El Índice de Progreso Social (IPS), es un indicador que hace una valoración completa del bienestar de las personas de una sociedad, a partir de diferentes variables sociales, culturales y ambientales. Este índice elabora una evaluación no solo del desempeño de un país en términos generales, sino también de su desempeño relativo en temáticas específicas. De este modo los gobiernos y las empresas tienen las herramientas para monitorear la evolución del progreso de sus sociedades y así tomar mejores decisiones de política pública y de inversión privada-pública.
El Producto Interno Bruto (PIB) se ha erigido como el indicador económico por excelencia, a partir del cual se mide el nivel de desarrollo de un país. Sin embargo, el desarrollo económico no está automáticamente acompañado con el progreso en distintos asuntos que importan a la sociedad. Este indicador responde a la necesidad de medir la evolución del progreso social. La organización Social Progress Imperative, define este concepto como la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de sus miembros, proporcionarles elementos para que puedan mejorar la calidad de sus vidas y crear las condiciones para que todos puedan desarrollar su potencial. El progreso social se mide a través de tres dimensiones, las cuales se agrupan en 12 componentes que contienen mediciones variables muy específicas.
Dimensión 1, necesidades humanas básicas: nutrición y asistencia médica, agua y saneamiento, vivienda, seguridad personal.
Dimensión 2, fundamentos de bienestar: acceso al conocimiento, acceso a información y comunicación, salud y bienestar, sostenibilidad ambiental.
Dimensión 3, oportunidades: derechos personales, libertad personal y de elección, tolerancia e inclusión, acceso a educación superior.
Todas estas mediciones se obtienen a partir de datos de libre acceso que fueron publicados por organismos especializados de la ONU como FAO, OMS, PNUD, Unesco, así como por el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial.
Cuando López Obrador recorría el país en busca del voto de la ciudadanía, se comprometió en realizar las mejoras necesarias para que el país funcionara de manera adecuada y que implementaría una vez electo presidente toda una serie de medidas para lograr ese objetivo. El tiempo ha continuado su marcha y desde que fue electo presidente transcurrieron cuatro años y siete meses, lamentablemente la situación del país no ha mejorado, esta empeoró.
Las promesas de fortalecer la educación pública gratuita y de calidad, alimentación en todas las escuelas de educación básica de las zonas pobres y marginadas, elaborar de manera conjunta con maestros, padres de familia, pedagogos especialistas, un plan educativo que mejore de verdad, la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio, apoyar la educación indígena, eliminar los rechazos en las universidades públicas, entre otras, solo fueron eso, promesas.
El tiempo ha continuado su marcha y desde que [López Obrador] fue electo presidente transcurrieron cuatro años y siete meses, lamentablemente la situación del país no ha mejorado, esta empeoró.
En lo que va de la administración Morenista, el ejecutivo eliminó el programa de Escuelas de Tiempo Completo que, entre otros aspectos brindaba alimentos al estudiantado. A la fecha, no hay registros sobre el número de escuelas que cuentan con el servicio de comedor ni las zonas donde se ubican, el gobierno ha sustituido ese programa por la iniciativa de La Escuela es Nuestra y prometió que mantendría la alimentación en escuelas, sin embargo, no se cuenta con información actualizada de los colegios beneficiados.
En el ciclo escolar 2022-2023, aproximadamente 546 mil estudiantes de nivel superior recibieron becas, no obstante el gobierno no ha transparentado el padrón de beneficiarios, no se sabe en qué universidad están, tampoco se sabe cómo se hizo el estudio para poder otorgar la beca. Hubo el compromiso de eliminar el rechazo en las universidades públicas del país, para lo que el gobierno creó el programa “Tú decides; opciones en educación superior”, en esta iniciativa participarían 206 instituciones educativas públicas y privadas, el año pasado recibieron 41,280 estudiantes, pero 317,974 jóvenes continuaron sin un lugar.
De igual manera hubo compromisos en elaborar un plan educativo para mejorar la calidad de la enseñanza, con la participación de docentes, padres de familia y expertos y el año pasado al SEP presentó los nuevos planes de estudio, pero según han denunciado organizaciones y padres que no les consultaron el diseño. Por los datos mencionados podemos concluir que López Obrador ha impulsado acciones contrarias a sus promesas.
A casi cinco años del gobierno de López Obrador, el país ha registrado rezagos en materia de salud y educación, esto de acuerdo a un reporte de la organización México, ¿cómo vamos?, las estadísticas entre 2018 y 2021, indican que el país bajó 31 puntos en el rubro de acceso a servicios de salud del IPS. En ese ranking, 30 estados del país perdieron puntos de bienestar entre 2018 y 2021, expone el reporte. Para el componente de acceso a servicios de salud, nutrición y cuidados médicos, el país pasó de 78.9 en 2018 a 47.9 en 2021, es decir que el deterioro de este rubro fue de 31 puntos. Oaxaca, Campeche y Chiapas fueron los estados con el mayor retroceso al perder 56.4 puntos, 58.8 y 43.5 respectivamente en el IPS.
A escala nacional, la disminución en educación fue de 4.8 puntos. El índice mide el acceso a conocimientos básicos y reportó que 27 entidades federativas tienen un puntaje menor en 2021 que el alcanzado en 2018. Únicamente Aguascalientes, Chihuahua, Jalisco, Nuevo León y Yucatán han mejorado en este rubro durante la Cuarta Transformación. En contraste, los estados con el mayor retroceso en educación entre 2018 y 2021 fueron Oaxaca con 11.6 puntos menos; Colima y Michoacán con 10.2; Morelos con 8.7 y Veracruz con 8.2
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó que en 2021 una tasa de abandono escolar entre personas de 2 a 22 años de 9.5% en el sur de México; de 9.1% en el centro; 7.9% en el norte; 7.8% en la región centro-norte y de 6% en el noroeste del país.
Con la 4T es vidente el retroceso en educación y salud, esto afecta de manera directa a la clase más desprotegida de nuestro país y condena a las generaciones venideras a vivir en difíciles condiciones de salud y educativas. La situación del país es desastrosa y repercutirá en la formación de niños y jóvenes con nefastas consecuencias para el desarrollo del país.
La única manera en que el país pueda salir de este estancamiento ocasionado por la 4T es a través de la organización y lucha con el pueblo para lograr un modelo económico más justo y equitativo donde todos tengamos lo necesario para una vida digna y ese modelo es posible.
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