**El plan inicial de la Comisión Estatal de los Pueblos Indígenas (COEPI) era distribuir despensas a todas las personas de La Soledad, pero se echaron para atrás, y de un listado de 400 familias, sólo entregaron alrededor de 50 y las demás se las llevaron, dejando indignada a la gente.
Chihuahua, Chih. "Las empleadas nos amenazaron con echarnos a la policía si insistíamos en que se nos repartieran las despensas que nos habían prometido", denunció Manuela Macías, presidenta de la colonia Granjas La Soledad; "y sí vino una patrulla, y al final nos dijeron que si queríamos, que fuéramos a hacer gestiones al DIF Estatal".
La mañana de este miércoles, un camión de la Comisión Estatal de los Pueblos Indígenas (COEPI) llegó a esta comunidad en el sur de la ciudad, cargada de despensas para los habitantes, pero en cuanto inició el reparto, hicieron dos filas de gente que llevaba en mano su tarjeta CURP.Previamente, los funcionarios le encargaron a la gobernadora indígena que levantara una lista casa por casa, lo que ella hizo sin falta.A la hora que les indicaron, los colonos ya estaban ahí.
"Pero la sorpresa fue que nos dijeron que los que no éramos indígenas, que nos retiráramos, que se le iba a repartir a puros rarámuris.A la señora Cuquita, que es la representante de la COEPI, yo le hice notar que la lista la habían levantado casa por casa sin distinción y que por qué ahora nos discriminaban".
La funcionaria los amenazó con que si no se retiraban, les iba "a echar a la policía", y sí vino una patrulla, "dizque para proteger las despensas y para que no fuéramos a hacer daño a las empleadas y a los vehículos del gobierno", relató doña Manuela.
Fue puro engaño.Las personas que fueron citadas se quedaron con sus credenciales en la mano, y se quejaron de que, en medio de la pandemia por el Coronavirus, este desaire fue ni más ni menos que una broma cruel.
"Imagínese cómo nos quedamos todos, con tanto coraje por haber sido engañados; aquí la gente tiene verdadera necesidad de que le traiga el gobierno algo de comer, porque ya no tenemos trabajo, y nos las estamos viendo muy duras", agregó la representante, quien dijo en seguida: "Nos discriminaron porque muchos de nosotros somos antorchistas y porque hemos estado exigiendo una programa de distribución de alimentos entre los más pobres".
Manuela Macías platicó con sus decepcionados vecinos y los exhortó a que se mantuvieran unidos, que siguieran haciendo un frente único de lucha, tanto los rarámuris como los "chabochis", que al cabo, los burócratas no van a poder lograr su propósito, "que es que nos pongamos a pelear unos con otros, pero no, nosotros no nos vamos a pelear por una despensa, ni por nada".
"¿Y cómo se les ocurre mandarnos a gestionar en el DIF Estatal, que está frente a la Ciudad Deportiva, al otro lado de la ciudad, si nos tienen encerrados en casa con la prohibición de que no salgamos?"
Y "Cuquita", la de la COEPI, se salió con la suya: se fue con la mayoría de las despensas, y de una lista inicial de 400 familias, sólo dejó unos 50 paquetes, porque ni siquiera a todos los indígenas les quiso dejar una.
"Discriminación, engaño, burla cruel".
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