En el marco del Día del Maestro, Luis Galindo narra cómo es trabajar en estas condiciones
Entre salones que muestran la precariedad, el abandono y la falta de recursos, es como cinco profesores acuden a dar clases en tres escuelas de la colonia Humberto Aguirre Cruz, fundada por el Movimiento Antorchista en la ciudad de Xalapa, Veracruz.
A primera vista se observa cómo las aulas están construidas con paredes de cartón y lonas, sostenidas por troncos; el techo es de lámina de zinc, con varios agujeros por donde se filtra el agua en temporadas de lluvia. El piso es de tierra, pero cuando llueve se convierte en lodo.
Desde hace más de diez años, padres de familia, alumnos y profesores están a la espera de que la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) otorgue las claves escolares, pero, a pesar de los trámites y de cumplir con los requisitos, la dependencia estatal se las ha negado.
El profesor Luis Prudencio Galindo contó que durante una década han luchado para que la comunidad estudiantil cuente con salones dignos y no sigan en esas condiciones precarias. La escena resulta deprimente, más aún en una colonia de la capital veracruzana a escasos dos kilómetros del Palacio de Gobierno y de la Secretaría de Educación de Veracruz.
En entrevista, Luis Prudencio comentó que, desde que llegó a dar clases a esas escuelas, se han realizado diversas manifestaciones ante dependencias estatales, educativas y municipales, pero jamás les han dado una solución:
“Siempre nos han dicho que somos una colonia irregular, pero lo que no dicen es que ellos son los que tienen que regularizar. Aquí los que sufren son los niños y también los maestros”.
Dijo que realizan su labor por amor a su oficio, pero no reciben ningún pago:
“Nosotros venimos aquí a dar clases porque queremos que los niños se sigan superando. No tenemos plaza de trabajadores de la SEP. También hacemos un llamado a Claudia Tello, secretaria de la SEV, para que nos voltee a ver”.
Ahí funcionan tres escuelas: el preescolar Berenice Bonilla López, la primaria Manuel Serrano Vallejo y la secundaria Manuel Hernández Pasión. Todas están en las mismas condiciones.
En el Jardín de Niños estudian veinte alumnos; en la primaria asisten diecisiete y en la secundaria, ocho, quienes, ante la necesidad de educación, acuden para continuar con la lucha de salir adelante y obtener un mejor progreso.
“Durante diez años ha habido diferentes administraciones estatales, desde Javier Duarte hasta la actual, y en todo ese periodo no nos han resuelto nada sobre otorgarnos las claves de las escuelas. Tenemos los tres niveles”, explicó el docente.
La colonia enfrenta un gran rezago social, urbano, económico y educativo. Por lo tanto, consideró que la situación es complicada en esta colonia que se ubica rumbo al sur de la ciudad de Xalapa.
La colonia antorchista carece de infraestructura urbana y, para que los maestros puedan llegar a la institución educativa, se reúnen a las 07:30 de la mañana en la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana, cerca de la unidad habitacional Xalapa 2000.
De ahí caminan casi una hora, porque no ingresan taxis ni hay camiones de transporte público, ya que el acceso no está pavimentado, y cuando llueve es mucho más complicado acceder por el lodazal que se forma.
Para llegar a la colonia se ingresa desde la avenida Enrique C. Rébsamen, posteriormente a Coralillos y se continúa por la calle Montes de Xalapa, que se dirige hacia la colonia Humberto Aguirre Cruz, donde los estudiantes también solicitan el servicio de agua y aulas de concreto.
“Los niños carecen de infraestructura, no contamos con baños de material; incluso las aulas también son improvisadas. Algunas son de láminas, de bambú, de palos, de lonas, de cartón. No tenemos una infraestructura adecuada donde los niños puedan recibir una educación de calidad”, lamentó el profesor.
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