Ya en la "Fase 3" de la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus que, de acuerdo con las autoridades sanitarias, será la etapa de mayor contagio y, por lo tanto, requiere de mayor acatamiento a las medidas sanitarias preventivas para evitar su expansión, el gobernador de Hidalgo, licenciado Omar Fayad Meneses, ha dado a conocer algunas medidas para hacer frente a la pandemia y a sus graves consecuencias económicas en las familias hidalguenses. En principio, considero que la intención de dicho plan es buena, que contiene algunas propuestas que, de concretarse, es decir, de hacerse realidad, ayudarán a paliar la difícil situación a algunos cientos de hidalguenses; por ejemplo, me parece significativa la alianza con algunas farmacias y prestadores de servicios médicos privados para identificar casos sospechosos de covid-19, utilizando el 911 (entiendo que el apoyo consiste en comunicar al teléfono de emergencia la existencia de un probable caso de coronavirus). Asimismo, no se puede calificar de despreciable la distribución de 3 mil tarjetas gratuitas para hacer uso del Tuzobús, aunque estemos en periodo de poca movilidad, para evitar la propagación del virus, y el hecho de haber convenido con las grandes tiendas de autoservicio un horario especial para atender y poder proteger a los adultos mayores que acudan a sus negocios a comprar. Igualmente conveniente es la instalación de los túneles de sanitización, además de obligar a los prestadores de servicios públicos el uso de cubrebocas y, lo más importante en el rubro de la salud, el anuncio de la instalación de tres nuevos hospitales covid- 19 en los municipios de Actopan, Huejutla y Huehuetla. Aquí diré con franqueza que no me queda claro cómo serán esos hospitales, cuáles sus características y su funcionalidad; no encontré información que aclarara mis dudas, pues algunos medios manejan que "construirán" tres hospitales, otros que "instalarán", como si se tratará solamente de llegar con unas carpas y mobiliario e instalarse. Insisto no lo sé. Lo que sí puedo asegurar es que en Hidalgo existen algunos hospitales que no se han terminado o no están equipados y quizás debería dárseles prioridad; tales son los que se encuentran en Tulancingo, Zimapán y el Hospital General de Zona del IMSS, de 144 camas; en este último se han invertido más de mil millones de pesos y ¡lleva 10 años en construcción!; el último compromiso de término fue del propio gobernado Fayad, quien señaló en un acto oficial que entraría en operación en diciembre de 2018; y aquí estamos, sin suficientes hospitales y sin las camas necesarias para hacer frente a esta pandemia, y con muchos reclamos por la falta de nosocomios, como el de los habitantes del municipio de Nopala, que siguen esperando la culminación de su hospital, también desde hace años.
En relación a las acciones económicas que incluye el plan del gobernador, tampoco son, desde mi punto de vista, de poca importancia; contempla: 1)un seguro del desempleo (un salario mínimo hasta por tres meses) para los trabajadores del sector formal que hayan perdido su trabajo a causa del coronavirus; 2) los beneficiarios de las becas Miguel Hidalgo recibirán por adelantado el importe correspondiente a cuatro meses y los niños de nivel básico recibirán sus desayunos escolares, que dejaron de entregarse por parte del gobierno desde que se suspendieron las clases; 3) para el campo se instrumentarán, se dijo, proyectos productivos que ofrecerán herramientas, maquinaria o equipo y la entrega de semilla de cebada, alfalfa y avena; 4) se contempla una bolsa de trabajo para 1,400 vacantes (sobre todo para personal de la salud), 5) se entregarán hasta 8 mil pesos a los migrantes hidalguenses que radican en Estados Unidos y que hayan dado positivo a covid-19; 6); para impulsar el turismo se ofrecerán paquetes con descuento y, 7) se entregarán 30 mil dotaciones alimenticias a los trabajadores sin seguridad social y que hayan perdido su trabajo.
Sí, ¡30 mil dotaciones alimenticias o despensas! Es todo lo que contempla el plan para el sector más vulnerable y más urgido de apoyo, ya que, de acuerdo con estadísticas oficiales, Hidalgo es una de las entidades con mayor desempleo y supera por mucho los índices del empleo informal: el 75 por ciento de la población activa está en el sector informal cuando el promedio nacional está en el 57 por ciento; según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el estado cuenta con un millón 282 mil 987 personas activas, pero solamente 320,747 cuentan con un empleo formal, con seguridad social; el resto, 962 mil 240 (75 por ciento), labora en el comercio informal, y hoy son ellos, junto con los que han perdido su empleo, los que más necesitan de un apoyo urgente por parte de las instancias gubernamentales, tanto federales como estatales. Es inadmisible que, en esta tragedia de salud pública, a los hidalguenses más necesitados, simplemente se les pretenda ignorar, como han hecho siempre los poderosos, los que están ahítos, y se les deje a su suerte ¡30 mil dotaciones alimentarias para un universo mínimo de un millón de necesitados: es la cima de la insensibilidad y el desprecio al pueblo. Se requiere, señor gobernador, un verdadero Plan Alimentario Emergente para millón y medio de hidalguenses, y también es prioritario que el apoyo al campo se otorgue a los campesinos que realmente lo necesitan, esos que van al día y no tienen ahorro para hacer frente a la contingencia; para ellos y no para los caciques y propietarios de cientos de hectáreas que seguramente tienen con qué salir avante. El Movimiento Antorchista reclama atención y solución antes de que una pandemia mayor se cierna sobre la población: hambre y disturbios sociales.
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