El problema de la vivienda en nuestro país es muy grave. La mayoría de las familias mexicanas no cuentan con los recursos para poder construir una casa por lo que se ven en la necesidad de rentar un cuarto, vivir en alguna vecindad en condiciones infrahumanas o estar de arrimados con algún familiar.
En la Ciudad de México el problema se agrava, puesto que la situación de falta de vivienda ha alcanzado niveles muy altos y es un peregrinar que tienen que vivir todas estas familias que aparte de ganar una miseria tienen que pagar mes con mes la renta del cuartucho en el que viven.
El problema radica en que en nuestro país según las cifras de estudiosos serios, el número de pobres asciende a más de 90 millones de los 120 millones que somos. Una situación de desigualdad e injusticia, porque son una minoría los que nadan en su riqueza cuando la inmensa mayoría se debate en niveles de pobreza muy crueles y en pleno siglo XXI mueren de enfermedades perfectamente curables.
Estos ricos se dedican al despilfarro y han concentrado sus riquezas como nunca se había visto; dueños de los medios de producción contratan a los que sólo tienen sus fuerza de trabajo para ofrecer y los hacen laborar por jornadas extenuantes de 10, 11 o hasta 12 horas, pagándoles una miseria que no les alcanza ni siquiera para satisfacer la canasta básica, mucho menos para vivir decorosamente, pagar la escuela a sus hijos, en fin para todo lo que necesita un humano para vivir plenamente.
¿Por qué se ha incrementado de manera abismal la pobreza? Porque cada día es más fácil para quienes tienen el poder y la riqueza del capital invertir en países cómo México alquilando mano de obra barata y llenar sus arcas dejando a su paso miseria y desolación.
Por eso, el problema de la vivienda es una consecuencia de toda esta pobreza de la que sufren millones de hombres y mujeres en nuestro país que arrastran a sus hijos y descendencia y que acarrea males innumerables como la delincuencia, drogadicción, pandillerismo, prostitución, entre otros muchos que nos aquejan y que no nos dejan ni siquiera transitar tranquilos por una calle porque siempre está el miedo latente de encontrarte con un asaltante que ahora se han vuelto más despiadados y son capaces de matar si no entregas tus pertenencias. Porque un ser que ha vivido toda su vida en la pobreza siente que no tiene nada que perder.
Vivimos en un país donde existe un alto número de trabajadores informales que no tienen acceso a un crédito habitacional por lo que se deben de generar más opciones para ellos.
Los supuestos logros en materia de vivienda en los últimos años no se ven reflejados en una disminución real de los rezagos, dicen los especialistas reunidos en el Congreso Nacional de Vivienda 2013, celebrado en la UNAM. El gobierno de Vicente Fox reportó en el año 2005 que el 87% de las casas tenía agua potable y Calderón dijo que era el 90% sumando el líquido dentro de las viviendas.
Y en materia de vivienda de 2000 al 2010 las cifras de los que no disponen de un lugar propio para habitar casi no tiene variación; entonces, ¿dónde están esas viviendas que los gobernantes reportaron durante una década?, se preguntan los estudiosos del problema. Los datos son concluyentes de la enorme magnitud de la falta de vivienda en el país: casi 30% sufren cohabitan una casa en condición de hacinamiento.
Y esto debe criticarse, la construcción masiva de casas de los gobiernos panistas, pues Calderón presumió haber construido 10 millones más que en 30 años anteriores, sí, pero son construcciones de mala calidad, ya que se ha dejado en manos de particulares el crecimiento urbano.
Es necesario que las autoridades a retomen el control ya que la vivienda sigue siendo una asignatura pendiente, y debe de crearse una política que respete la Constitución y brinde a todas las familias mexicanas una vivienda digna como todo mexicano requiere.
No es posible que por favorecer a las grandes inmobiliarias se permita construir viviendas deficientes, reducidas de espacio y con materiales de baja calidad, riesgos de hundimientos por las malas ubicaciones y sobre todo a precios que muchas veces una vida no alcanza para poder pagar esas casas y ante esto no hay freno ante la voracidad de los grandes empresarios que invierten en la construcción y quieren sacar la mayor ventaja de su capital y todo ello sin que las autoridades "reguladoras" defiendan los intereses de los perjudicados, sólo se hacen de la vista gorda favoreciendo a los más ricos.
Por eso el Movimiento Antorchista en la Ciudad de México y en todo el país, sabedora de esta problemática lucha incansablemente para que todos los mexicanos puedan obtener una vivienda digna. Para Antorcha la tarea que se echó a cuestas hace 42 años es de vital importancia, luchar contra la pobreza y la marginación en México y cada día son más los que se suman a este gran proyecto que ha beneficiado a millones de mexicanos en todos los estados de la república y seguirá haciéndolo porque entre más corazones y cerebros seamos la victoria estará más cerca.
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