El pasado 9 de agosto se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el objetivo es reconocer y defender tanto los derechos de la población indígena como sus tierras, así como establecer un marco de convivencia y de relaciones económicas.
El 23 de diciembre de 1994, en la Asamblea General de las Naciones Unidas se establece el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, y se instituye como fecha para la conmemoración el 9 de agosto de cada año.
En el Artículo 2º.Constitucional, señala que México "se asume como una nación pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, reconoce los derechos de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación, autonomía, formas internas de convivencia y organización social, económica, política y cultural."
Sin embargo, la Constitución queda en letra muerta al ver la realidad que impera en el país, y para muestra, en la Zona Huasteca de San Luis Potosí, se concentran los indígenas Tenek, Huastecos, Pame, el Otomí, el Mazahua y el Náhuatl.Según Indicadores Socioeconómicos de los Pueblos Indígenas de México 2015, realizado por entonces, La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) ahora Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), indica que el 13.6 por ciento de la población en San Luis Potosí es población indígena, es decir, 370 mil 381 personas.
Existen 88 mil 861 viviendas indígenas particulares, de las cuales, en 18.8 por ciento tienen piso de tierra y en 83.0 por ciento se cocina con leña o carbón.En cuanto al acceso a servicios, el 27 por ciento no dispone de agua entubada, el 8 por ciento no tiene energía eléctrica al interior de su hogar y el 44 por ciento no cuenta con drenaje.
Los datos hablan por sí solos, tomando en cuenta que esta situación de pobreza ya se venía viendo a todas luces.Pues, bien.Cabe destacar que el 9 de agosto es una conmemoración de los indígenas conocida por los medios de comunicación incluyendo al mismo presidente de la República Andrés Manuel López Obrador que conoce, incluso hasta practica las tradiciones de los pueblos para dejar ver ante la ciudadanía que los indígenas son de "gran importancia", y que está de acuerdo en que existan, pero que en la realidad solo es un engaño.
Basta recordar que nuestro país atraviesa una pandemia con covid-19 que está afectando a los mexicanos, pero sobre todo a los indígenas que de por sí viven en una situación de pobreza lacerante, aunado con los recortes del presupuesto en los estados y municipios, programas insuficientes y electoreros, recorte del Ramo 33 para obras en las comunidades, el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), entre otras y para colmo, el pueblo enfermo, sin medicamento y el gobierno, bien gracias con su combate a la "corrupción".
¡Entonces, nada que celebrar! Si se trata solo de reconocerlos en las palabras, porque ya vimos que en los hechos no hay nada, porque el gobierno nada ha hecho por salvar a su país, mucho menos a los indígenas que tanto dijo que "por el bien de México, primeros los pobres".
Ante esto, desde esta tribuna, hago un llamado a todos mis hermanos indígenas que se sientan identificados con estos atropellos, que se sientan violados sus derechos, discriminados por el simple hecho de ser indígenas, a que se organicen con el Movimiento Antorchista Nacional, ya que es la única organización que defiende los verdaderos intereses del pueblo pobre de México, y que verdaderamente tiene un plan para sacar a nuestro país del atolladero en la que los políticos electoreros de cuello blanco lo han llevado, y que ahora Morena lo está sepultando en el abismo.
Para ello, Antorcha propone cuatro ejes: primero, creación de empleos suficientes para los que estén en edad de trabajar, esto es posible obligando a las empresas privadas que hay en nuestro país; segundo, salarios bien remunerados; tercero, creación de una política fiscal progresiva, es decir, que paguen más impuestos los que ganan más y paguen menos, los que ganen menos porque en la actualidad esta situación está al revés, es decir, como reza el dicho popular "al perro más flaco, se le cargan las pulgas"; y, cuarto, una reorientación del gasto público, es decir, que el gobierno invierta más en los pobres, porque como vemos, invierten más los ricos, realizando obras multimillonarias que solo pueden realizar los grandes empresarios que se llevan toda la tajada.
Es así, estimado lector como el Movimiento Antorchista Nacional propone su proyecto de nación.
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