"Soy el presidente más atacado en los últimos cien años" dijo Andrés Manuel López Obrador en un mensaje a la nación con motivo del segundo aniversario del triunfo del partido que lo llevo a ocupar la presidencia de la República; tras haber obtenido el 53 por ciento de votos emitidos en aquel primero de julio del 2018. han pasado 19 meses de gobierno obradorista, tiempo más que suficiente para encontrar una serie de decisiones equivocas que están llevando a todos los mexicanos a una autentica crisis que nos afecta en todos los ámbitos de la vida social; principalmente en el terreno económico, en el ámbito de la salud, en el terreno de la seguridad, y hasta en el área jurídico, acciones que ha traído como consecuencia el descontento social. dista mucho del tiempo de campaña, cuando dejaba ver que conocía a la perfección la situación del país; pero ahora, al haber cumplido el 26 por ciento de su sexenio, la realidad esta tan cerca del sentir de la gente y muy lejos del discurso de López Obrador, pues éste está a años luz de la realidad que vivimos los mexicanos. Según la encuesta que realiza Oraculus, instancia que hace las evaluaciones de los ciudadanos sobre la aceptación del presidente, que, en febrero del 2019, AMLO tenía el 81 por ciento de aprobación, para abril del 2020 bajó al 66 por ciento y apenas a finales de junio, el porcentaje de aceptación fue del 58 por ciento. Pero la encuesta que realizó el financiero, en solo el mes de junio la aprobación del presidente bajó del 58 al 42 por ciento. 39 puntos en seis meses. La luna de miel del presidente ya se acabó y la mayoría de los 30 millones que votaron por él, están despertando muy decepcionados. Y México no está mejor, más bien, todo lo contrario.
Los datos que el Instituto Nacional de Estadística Geografía (Inegi) nos dicen que antes del gobierno de López Obrador, el país tenía un crecimiento anual del 2.5 por ciento, en el 2018 cerró con 2.0 por ciento, pero en el 2019, alcanzó un decrecimiento del -0.1 por ciento. el presidente, por puro capricho, argumentando que se estaba cometiendo un gran acto de corrupción cancelo la construcción de nuevo aeropuerto, desperdiciando miles de millones de pesos echados a la basura; esa acción creo desconfianza en los inversionistas. En otras ocasiones ya se dijo que, el equivocado manejo de la pandemia, ha ocasionado que, en estos momentos, México ocupe el tercer lugar a nivel mundial, en decesos por covid-19, con más de 28 mil, solo por debajo de Estados unidos y Brasil, tres presidentes que se han identificado por la soberbia, autoritarismo y desprecio al pueblo. Con la pandemia pues, la crisis económica se agudizó al grado que, para este año, según analistas reconocidos, la caída de la economía será de entre el -7 y -10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). La falta de una política que garantizara estabilidad económica a la sociedad, ocasionó que más de un millón de trabajadores formales perdieran su empleo, 12 millones se quedaron sin ingresos; así como están las cosas, 10 millones más de mexicanos están alcanzando la pobreza extrema, es decir no tienen seguridad de lo que van a comer para el día siguiente.
En asuntos de seguridad, en la administración de la 4T, es un fracaso rotundo; las recientes masacres son más que elocuentes. El caso de Culiacán, Fresnillos, Caborca Guanajuato, los asesinatos de jueces, por citar algunos, son indicadores de la falta de medidas que frenen la inseguridad. Hay cientos de muertos por todo el país, de nada ha servido la guardia nacional. Con los datos del Sistema nacional de seguridad, el cuatrimestre de enero a mayo de 2020 ha sido el más violento, 14 mil 631 personas perdieron la vida en forma violenta.
En el combate a la corrupción hay muchos elementos que ponen en tela de juicio que en verdad se esté combatiendo este flagelo; para empezar, veamos el historial de los personajes más visibles y funcionarios de primer nivel de la 4T, las compras que el gobierno hace, el 76 por ciento son por adjudicación directa. Ahí está el caso de la generación de energía utilizando carbón, comprándoselo nada más y nada menos que el presidente de la comisión de la energía del senado de la república, el morenista Armando Guadiana Tijerina, quien es dueño de varias minas de carbón, y el director de La Comisión Federal de energía Manuel Bartlett. otro caso es, el reciente escándalo de Irma Eréndida Ballesteros Sandoval, Titular de la Función Pública, encargada de vigilar que los servidores públicos se conduzcan dentro de la legalidad. Ahora resulta que ella y su esposo son protagonistas de un escándalo de corrupción al descubrírseles propiedades, cuyo valor supera los 60 millones de pesos, dinero que no pudieron haber ganado como investigadores de la UNAM. Así podemos seguir enumerando muchos casos que demuestran que el combate a la corrupción es puro discurso.
En el aspecto social, ya es conocido la desaparición de diversos programas, con el pretexto del combate a la corrupción, dejaron sin apoyo a millones de familias que recibían la ayuda a través del sistema del seguro popular, desaparecieron los comedores comunitarios, prospera, las estancias infantiles. Crearon instituciones sin ningún plan definido y claro, como el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). y la burla y ofensa para los Gobernadores, el nombramiento de figuras como los superdelagados, que fuera de todo marco jurídico, más que coadyuvar en muchos casos obstaculizan las funciones del mandatario estatal. Entre otros casos es muy notorio el recorte de programas sociales de dependencias como en la SAGARPA, hoy SADER, y la desaparición de la Sedesol hoy Bienestar que ayudaban a los sectores más humildes del campo. Esta última dependencia se ha convertido en centro de operación partidista encaminada a la compra de voluntades, a cambio de un apoyo mísero y de haber cubierto una serie de trabas burocráticas y donde muchos campesinos y amas de casa prefieren abandonar la gestión a medio camino, porque eso sí, los servidores de la nación no aceptan que nadie los ayude. No quieren Intermediarios, dicen.
El discurso del presidente ha dado un giro de 180 grados, como oposición fue un excelente crítico del sistema, como gobierno un fracaso. superó, por doble o triple las fallas que tanto criticaba. Lo peor es que con ese discurso ofende la inteligencia de los mexicanos. En ocasiones cae en la ridiculez de decir tonterías, propias de un personaje dedicado al entretenimiento y diversión que, de un jefe de estado, y en ocasiones su oratoria aparenta que está realmente convencido de estar llevando al país a un nivel de vida igual, o casi igual a los niveles de países europeos. la Tecnología nos ha ayudado a ver, que no es lo mismo hablar que cumplir, ser oposición y después gobierno; López Obrador, se ha convertido en el protagonista de una película de ciencia ficción, donde el personaje del pasado critica las acciones de él mismo, en el presente. Pero entre sus torpezas se lleva entre las "patas", a todo un país al desastre. La contradicción entre lo que dice y lo que hace es muy clara. Sus conferencias matutinas son un tribunal del santo oficio donde amenaza, insulta y agrede, se burla, bautiza con apodos a cuanto personaje de la vida social no está de acuerdo con su "transformación" y amenaza diciendo que quien no está con él, está en contra. Apoco no causa risa su estrategia, en la lucha contra la inseguridad, "pórtense bien delincuentes, o los acuso con su mama y con sus abuelitas" el "fuchi" o el "huácala". La estrategia para frenar el contagio de covid-19, con sus estampitas y el "detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo". se ha especializado en poner apodo a todo mundo como: "riqui riquin, canallin", "señoritingo" "fifís", "pirruris" "comandante borolas" etc., a acuñar frases como "me canso ganso", "no soy florero de nadie" "yo tengo otros datos", "la mafia del poder", "abrazos no balazos". Etc., etc. Ha, pero eso sí, se queja de que le pongan apodos a él, a su hijo menor y a su mujer, su comportamiento y actitud deja mucho que desear, aun cundo presume poseer un grado académico de doctor.
Finalmente, la cereza del pastel. La lucha contra la corrupción. ya se ha dicho que ésta es la bandera principal de la 4T, sin embargo, todo ha quedado en discursos y cero resultados. Se castigará a quien cometa delitos de corrupción, sea amigo o familiar, eso dijo. Pero muchos mexicanos han olvidado que, el presidente dijo que combatiendo la corrupción se ahorraría cerca de 9 mil millones de pesos, pero hasta el momento no ha demostrado donde ha quedado ese dinero. Según el Inegi, el 2019 el porcentaje de mexicanos que experimento un acto de corrupción aumento un 7.5 por ciento, ha y el dinero "ahorrado?". No hay tal, puro discurso que confunde a la gente.
El deterioro del nivel de vida es el indicador más eficaz del gobierno fallido de la 4T, alguien podrá decir que todas las manifestaciones de inconformidad son solo para boicotear al gobierno; nada más lejos de un análisis objetivo. En la actualidad la gente no sale a protestar por consigna, hay malestar, hay desencanto,
No solo del pueblo trabajador, esos son los primeros afectados de la llamada austeridad, que los ha dejado sin empleo y sin ninguna seguridad en salud, sin vivienda, sin obras que le permitan mejorar el nivel de vida, como servicio de drenaje, agua potable, pavimentaciones, infraestructura social y educativa; todo eso se ha perdido en la presente administración. También los sectores medios están resintiendo las malas decisiones del presidente; pequeños y medianos negocios están desapareciendo, empresarios que se han quedado sin ninguna posibilidad de desarrollo, y todo eso afecta la economía. Por eso, los pobres no debemos dejar pasar la oportunidad para este 2021, pues somos la mayoría, hay que ganar el congreso y la cámara de diputados para frenar esta masacre contra los mexicanos, y trabajar juntos para enderezar el país. El movimiento Antorchista se está preparando para eso, e invitamos a todos los mexicanos a hacer un solo frente. La organización de los pobres propone custro puntos fundamentales como eje del plan para mejorar la condición de vida de los mexicanos, primero; la creación de fuentes de empleo, para aquellos que quieran y estén en edad de trabajar, segundo, salarios dignos que garanticen satisfacer las necesidades básicas de la familia, tercero, Impuestos progresivos; es decir, que pague más el que gana más. Y finalmente, cuatro, reorientación del gasto social, es decir invertir en las áreas donde más se requiera, sobre todo al sector más desprotegido.
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