estado de Colima donde dijo que "los que más daño le han hecho al país son los que supuestamente tienen más conocimiento sobre el manejo de la economía, son los que han acabado con el país".Esto implica un miedo a aquellos especialistas, académicos, intelectuales, científicos, economistas, filósofos, técnicos y todo aquel que ostente una preparación científica ya que "son los que más daño le han hecho al país".
Pero nuestro remedo de estadista no se ha limitado a pronunciar semejantes disparates, sino que ha ordenado el recorte de un importante número de especialistas y técnicos de la administración pública federal y local que ahora buscan trabajo en el sector privado, muchos de ellos con trascendencia académica y científica.En mayo de este año recortó el 75 por ciento en ciencia y tecnología; asimismo, ha desdeñado las opiniones científicas sobre el coronavirus incluyendo al mismísimo Hugo López-Gatell quien se ha tenido que someter dócilmente a los designios del "sentido común" del señor presidente.El resultado ha sido desastroso.Esta forma equivocada de entender la realidad para incidir en ella es el que hoy tiene en un decrecimiento económico al país, con una política errática que solo pretende entronizarse a morena en el poder a costa de lo que sea, y un acelerado contagio de covid-19 que ha alcanzado la cifra de 40,400 almas fallecidas y más de 356,000 enfermos según cifras oficiales.
Pero esto no es todo, quien desprecia el conocimiento científico necesariamente está en contra de la educación de las masas.Sabemos que nuestro pueblo está muy lejos de ser un pueblo culto y educado.No somos proclives a la lectura, a las revistas y a los periódicos y al entendimiento de nuestra realidad económica y social.Son contados, pues, los que verdaderamente están interesados en conocer a fondo la situación económica y política que vive nuestro país.El Estado se ha encargado de elitizar el conocimiento.Este hecho es resultado de años de sometimiento y manipulación, de gobiernos que han tenido claro que mantener el pueblo en la ignorancia es la condición indispensable para un pueblo sumiso y servil.También han tenido claro que educar y despertar la conciencia del pueblo es crear las condiciones para que reclame y exija respeto a sus derechos y, llegado el momento, para que aspire a construir un gobierno popular.Por tanto, afirmar que para gobernar no se necesita estudio y preparación, es una aseveración que nos conduce a perpetuar la ignorancia del pueblo, a su desconocimiento de la realidad y, en consecuencia, a su permanente manipulación, como lo pretende hacer el gobierno de la 4T.
Por otro lado, resulta un absurdo tratar de acotar o estigmatizar a quienes estudian o estudiaron en el extranjero.Un profesionista puede haber estudiado en el extranjero y servirle perfectamente a su país.Tenemos el ejemplo vivo del prestigiado economista Rafael Correa Delgado, expresidente de Ecuador, quien estudió en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, Estados Unidos, hasta doctorarse en 2001, talentoso estadista que al frente de su nación realizó importantes transformaciones en beneficio de su pueblo, y que hoy es perseguido por el imperialismo yanqui.No se trata simplemente de la naturaleza de la institución donde se prepara académicamente un profesional, como afirma AMLO, sino de los objetivos e intereses que habrá de perseguir una vez concluida su preparación profesional, es decir, de los intereses de clase que representa.Si es para liberar a su pueblo o para mantenerlo cada vez más en la ignorancia.Hoy tenemos a un presidente educado en la UNAM que no sabe de economía y de la ciencia política, que está llevando al país al desastre social porque no es un representante popular, porque no es un representante genuino del pueblo trabajador, sino representante de una vieja fracción del PRI que por muchos años fue relegada del poder público ante la llegada de la corriente tecnócrata encabezada por Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari.Es por ello que, como viejo priista, AMLO quiere un pueblo no solo desnutrido, que se resigne a comer arroz y frijol, sino analfabeto e ignorante.Es evidente que esta política nos lleva al atraso económico, científico y social, es decir, a ser un pueblo atrasado.
Por ello, creo que los llamados del presidente a gobernar sin tantos conocimientos son válidos para un gobierno que solo pretende perpetuarse en el poder, mantener el actual estatus quo y olvidarse del pueblo pobre de México.Solo sirve para acrecentar la desigualdad, para continuar con el modelo económico neoliberal y empobrecer a la población económica y espiritualmente.Yo me cuento entre los partidarios de la educación científica y de calidad, y aquí hay que tomar en cuenta a los científicos y a los técnicos bien preparados que también pueden contribuir con la educación y formación de nuestra juventud que tanta falta le hace.Soy partidario de la concientización y de la educación política de las masas populares para un futuro gobierno de las mismas.Soy más partidario de José Martí que dijo "ser culto para ser libre" y soy más partidario del pueblo organizado y educado que ha parido a un economista, estadista, filósofo, sabio y visionario, político y humanista: el maestro Aquiles Córdova Morán.
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