MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El papel de los medios de comunicación en la sociedad dividida en clases

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La comunicación es parte de un proceso vital para cada individuo y día a día más importante en la sociedad planetaria y tecnologizada que habitamos. Se trata de un fenómeno omnipresente en el mundo contemporáneo; una especie de común denominador de las diversas actividades del hombre, e inseparable, además, de la lucha de clases, por el uso privilegiado que hacen de ella los que detentan el poder económico y por consiguiente el político. Los problemas del periodismo son, pues, los de la comunicación, y éstos, los de la sociedad en su conjunto.

La comunicación está presente en todas las relaciones humanas, sean de producción, familiares, políticas o culturales. Por ello, gracias a la comunicación social, incluso antes de que los hombres hablaran, por gestos o sonidos, éstos pudieron desarrollar el trabajo social y su propia condición “humana”, es decir, racional; parlante. Pero esa comunicación y esa producción compartidas de los primeros tiempos, compartidas en esfuerzo y beneficio, dejaron de serlo al dividirse la sociedad en clases. Los explotadores no sólo se apropiaron, por la fuerza y el robo, de los medios de producción, sino que pasaron a dominar los medios de comunicación. 

Es así, como la propiedad privada coloca una máscara sobre las semejanzas entre humanos, y las personas pasaron a ser distintas según su papel en la producción. A las masas de proletarios no sólo les fue arrebatadas sus medios de producción, para dar pie a la acumulación originaria, sino hasta su propia cultura, como les sucedió a los indios de América después de la conquista española. 

Este desequilibrio transformó la comunicación en información, se convirtió en imposición de formas ideológicas, recordemos “informar” equivale a “dirigir” dentro una misma organización social. De tal manera que quien controla los medios de comunicación de masas puede ejercer un dominio, científicamente comprobado, sobre la sociedad entera, aunque la inmensa mayoría no sea plenamente consciente de ello y, muchas veces, contra la voluntad de ellos mismos. 

Así pues, podemos decir que se informa con el objeto de influir en la conciencia y en la conducta de las personas, y que el carácter de tal influjo depende, en primer término, de la propiedad sobre los medios de comunicación y, en último término, de las relaciones de clase que se dan en el seno de la sociedad. 

Es de suma importancia, enfatizar que el periodismo es, una forma de dirección política, y su carácter de clase está determinado por el de la organización social. Una vez claro esto, vamos a situarnos en el panorama actual del periodismo en México.

En nuestro país, van registradas 362 agresiones a periodistas durante la primera mitad de este año; es decir, casi dos agresiones diarias y 43 periodistas asesinados en lo que va del sexenio; es decir, casi 15 asesinatos anuales y más de una víctima por mes. Como podemos notar, existe un incremento excesivamente acelerado de los ataques contra quienes ejercen el periodismo en México; es esta situación la que nos debe resultar muy preocupante a todos los mexicanos, principalmente a las clases trabajadoras, dado que nuestro país se aproxima hacia los primeros lugares en el mundo por este tipo de delitos.

Ante esto, se nos presenta la interrogante: ¿la violencia contra la prensa crítica, es alentada por los ataques constantes del presidente de la República? Por supuesto que sí, la gran burguesía y la clase política a su servicio lo toma como ejemplo de impunidad ante dichos ataques y declaraciones, pues recordemos que ante la prensa que no coincide con las ideas y actos arbitrarios del presidente, se dirige a ellos como “prensa fifí”. Aunado a esto, se suma la ausencia de una política y leyes realmente en beneficio del medio periodístico.

Son estos casos de asesinatos y ataques contra la prensa, los que hacen visible las injusticias de las cuáles son víctimas quienes ejercen un periodismo crítico. Es este panorama, el que nos permite ver como en el mundo capitalista en el que vivimos, se intenta someter a todos a sus ideales. Decía Marx: «Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época...”, desde que la burguesía toma el poder, desde que se convierte en clase dominante, impone su ideología y sus intereses, y quien se atreve a denunciar los crímenes que comete al conseguirlos o cuando sus intereses se ven afectados, es cuándo se ejerce la violencia y el asesinato como un medio de represión para evitar desnudar los crímenes de los dueños del capital. Por ejemplo, quien denuncia el trabajo infantil, los sobornos millonarios que le dan al gobierno, etc. Por otro lado, no a todos se les agrede, hay medios de comunicación burgueses, cuya función es ayudar al sistema.

Mientras los medios de comunicación estén en manos de la burguesía, no podrá haber verdadero periodismo independiente, pues cuando se intenta ejercer este, es decir un periodismo crítico y no está amparado y protegido bajo la sombra de grandes empresarios o poderosos políticos, cuando estos periodistas critican los errores, corrupciones y crímenes contra la sociedad, es ahí cuándo se les calla con violencia, por lo tanto, si existe violencia contra el periodismo es porque en los hechos no existe libertad de prensa más que en papel, es una ilusión jurídica que en el mundo actual solamente se aplica en favor de los dueños de los grandes medios de comunicación, por lo que los periodistas están sometidos y aterrorizados de denunciar los males que ven.

V. I. Lenin sostenía que la prensa está concebida como “un medio de educación y cohesión de las clases realmente avanzadas”, pues “cuando las masas conocen todo, pueden juzgar de todo y se resuelven conscientemente a todo”, sin que nadie pueda manipular como a una máquina sin voluntad ni conciencia. 

Los medios de comunicación no jugarán otro rol que el que quieran asignarles sus dueños, y así podrán ser instrumentos de cultura o instrumentos de incultura; medios de dominio o medios de liberación; elementos para unir a un pueblo o desorganizarlo. Es la propiedad sobre el medio de comunicación la que determina al servicio de quienes éste se coloca, a favor de qué causas, de qué valores, de qué clase social. Y los grandes medios ultramodernos llegarán a estar al servicio del progreso, de la cultura, del pueblo, únicamente cuando todo el pueblo sea el dueño de ellos; cuando la propiedad sobre los medios sea una propiedad social. 

La historia nos ha enseñado que no se puede callar las voces de protesta de los periodistas críticos por más violencia que se comenta contra ellos. Y así lo han demostrado grandes periódicos como el Iskra, La Gaceta Renana, o durante la época de la revolución mexicana como “El Hijo del Ahuizote”, "Regeneración" de los hermanos Flores Magón, los cuáles daban voz al pueblo, denunciaban injusticias y no servían a los intereses del Estado, por lo que fueron reprimidos, pero aún así, ayudaron a la sociedad en su camino a la Revolución.

Sólo falta un paso para que las grandes masas comprendan que los medios de comunicación no son esos inocentes elementos de entretenimiento que les habían dicho, sino que son, principalmente, instrumentos de dirección social, al servicio de la clase propietaria de los mismos. Es decir, podemos ser dirigidos por la prensa sin advertirlo. Se informa para orientar en determinado sentido a las distintas clases y capas de la sociedad, y con el propósito de que esa orientación llegue a expresarse en acciones determinadas.

Debemos tener presente que el paso de los medios de comunicación de manos de los monopolistas a manos del pueblo no se llevará a cabo si no es como parte de un proceso revolucionario general, que abarque a la sociedad en su conjunto.

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