Largas filas de automóviles y miles de personas con bidones para tratar de cargar, a veces infructuosamente, un poco de combustible en las gasolineras de los diferentes puntos de la Zona Metropolitana de Guadalajara (zmg), que ocasionan caos vial y cambios repentinos en las rutas de transporte público, así como la paralización casi total de importantes actividades económicas como: turismo, producción y distribución de productos agropecuarios, son algunas de las graves consecuencias que está sufriendo el pueblo jalisciense, debido a la mala decisión y mala estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de cerrar los ductos de Petróleos Mexicano (pemex), entre ellos el poliducto de Salamanca que abastece a Jalisco, para combatir el robo de hidrocarburos.
El desabasto de gasolina en la entidad llegó al 70 por ciento, pues la escasez ha llegado a otros 35 municipios del interior del estado; pese a la molestia de la ciudadanía y la afectación a la economía de las familias jaliscienses que dependen, ya sea directamente o indirectamente, del uso del hidrocarburo, el desabasto sigue. Esta situación ha obligado a los empleados de las gasolineras que obtenían ingresos por concepto de propinas, a hacer milagros para llevar el sustento a sus familias.
Según reportes dados a conocer por el gobierno estatal, tan solo en la zmg, existen 450 gasolineras, que requieren de 60 mil barriles por día, equivalente a 10 millones de litros, en proporciones de 60 por ciento de Magna, 10 por ciento de Premium y 30 por ciento de Diésel. Es evidente que se ve se trata de un volumen grande del hidrocarburo, por lo que a pesar del aumento del número de pipas para abastecer las gasolineras, siguen las largas filas de autos para cargar combustible, es decir, el problema sigue. Pero cabe cuestionarse, ¿quién está pagando nuevamente los costos de esta medida tomada por el presidente de la republica que ha dicho ¨primero los pobres¨? La respuesta es obvia, el pueblo trabajador, pues contrario a la actitud que asumieron los potentados ante la propuesta de modificar las comisiones bancarias, que hizo un legislador de Morena esta vez, aplauden la medida tomada por el gobierno federal.
Es el trabajador el que para llegar a su centro de trabajo, debe abordar dos o tres camiones de transporte público pero, pierde horas por el cambio repentino de la ruta viéndose obligado, en ocasiones, a bajarse del camión y tomar un taxi pagando los abusivos costos del auto de alquiler; es el humilde despachador de gasolina quien, al haber baja o nula clientela en las gasolineras no obtiene alguna propina para completar el ingreso y llevar el sustento para sus hijos; es el jornalero agrícola el que se queda sin trabajo al no poder ser cargados del combustible los vehículos para que se pueda transportar a las parcelas; es el pequeño productor quien, con impotencia ve correr el riesgo de que sus productos lleguen a perderse por la imposibilidad de contar con los combustibles que se requieren para el trasporte de las mercancías al mercado.
A los obreros, los campesinos empobrecidos, las amas de casa, los profesionistas, es decir, los trabajadores en general de Jalisco y de varios estados del país, les debe quedar claro que, sin deberla están pagando a un costo muy alto las malas decisiones y malas estrategias del gobierno federal para combatir el delito de robo de hidrocarburos, ya que los políticos que ostentan el Poder de la Nación, emanados del partido Morena (Movimiento Regeneración Nacional), consideran que por el hecho de haber obtenido más de 30 millones de votos en el reciente proceso electoral, les da derecho de implementar toda clase de medidas y sus gobernados deben resignarse a soportar las consecuencias. Basta escuchar los llamados que hace al pueblo mexicano el presidente de la república, en el sentido de colaborar, evitar compras de pánico, no llenar los tanques de gasolina, etcétera.
Los pobres de México debemos aprovechar la lección que ofrece el lamentable panorama del desabasto de hidrocarburos que prevalece en buena parte del territorio mexicano, pues es una prueba contundente de que la suerte de los explotados no puede ser cambiada por ¨iluminados¨. Los flagelos sociales que sufre el pueblo trabajador, sólo pueden resolverse por una gran fuerza social conformada por millones de mexicanos organizados y educados, que sea capaz de cambiar el modelo económico neoliberal imperante en nuestra Patria, que es la causante de todos los horrores que están sufriendo los que producen la riqueza de este país.
La tarea de organizar y educar a los trabajadores agrícolas e industriales, es titánica pero es posible y necesaria, el Movimiento Antorchista Nacional ya la emprendió; ya que los antorchistas tienen claro, el enorme peligro de esperar que un iluminado resuelva los problemas que sufre la mayor parte de los mexicanos. Por lo que hoy más que nunca se les hace extensiva la invitación, a todos los mexicanos en situación de pobreza, a sumarse a las filas de Antorcha y juntos luchar por una patria más justa.
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