MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El voto libre, manipulación y verdad

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Es un slogan muy de moda hablar del "voto libre", y ya la sola presencia de la palabra "libertad" nos debería alertar, pues, como ya explicó suficientemente el Maestro Aquiles Córdova Morán, "hay palabras de uso tan frecuente y repetido que se convierte en abuso; nadie acierta, no obstante, a definir su contenido real con exactitud y precisión. De esta indefinición semántica se deriva que tales palabras sirvan lo mismo para un barrido que para un fregado; lo mismo para evidenciar una posición de avanzada que para encubrir los peores propósitos reaccionarios. pueden ser, palabras-máscara, palabras-trampa. Dejan de ser, entonces, expresión más o menos fiel de un fenómeno o de un aspecto de la realidad social para convertirse en instrumento de los intereses políticos y económicos de un estrato o de una clase social".

Los tiempos que corren, el próximo evento electoral en México y el ambiente pesado de dimes y diretes, insultos, mentiras, calumnias y todo lo que se mira cuando hay elecciones, nada más que esta vez en un grado superior a todas las anteriores, obliga a intentar despejar un poco el panorama.

La definición de libertad es amplísima y diversa, y el espacio se gastaría en ello, por lo que diremos solamente aquella que más o menos abarca a las demás: El concepto de Libertad presupone la disposición de una posibilidad de elegir. Esa posibilidad de elegir presupone a su vez la de disponer de elementos de juicio que conduzcan a la elección; lo que requiere la posesión del conocimiento de los componentes de esos elementos de juicio, y de la inteligencia adecuada para valorarlos debidamente y discernir acerca de la conveniencia de la elección.

La definición del Marxismo es más clara y certera: La libertad no consiste en una soñada independencia respecto de las leyes naturales, sino en el reconocimiento de esas leyes y en la posibilidad, así dada, de hacerlas obrar según un plan para determinados fines...la libertad es el deseo consiente que lleva al hombre a realizar determinadas acciones, con la facultad de tomar una resolución con conocimiento de causa". La libertad, pues, no es un asunto de moral o de valores, sino de conocimientos, de estudio, de comprensión que nos permita saber con cierto grado de certeza qué es lo correcto y posible, y cómo llegar a ello dadas las circunstancias reales del momento.

Sin esto, la supuesta "disposición de una posibilidad de elegir" se convierte en su contrario: en la validación del sometimiento, en la sumisión del individuo no solamente al fenómeno al que quiere dominar, sino en su inconsciencia de ello, en creer que es libre cuando en realidad está siendo dominado por la realidad, al elegir caprichosamente entre las diferentes opciones sin entenderlas, bajo el argumento de su supuesta "libertad de elegir".

Hoy en nuestro país, el mexicano cuenta con la posibilidad de elegir, pero muy pocos cuentan con la facultad de tomar una resolución con conocimiento de causa.

Hoy lo que vemos en el circo político mexicano, a través de los medios masivos de comunicación, es una planeada y perversa guerra de estiércol que tiene un único objetivo: privar al pueblo, o más precisamente al posible ejecutor de esa posibilidad de elegir, de toda facultad de tomar una resolución con conocimiento de causa. Quienes salen ganando son los más hábiles en las técnicas de manipulación de masas, los más hábiles para engañar al elector con sus mensajes haciéndole creer que su propuesta es no sólo la mejor, sino la única y que las demás opciones son un verdadero crimen.

Los expertos en comunicación tienen bien estudiado el proceso, es toda una ciencia con muchos años de experiencia. Pero para el ciudadano común no es muy difícil de ver, a no ser que no se quiera ver. Cada mensaje tiene siempre tres elementos indispensables: el mensaje explícito, el mensaje implícito y el elemento subliminal. El primero se dice claramente, puede variar la forma, pero se dice; el segundo no se dice directamente, sino de manera oculta pero inevitable para el entendimiento; y el tercero es un apoyador malicioso que entra a urtadillas al entendimiento a través del inconsciente, a través del instinto, con toda la fuerza que este tiene. Los principales instintos son el de supervivencia y el de permanencia. Por ello el miedo a la muerte y el sexo son los más fuertes instintos y los favoritos de los manipuladores mediáticos.

Todos los comunicadores utilizan estos tres elementos en sus mensajes, pero solamente los honestos cumplen con la siguiente regla: que los tres elementos sean precisos, verdaderos y demostrables, y que no se contradigan entre sí, que los tres elementos sean acordes el uno con el otro. Cuando esto no sucede, amigo, cuando en las partes ocultas (el mensaje implícito o el subliminal) encuentre usted elementos falsos, imprecisos o que contradigan al mensaje explícito, puede usted dudar de la honestidad del mensaje y del comunicador. Esa contradicción define lo que en la jerga de la ciencia de la comunicación se conoce como manipulación, es decir el intento de hacer que usted NO actúe por su propia voluntad sino como efecto de la manipulación de otro.

Así, por ejemplo, cuando se dice: "votar por la mafia del poder es ser cómplice de la corrupción", el mensaje implícito es: sólo el que vote por mí no es cómplice de la corrupción, y el elemento subliminal radica en el miedo a la muerte social, al quedar excluido de los seres honestos, convertirte en criminal, en un ser abominable que no merece respeto y hasta merecedor de castigos terrenales y, para los que son fervorosos creyentes de la vida eterna, hasta divinos; conozco personas para las que la amenaza del infierno es suficiente para hacerlas cometer los más increíbles actos de fe, junto a los cuales votar por x es comer pastel. De este modo, aunque no te lo han demostrado, bajo la amenaza de ser cómplice de la corrupción, te hacen votar "voluntariamente" por un verdadero pillo del tipo de Delfina Gómez, Higinio Martínez, etc. quienes ya en el poder resultan ser los verdaderos corruptos.

He aquí el más refinado resultado de nuestra democracia occidental: Un proceso electoral en el que no existe una verdadera libertad de elección, en donde el pueblo No puede tomar una resolución con conocimiento de causa, sino que se encuentra sometido no sólo al fenómeno que quiere dominar, sino a la voluntad de otro y, además, creyendo que está ejerciendo su "libertad". Eso es el famoso "voto libre" que nos están vendiendo en la prensa escrita, radio, televisión y en las redes sociales.

Pero el verdadero voto libre si se puede lograr, y consiste en educar y concientizar a fondo al elector, de manera que pueda decidir con conocimiento de causa, en base a las condiciones históricas y a los intereses generales del pueblo trabajador, cuál de todas las opciones resulta la más correcta, la posible, la menos dolorosa, la más cercana al deseo de progreso general, aun cuando esa elección no parezca la correcta según el ambiente que han creado los medios de comunicación, manipuladores del electorado.

Los únicos intentos de alcanzar el voto realmente libre que se ven en el escenario político mexicano son los que realiza el Movimiento Antorchista, bajo el consejo mesurado, inteligente y valiente del Maestro Aquiles Córdova Morán, al intentar con toda su energía e inteligencia educar al pueblo trabajador, explicarle cuales son las actuales circunstancias nacionales e internacionales y demostrarle con las mejores intenciones qué es lo correcto en el actual proceso, sin dejar de explicarle que la verdadera solución será que el pueblo trabajador gobierne al país. Ojalá los antorchistas decidan libremente hacer caso al consejo de su organización y voten libremente en el sentido que les propone Antorcha.

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