MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Cuál es la causa de los males?

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Diversos medios de información han puesto ante los ojos de todos, las consecuencias que tiene para la sociedad las deterioradas condiciones de vida que no alcanzan los estándares mínimos, situación actual por la que atraviesan los estratos sociales más bajos en diferentes puntos del estado de Puebla, como uno de los efectos lógicos de esta realidad es un incremento en los índices delictivos, como asaltos, extorsiones, secuestros, entre otros, mismos que han rebasado por mucho la capacidad de respuesta de las autoridades encargados de brindar seguridad a la ciudadanía, impidiendo una respuesta oportuna. En algunos casos, en la propia Angelópolis o en Zacapala por ejemplo, los perpetradores no tuvieron oportunidad de ser juzgados y condenados por el sistema judicial, pues ante el hartazgo de la ciudadanía que cansada de ser víctima inevitable de los actos delictivos, decidieron hacer justicia por mano propia.

El municipio de Ocoyucan, parte de la zona metropolitana de Puebla, no ha podido escapar a esta ola de delitos que ha ido creciendo, sin embargo, particularmente en este caso, hay quienes de forma irresponsable y sin dar argumentos, acusan como único responsable al presidente municipal tan sólo porque pertenece a las filas del Movimiento Antorchista; esto mismo ha bastado atiborrar de epítetos negativos el gobierno que desde hace unos meses yace en manos de un antorchista. El objetivo de esta campaña negativa no puede ser otro que desfigurar y distorsionar la realidad en favor de algunos intereses ocultos que no están de acuerdo con un gobierno que, desde su llegada, no ha hecho otra cosa que trabajar para abatir la pobreza y marginación del municipio.

Para comprender justamente cualquier fenómeno es preciso considerarlo en conexión con otros fenómenos, conocer su origen y su desarrollo ulterior. En el mundo no hay fenómenos absolutamente aislados; cada uno está condicionado por otros. Un fenómeno arrancado de su conexión natural se transforma en algo inexplicable, irracional. Cada fenómeno y todo el mundo en su conjunto constituyen un complejo sistema de relaciones, cuyo aspecto más esencial es la conexión e interacción de las causas y los efectos. Por tanto, el fenómeno de la delincuencia no puede ser culpa exclusiva de una sola persona, y menos atribuírsele injustamente por su ideología política.

Estos actos delictivos que han venido a la alza en el estado son consecuencia de una descomposición social; actualmente la inmensa mayoría de las personas de nuestro país están sumergidas en una pobreza lacerante y cada día es más dificil sobrevivir; muchas de esas personas no tienen un ingreso fijo, y si lo tienen es insuficiente para atender necesidades básicas como adquirir alimento, vivienda digna, vestido, acceso a la salud y a la educación. Mucho menos pensamos en que esa clase depauperada pueda tener una recreación sana, que eleve su espíritu humano como los son las actividades culturales y deportivas.

Ante la faltas de condiciones para una vida digna, la gente se preocupa únicamente por satisfacer sus necesidades más elementales y al carecer de opciones que le permitan lograrlo, se ve obligado por las circunstancias a delinquir; estas filas se van engrosando peligrosamente por muchos jóvenes que al no ver un futuro prometedor que le garantice una vida con decoro, prefieren abandonar sus estudios para ganarse la vida erróneamente aunque sea por poco tiempo, a vivir una vida de hambre y miseria.

Aquí cabe la pregunta ¿qué hacen nuestras autoridades, ya no sólo para contener, sino para prevenir este problema?, aparte de paliativos que cada vez funcionan menos, correcto sería decir que nada. Las cúpulas hegemónicas en el poder han desfigurado la democracia en una plutocracia que preserva el actual modelo económico en el país y que, al no distribuir de forma equitativa la riqueza que produce la clase trabajadora, la confinan a la vida de miseria en la que se encuentra, porque a ellos así les conviene. ¿Entonces, quién es culpable de los males sociales que padecemos? El modelo económico que nos rige.

Consciente de eso, el gobierno antorchista de Ocoyucan ha trabajado desde el primer día en atender y resolver las demandas y carencias de los ciudadanos para elevar y mejorar su calidad de vida. En estos escasos meses de gobierno, en Ocoyucan se han materializado decenas de redes de electrificación, se han hecho redes de drenaje sanitario, pavimentaciones, y principalmente se ha estado apoyando a la educación con construcción de aulas, desayunadores escolares y apoyo con mobiliario, entre otras cosas.

El gobierno de Ocoyucan se ocupa en crear condiciones adecuadas para la formación de los niños y jóvenes mediante una educación multifacética a través de la cual puedan desarrollar y potencializar todas sus habilidades culturales, deportivas y académicas, para que sean hombres sensibles ante los problemas de sus semejantes, capaces de poner sus conocimientos al servicio de sus hermanos de clase y de dirigir al país por mejores derroteros.

Pero para lograr esto, no basta solamente con educar a los niños y jóvenes, es imperante que todas aquellas personas de la clase proletaria se sumen y se organicen en un solo movimiento para crear una fuerza indestructible, capaz de conquistar por la vía democrática, no el poder de uno o dos municipios, sino de todo el país para comenzar a trazar una política que sirva para mejorar la vida de todos los mexicanos. Lo que hacen los regidores, presientes municipales y diputados antorchistas, es un claro ejemplo de que sí se puede trabajar en favor de la clase proletaria para mejorar sustancialmente su vida.

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