MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El zarco y la política

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Fue Ignacio Manuel Altamirano el que dijo que: “El pueblo necesita instruirse, instruido será rey, ignorante, se hallaría siempre bajo una vergonzosa tutela…”, un hombre de la Reforma, el tiempo en que se estaba construyendo esta nación, compañero de lucha de Benito Juárez y muchos otros hombres que trabajaron y buscaron forjar un camino propio para México. Él escribió una obra que refleja, más o menos, lo que actualmente sucede en nuestro país, me refiero a El Zarco. 

Esta obra está enmarcada en Yautepec, Morelos, que en aquel tiempo pertenecía al Estado de México, y en medio de la Guerra Civil, entre liberales y conservadores; los bandidos, conocidos como plateados asolaban toda la tierra caliente, como sucede en nuestros días y la gente vivía entre la zozobra y el miedo, en aquellos días la gente se veía obligada a emigrar a la Ciudad de México, los ricos pagaban sus cuotas para poder trabajar; los pobres y trabajadores vivían en constante miedo.

Como aquel pueblo de Yautepec, Morelos, la gente se tiene que encerrar en sus casas tan pronto se pone el sol, por temor a que se cometan atropellos en su contra, tan brutales y sedientos de sangre como no había pasado en otros años. El gobierno les tiene miedo, y estamos aquí como moros sin señor. En los tiempos que corren, ya no traen briosos corceles, ni están forrados de plata, pero siguen ostentando muchos lujos y muchas Manuelitas, caen en sus garras y después, tienen un triste final. 

Y Antonia sigue muriendo de pesar al saber que su hija huye con los bandidos a pesar de todo su esfuerzo y dedicación. Lo mismo que en aquella época, no tienen piedad ni de los niños y las mujeres y, los militares que se supone que están o los pusieron para esa tarea simple y sencillamente les dan abrazos y no por ganas, sino porque así se los han ordenado. Y cuidado de aquel que proteste. La gente que, como Nicolás lucha por la justicia se ve desesperado al ver que la autoridad no hace nada para detener el baño de sangre, porque en la actualidad, el que tiene lugar de Juárez, prefiere mandarles abrazos a los bandidos en lugar de apoyar a los que luchan por la justicia. 

Altamirano reconoce que: “Obligadas las tropas liberales, por un error lamentable y vergonzoso, a aceptar la cooperación de estos bandidos en la persecución que hacían al faccioso reaccionario Márquez en su travesía por la tierra caliente” ahora, ¿a quién combaten? “El general González Ortega, conociendo el grave error que había cometido dando cabida en sus tropas a varias partidas de plateados, que no hicieron más que asolar las poblaciones que atravesaba el ejército y desprestigiarlo, no tardó en perseguirlas, fusilando a varios de sus jefes.” Y lo mismo que aquellos tiempos, ahora para justificar su inacción, detienen alguna gente que tiene miedo, la encierran y lo dejan pudrirse en las cárceles. Mientras los verdaderos delincuentes siguen operando como si nada. 

El reclamo de Nicolás sigue siendo el mismo… “Soy un ciudadano que sabe perfectamente que usted es un jefe de seguridad pública, que la tropa que usted trae está pagada para proteger a los pueblos, porque no es tropa de línea consagrada exclusivamente al servicio militar de la Federación, sino que es fuerza del Estado, despachada para perseguir ladrones, y ahora precisamente le estamos proporcionando a usted la oportunidad de cumplir con su comisión”, y sí, lo mismo que el comandante enojado, se ensaña en quién le reclama y no en quién realmente ha cometido las fechorías… ello son “seres humanos”, dicen ahora. Claro, que ahora no todo es culpa de ellos.

Martín Sánchez Chagoyan, un verdadero representante de la Seguridad Pública que se levantará tarde o temprano en busca de justicia y será implacable…visita al presidente Juárez que aún estaba enfrentando mil dificultades. ¡Eso es un escándalo y es preciso acabar!, dice el autor que contestó Juárez cuando Martín le contó lo que sucedía…

Sí, en aquellos tiempos en los que la desestabilidad política permitía a los delincuentes enseñorearse, si definitivamente es bueno, volver a leer estas obras, que nos dicen que hubo épocas difíciles para el pueblo honrado y trabajador,  y que la salida sigue siendo la misma, el pueblo debe recuperar el poder y no cejar su empeño hasta encontrar justicia, algo que nos enseña este pequeño libro, la importancia que el pueblo se organice y luche por sus derechos y el llamado a los de Seguridad Pública , que cumplan con su deber. 

 

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