El proceso electoral para las elecciones de 2021, considerado el más grande en la historia, inició desde septiembre del 2020. Estas elecciones se dan en el marco de una crisis sanitaria que azota al país y a todo el mundo, se renovarán la Cámara de Diputados federal, 15 gubernaturas, congresos locales y presidencias municipales. En octubre ya se realizaron las elecciones de presidentes municipales en Hidalgo y de diputados locales en Coahuila, en donde la mayoría de los cargos formalmente los ganó el PRI, yendo contra los pronósticos de los analistas y del pueblo en general que esperaban una derrota del tricolor.
Con estos antecedentes, los medios de información han difundido la información de que los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD han llegado al acuerdo de establecer una alianza para las próximas elecciones a realizarse en junio del 2021 y con ello estar en mejores condiciones de derrotar a Morena y quitarle la mayoría en el Congreso federal y con ello no sea un incondicional aprobador de las iniciativas del presidente de la República que contribuye a la concentración del poder.
En las elecciones del 2018, Morena ganó la presidencia de la república con 30 millones de votos porque criticó con razón al modelo económico neoliberal de ser el causante de la desigualdad, la pobreza y la marginación y acusando al PRI y al PAN de ser los culpables de las malas condiciones de vida de pueblo trabajador debido a tanta corrupción y derroche de recursos económicos. El pueblo creyó su discurso con ojos cerrados y votó masivamente por Morena, pero a dos años de gobierno de este partido, nada de lo prometido se ha cumplido. Los problemas económicos, la inequitativa distribución de la riqueza, la inseguridad, la corrupción y la crisis sanitaria, en lugar de haber disminuido han aumentado. También se han realizado recortes a los recursos destinados a obras y servicios para el pueblo, como la desaparición del Ramo 23 y fideicomisos como el Fonden, recortes a los presupuestos para los estados y municipios; por otro lado, se han destinado inmensos recursos a obras de relumbrón que no son esenciales para los pobres, como el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía. Otro hecho importante que refleja el mal gobierno de Morena, es el gran retraso y lo insuficiente del apoyo a las familias damnificadas por las inundaciones en Tabasco y la falta de inversión en obras hidráulicas para evitar se vuelva a inundar ese estado.
Para ponerle un alto al gobierno antipopular de López Obrador, un medio adecuado puede ser la formación de un amplio frente democrático como el planteado por PRI, PAN y PRD, pero para aumentar las posibilidades de ganar las elecciones debe contar con un programa que se planteé entre sus principales objetivos el crecimiento económico, al crear las condiciones para la inversión en la creación de más empresas, la generación de más empleos y el pago de mejores salarios como medios para mejorar la distribución de la riqueza, disminuir la pobreza y la marginación extrema. Comprometerse en serio con un programa en donde estén planteadas las demandas más sentidas del pueblo para que éste se sienta bien representado y brinde su fuerza y su apoyo.
La alianza debe dejar bien claro en este programa el propósito de no regresar al pasado, en donde la preocupación de los partidos era repartirse las candidaturas, en las campañas hacer muchas promesas y ya en el cargo no se preocupaban por cumplir, se negaban a recibir a los que votaban por ellos o los recibían para decirles que "no se pueden resolver las solicitudes porque no hay recursos” y nada más, porque el pueblo ya está cansado de este tipo de políticos y por eso sigue buscando un cambio real.
La alianza de los partidos debe garantizar un cambio no solo en la forma sino también en el contenido. No basta con que se comprometan a presentar caras y dar discursos nuevos, y luego incurran en los mismos viejos vicios de los políticos arribistas que brincan de un cargo público a otro, que realizan tráfico de influencias, desvían recursos e incurren en actos de corrupción cuando se les presenta la ocasión; que trabajan intensamente solamente cuando andan en campaña y luego se olvidan de resolver los graves problemas que el pueblo padece como el desempleo, los bajos salarios, la pobreza y la marginación. Con un cambio superficial la alianza le estará dando la razón a sus críticos, entre los cuales destacan los morenistas, que desde ahora los están condenado a la derrota.
Ante la falta de buenos resultados y el empeoramiento de la situación del pueblo con los gobiernos de Morena, el pueblo debe ser muy analítico de a quién le brindará el apoyo con su voto en las próximas elecciones, el pueblo debe jugar un papel activo, no debe limitarse a emitir su voto y sentarse a esperar que los candidatos ganadores ya convertidos en gobierno les hagan justicia y cumplan con resolver los problemas principales como el de la inequitativa distribución de la riqueza. El pueblo trabajador debe hacer labor para promover todos los días la unión, la organización y la lucha, conformar una fuerza lo suficientemente grande para influir en que sus principales problemas se resuelvan. La tarea del pueblo consciente no es sencilla, pero tampoco imposible.
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