MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crisis migratoria, crisis económica para México

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Aunque la migración no es un fenómeno nuevo, la magnitud de la actual crisis migratoria no tiene precedentes. Actualmente, hay más de 82 millones de personas en todo el mundo que se han visto obligadas a abandonar sus hogares, la mayor cifra jamás registrada por las Naciones Unidas desde la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que parece no tener remedio a pesar de todas las políticas y programas que se han implementado en esta materia. 

Hoy la perspectiva para los migrantes es fatal: muchos serán deportados a sus lugares de origen, donde los espera una muy triste realidad: pobreza y más pobreza.

¿Cómo remediar un mal cuyas causas originales son consecuencia directa del actual sistema económico?

Desde sus orígenes, el capitalismo creció y se fortaleció a expensas de la explotación de riquezas naturales, el mercado y las clases trabajadoras de cada país. Su mismo desarrollo, de acuerdo con la ley básica de su existencia, ha roto las fronteras, presentándonos un escenario donde un puñado de personas concentra la mayor parte de la riqueza social, mientras la gran mayoría de la población vive apenas con lo indispensable.

La concentración de la riqueza crea la desigualdad y la pobreza de masas que, en consecuencia, se ven obligadas a desplazarse de sus lugares de origen para buscar mejores condiciones de vida. El problema de la emigración es, precisamente, la manifestación social de esta desigualdad.

Ahora se anuncia la apertura de operaciones de Tenet México, que describe, textualmente, en su página: 

“En Tenet, abordamos el proceso de contratación de refugiados desde una perspectiva empresarial: a medida que la economía mexicana sigue creciendo, las empresas tienen una oportunidad increíble de cubrir sus necesidades laborales mediante la incorporación de refugiados y migrantes”. 

Aparentemente, podríamos pensar que es un rayo de sol atravesando los densos nubarrones de la crisis migratoria, y de esa manera se ha dado a conocer la noticia tanto por los medios de comunicación como por el gobierno federal: la clase dueña del capital tiende la mano a los menos favorecidos.

Pero la empresa privada tiene como función otorgar la máxima ganancia al dueño del capital y, de esa forma, ir generando la acumulación de riqueza, así que no puede renunciar a estos fines so pena de perecer en el intento y menos cambiarlos por otros, como la ayuda humanitaria. Si así parece, es porque así lo demandan sus intereses.

La Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social publicaron, a través de internet, un comunicado conjunto sobre la participación del gobierno federal en el lanzamiento de esta iniciativa. Tienen razón cuando dicen que la causa de la emigración es la falta de oportunidades en los países de origen, pero se equivocan al poner la solución en manos del capital, causante de esa misma falta de oportunidades. 

Se olvidan de que, durante muchos años, las empresas nacionales y extranjeras se han hecho de la riqueza nacional a costa de la marginación de toda la clase trabajadora mexicana, y las actuales condiciones de esa misma clase son evidencia innegable.

México no es el destino original de la ola migratoria, tan solo es el lugar de paso y origen de los miles de personas que dejan sus hogares en busca de mejorar las condiciones económicas a las que el mismo imperialismo norteamericano nos ha orillado. No basta con generar empleos, es necesario atacar de raíz las causas profundas de la emigración que, acertadamente, los funcionarios reconocen, pero además ofrecer empleos en las condiciones actuales es echarle gasolina al fuego.

Si se dejan los hogares con la perspectiva de un mejor futuro, pero lo que se encuentra es simplemente una explotación más descarnada, no hay duda de que la masa de migrantes no disminuirá, sino que se incrementará. Lo peor es que, mientras se pronuncian este tipo de discursos, el gobierno mexicano se ha sumado a la política represiva, al uso de fuerza armada para detener a los migrantes.

Por más que intenten vestirse de amigos del pueblo y defensores de los intereses comunes, se revelan como verdaderos lacayos al servicio del imperialismo norteamericano.

Hoy la perspectiva para los migrantes es fatal: muchos serán deportados a sus lugares de origen, donde los espera una muy triste realidad: pobreza y más pobreza.

Hoy escuchamos que, ante el aumento de aranceles, el gobierno federal se comprometió a emplazar diez mil soldados para salvaguardar las fronteras americanas, sin importar el sufrimiento de miles de migrantes que buscan una mejor vida.

Debería el gobierno implementar políticas serias para absorber la mano de obra mexicana que será expulsada de Estados Unidos. De lo contrario, nos espera más crisis que pondrán a prueba la política de la 4T. ¡Que conste!

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