En los últimos meses se empezó a manejar el nombre de Juventino Ramírez Soto, como posible aspirante a ocupar un escaño en el congreso local de Durango por el distrito XV, a través de mayoría relativa, o sea, elegido mediante el voto directo y secreto de los ciudadanos.
Ramírez Soto fue presidente del Consejo de Vigilancia de Santa María de Ocotán y Xononoxtle, la comunidad indígena, según se sabe, más grande de América Latina; y fue candidato a presidente del municipio del Mezquital en el año 2016. Hoy es líder del Movimiento Antorchista en la misma municipalidad, en donde la mayoría de sus habitantes provienen de los grupos étnicos (tepehuanos, huicholes, mexicaneros, etc.).
El viernes 16 de marzo, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), a través de su dirigente estatal en Durango, Gerardo Villareal, le entregó la constancia del partido que lo acredita como candidato del Verde a diputado local por el mencionado distrito que comprende los municipios de El Mezquital, Suchil, Vicente Guerrero, Nombre de Dios y Poanas; y será entre el 7 y el 14 de abril cuando se estará inscribiendo ante el Instituto Estatal de Participación Ciudadana (IEPC) ya como candidato constitucional. Previo a ello, el 13 de febrero, el Movimiento Antorchista anunció su alianza con el PVEM acto en el que tomaron protesta dos de sus miembros como dirigentes municipales del partido en los municipios de Mezquital y Súchil.
Sin duda esta oportunidad representaría un hecho inédito, pues nunca en la historia política de Durango ha habido candidato indígena a diputado local, los pocos que han podido llegar al Congreso, lo han hecho a través de suplencias, o sea, porque el titular se fue a buscar un hueso más grande, dejándole la migaja al indígena. Así que, si se logra consolidar este proyecto, sería un acto histórico.
Además, esta tendría una característica distinta al común de las candidaturas, pues la gran mayoría de ellas son siempre producto de las decisiones en las cúpulas y esta, por el contrario, es una propuesta que ha salido de esa zona que ha sido marginada por siglos, no sólo políticamente, sino en todos los aspectos, en salud, vivienda, etc., situación que lo convertiría en un candidato auténtico.
Y cualquiera pudiera pensar que la causa de la falta de candidatos indígenas sea la escasez de gente preparada y capaz en la zona, pero no es así, pues la hay y de sobra, más bien es una política de los partidos políticos, al menos en Durango, un tanto racista pero sobre todo clasista, en donde sólo los mestizos tienen derecho a figurar y ser candidatos, pero no cualquier mestizos, sino los que tienen cierto poder económico que además sepan cuidar los intereses de los gobernantes en turno, así que no es un problema de capacidad como luego se dice, es un problema, como ya subrayé, que tiene otro fondo político, porque si se tomaran en cuenta las capacidades de las personas que aspiran a ocupar un puesto de elección, sólo dos o tres pasarían la prueba; pero además, aquí y en china, como bien dice el dicho, hace más el que quiere que el que puede, o sea que para ser un buen representante del pueblo o gobernante, solo se requiere una cosa: voluntad de hacer las cosas.
Esta pues sería la primera experiencia que habremos de vivir en este proceso electoral con un candidato indígena con muchas posibilidades de triunfo, pues con el capital político del Movimiento Antorchista -producto de una excelente labor de gestoría que viene realizando en la mayoría de los municipios, con el apoyo, por cierto, de diputados federales antorchistas- puede de dar una buena batalla contra la hija de un exgobernador oriundo del Mezquital.
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