*Su comportamiento parecía el de un paranoico y veía conspiradores en todos los rincones de su palacio.
*López Obrador donde su dialéctica radical sólo da lugar a dos tipos de mexicanos: los que están a favor de su 4T(liberales) y los que se opongan a ella(conservadores)
Dice la prédica popular que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Uno de los emperadores romanos casi olvidado porque el senado de su época tras su muerte emitió una fulminante "damnatio memoriae", un decreto por el que se ordenaba borrar todo rastro del fallecido y sus estatuas de mármol destruidas, las de bronce fundidas y borrada la efigie del César maldito de todas las monedas del Imperio, fue como acabaron con el recuerdo de Tito Flavio Domiciano, comúnmente conocido como Domiciano, que gobernó el Imperio romano del año 81 hasta su muerte en el 96.
El historiador Suetonio, cuenta que, en los inicios del reinado, Domiciano se ganó fama de hombre preocupado por la moral (algo así como la cartilla moral), por ejemplo, a los que presentaban denuncias falsas por delitos contra el fisco ordenaba castigarlos duramente, mientras decía: "Un príncipe que no castiga a los delatores, los alienta" o el clásico de "yo no soy tapadera de nadie". Domiciano se presentaba a sí mismo como un "señor y dios" al que los romanos debían adorar, algo así como un mesías salvador del mundo, hombre justo, que no miente, no roba y no es corrupto.
Pero el reinado pronto viró hacia un régimen despótico, sanguinario y autócrata; después de que uno de sus secretarios lo traiciona en batalla; lo que nos hace recordar la renuncia de German Martínez como director del IMSS, esto recién iniciado el gobierno Morenista o la más reciente renuncia de Asa Christina Laurell de la Subsecretaría de Integración y Desarrollo del Sistema de Salud (SIDSS), ambos terminan dando un grito desesperado porque las decisiones que se estaban tomando no eran las correctas; la subsecretaria por ejemplo llama ignorante al Secretario de Salud, doctor Jorge Alcocer, por los malos manejos tomados ante la pandemia, y eso se respalda en las recomendaciones que hace la OMS o en días pasados donde el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud(IHME) de la Universidad de Washington actualiza sus proyecciones de muertes por covid-19 en México a 88 mil al mes de octubre; sin duda las cosas no se están haciendo bien y lo seguro es que todo es orquestado desde la presidencia de la república.
Pues así con Domiciano, la semilla de la sospecha contra todo aquel que no pensara como él, quedó implantada en su mente para siempre, el emperador fue presa de una enfermiza obsesión por las supuestas conspiraciones en su contra, algo así como lo que dijo semanas atrás López Obrador donde su dialéctica radical sólo da lugar a dos tipos de mexicanos: los que están a favor de su 4T(liberales) y los que se opongan a ella(conservadores), donde se incluye a todos aquellos que critiquen, disienten, o cuestionen las decisiones y acciones de su gobierno.
Pues con Domiciano, cualquier crítica o mínima sospecha de animadversión hacia su persona bastaba para ordenar la eliminación del atrevido. Las víctimas devinieron en gran número con fúnebre regularidad. Como ejemplo, el delegado Agrícola fue desterrado de Roma para perecer misteriosamente días después. De igual forma, Manio Acilio Gabrión, cónsul que había adquirido gran popularidad entre los romanos y al parecer opacaba su imagen, murió bajo circunstancias misteriosas. En este gobierno todo aquel periodista, organización, sindicato o empresa que se atreva a emitir diferencias contra el presidente, es destruida su credibilidad, despedido, atacado en la mañanera, hasta convertirlo en enemigo público número uno, al cual pueden después meter en la cárcel sin respetar sus derechos más básicos, y como ejemplo ahí está Rosario Robles.
Se documenta por los historiadores por ejemplo, cómo el emperador no dudó en hacer matar al historiador Hermógenes de Tarso por ciertas alusiones en su contra que hizo en un libro de historia, "e incluso crucificó a los copistas que la habían transcrito"; no digo que los actuales escritores o periodistas sean los dueños de la verdad o que sean asesinados, pero si es un hecho que todos los que se han atrevido a criticar la 4T no han salido bien librados, han sido crucificados en las redes sociales y después por los patrones que obedecen al presidente. Y solo como dato México ha sido calificado por la organización "Reporteros sin fronteras" como el país sin guerra más peligroso para ejercer el periodismo, solo por detrás de Afganistán y Siria.
Con Domiciano, como con AMLO sus recelos eran enfermizos, aunque con el emperador su comportamiento cobró ribetes de auténtico sadismo, cosa que esperemos no llegue a suceder con AMLO. Con el emperador, según los que saben, para obligar a que los detenidos denunciaran a sus cómplices aplicó "un tipo de tortura, consistente en quemarles sus partes, llegando incluso a amputar las manos a algunos". Le gustaba jugar con sus víctimas, invitándolas a su palacio y hablándoles en un tono tranquilizador, para luego castigarlas de forma inexorable.
Ordenó asimismo numerosas confiscaciones de propiedades y pago de impuestos a los que consideraba amenaza para su reinado; y con esto no me quiero referir a la ley de extinción de dominio implantada en la actual administración, que trata de la pérdida de la propiedad privada "bajo simple sospecha" de ser adquirida de forma dudosa, apropiándose el gobierno para rematarla al mejor postor, o a la exigencia de que "todas" las grandes empresas paguen impuestos, el llamado es justo, pero no parejo, se hace a las empresas que se atreven a levantarle la voz al gobierno, porque a los amigos del presidente como Salinas Pliego, hasta es beneficiado con adjudicaciones directas que le han sumado millonarias ganancias en el último año y medio.
Domiciano incluso se volvió contra su propia familia, ordenando la ejecución de sus jóvenes sobrinos nietos para evitar, los utilizaran como posibles sucesores. También se mostraba obsesionado por las predicciones astrológicas que parecían anunciar el día de su muerte (algo así como los "detente"). Al final, su comportamiento parecía el de un paranoico y veía conspiradores en todos los rincones de su palacio: "Cada vez más angustiado –escribe Suetonio– hizo revestir de reluciente fengita (una variedad de mineral de silicio con un color plateado y un brillo nacarado) las paredes de los pórticos por los que acostumbraba a pasear para poder observar, mediante las imágenes reflejadas en su brillante superficie, lo que sucedía a sus espaldas"; lo que hace acordarnos de la BOA perversa que acecha al gobierno Obradorista.
Algunos historiadores han sugerido que este miedo de Domiciano a los conspiradores, convertido en obsesión, pudo ser un trastorno psicológico, un caso de verdadera locura; con lo cual no quiero aseverar que nuestro presidente este loco, sino solo dejar en claro que sus actitudes nos llevan a presuponer que tiene problemas para ordenar sus ideas paranoicas de gobierno.
Y así la furia de Domiciano parecía no tener límites. Todos temían por su vida, pues el emperador anotaba cada vez más nombres de sospechosos en la tablilla de tilo que utilizaba al efecto; algo así como la lista de institutos autónomos que deben desaparecer según Andrés Manuel porque son inútiles, corruptos y se les invierte gran cantidad de recurso; así también fueron quitados programas que beneficiaban al pueblo más vulnerable, como PROSPERA, guarderías infantiles, Seguro Popular, proyectos productivos para el campo, etc. Todo aquello que no beneficie el proyecto de nación morenista, ha ido cayendo uno por uno sin voltear atrás, y la próxima víctima parece ser el INE para lograr la concentración de poder en pleno.
Pues, así las cosas, estamos en un gobierno Domicianico, en una situación de la que debemos salir por la vía democrática, ese es el llamado que se hace a todas las organizaciones sociales y principalmente al pueblo más desprotegido que padece en carne propia las malas decisiones del actual gobierno; debemos prepararnos para cambiar las cosas de forma pacífica, lo que exige nos pongamos de acuerdo que queremos como futuro y que estamos dispuestos a hacer para alcanzarlo. Por ejemplo, el antorchismo propone sus tres ejes de desarrollo: una política fiscal progresiva, reorientación del gasto social, empleos para todos y salarios justos, no más, no menos.
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