A lo largo de la historia nuestro país se ha visto inmerso en diferentes movimientos sociales con el objetivo siempre de ayudar a la clase desprotegida, ya sea al esclavo, al obrero, al campesino, al estudiante o al pueblo en general, desgraciadamente, hasta el momento, ninguno de estos movimientos ha logrado un verdadero cambio y, por tanto, todo ha quedado en buenas intenciones por lograr ese objetivo. Así han sido hasta el momento las tres “transformaciones”, entre comillas, que se han dado en nuestro país: la Guerra de Independencia, la Guerra de reforma y la Revolución Mexicana.
El movimiento de Independencia se dio tras el sometimiento de 300 años por parte del imperio español hacia los mexicas, quienes fueron salvajemente tratados en un esclavismo rapaz, un saqueo descarado de los recursos naturales y un deseo desmedido de exterminar con las tradiciones y costumbres de la cultura mexica y la imposición de la ideología de la cultura española.
Fue precisamente el cura de Dolores, Don Miguel Hidalgo y Costilla, quien el 16 de septiembre de 1810 iniciara el movimiento de Independencia, le siguieron: José María Morelos y Pavón, Miguel Domínguez, Ignacio Allende, Juan Aldama, Vicente Guerrero y Josefa Ortiz de Domínguez, entre otros, quienes se dispusieron a dar la vida por una patria más justa, más libre y más soberana. Desgraciadamente, al ser todos ellos hijos de españoles nacidos en México, el triunfo de la guerra de independencia lograda por Agustín de Iturbide 10 años después de haber iniciado, solo benefició a los poderosos y, por tanto, dicha independencia quedó solo en palabras.
Posteriormente y a manera de concluir lo que inició el movimiento de Independencia, se dio la Guerra de Reforma con Benito Juárez a la cabeza, logrando beneficios importantes como la separación de la iglesia y el estado, pues la iglesia era el mayor terrateniente de su tiempo y frenaba el desarrollo del capitalismo al impedir la modernización de la agricultura y la libertad de los campesinos a contratarse como obreros asalariados.
Era necesario terminar con esto y Juárez lo intentó a través de las leyes de Reforma, cuyo principal objetivo eran dar continuidad a lo iniciado en el movimiento de Independencia, pero fue un intento fallido, pues dichas leyes no lograron desaparecer a los terratenientes ni a los grandes latifundistas, sino que, por el contrario, estos se fortalecieron aún más bajo el gobierno de Porfirio Díaz. El modo de producción era feudal, se basaba en el trabajo servil, los bajos salarios y la tienda de raya, era una situación insostenible para los hombres del campo.
Vino entonces la Revolución Mexicana de 1910, encabezada por Emiliano Zapata y Francisco Villa, así como también por los Hermanos Serdán: Aquiles, Máximo y Carmen. El principal objetivo de este movimiento armado era la entrega de la tierra a los campesinos bajo el lema “La tierra es de quien la trabaja”.
Hubo logros importantes de la Revolución Mexicana, aparte de devolver al campesino la tierra, se logró, entre otras cosas, un auge en la industrialización, modernización de la agricultura, desarrollo la banca y el comercio, mejoraron los salarios, se universalizó la educación, los servicios de salud y la vivienda, pero aún con todo esto, no podemos hablar de un auténtica revolución popular, pues Zapata y Villa, una vez ganado el poder, no supieron qué hacer con él, cómo gobernar y nuevamente dejaron las riendas del país en manos de los poderosos. En conclusión, sigue pendiente una verdadera revolución.
En ninguna de las movilizaciones anteriores, el pueblo, la gran masa de campesinos, trabajadores y obreros quienes aportaron la principal cuota de sangre por mejorar sus condiciones de vida, indudablemente jamás se alzaron con la victoria.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asegura que esta Cuarta Transformación es el cambio definitivo que necesita México, que esta transformación sí es del pueblo y para el pueblo pobre, que esta vez el pueblo sí es el transformador; pero todos sabemos en los hechos la realidad, que estas afirmaciones son mentiras audaces para que la 4T siga gobernando.
Compañeros, llegó la hora del pueblo, la hora en que por fin el pueblo actúe por cuenta y riesgo propio, formulando su propio programa de país, que se organice y luche en beneficio suyo y de sus familias para lograr el bien común, todos nosotros jugamos un papel importante en la sociedad y estamos llamados a luchar hombro con hombro, los estudiantes con la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) y los docentes con Antorcha Magisterial, claro está bajo la atinada dirección del Movimiento Antorchista Nacional y en específico del Maestro Aquiles Córdova Morán, tengamos la confianza en que esta es la verdadera y la única opción que tenemos para salir adelante y dejar para nuestras futuras generaciones una patria más justa, más libre, más democrática y más soberana.
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