MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crece Quintana Roo, pero en analfabetismo 

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La falta de inversión pública en el rubro educativo dificulta la enseñanza del nivel básico en las poblaciones más apartadas de la capital de Quintana Roo, y lo confirma el último censo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), que señala que, en la entidad, hay un millón 436 mil habitantes mayores de 15 años, de los cuales, 41 mil 874 o el 2.9 por ciento, son analfabetas.

En 2019 existían 41 mil 684 personas que no sabían leer ni escribir; por otra parte, 89 mil 350 quintanarroenses no terminaron la educación primaria y 179 mil 291 no acabaron la secundaria.

Estas cifras representan un rezago total de 310 mil 515 personas con algún tipo de analfabetismo. 

Es así como Quintana Roo creció, pero analfabetismo, y se encuentra en serios problemas por este problema público que implica, además de una mínima educación, la reducción de oportunidades para los ciudadanos. No saber leer ni escribir y, en consecuencia, carecer de algún grado de estudios, genera discriminación en un sector de la sociedad con limitadas o nulas oportunidades laborales. 

En la entidad el analfabetismo es del 2.9 por ciento, el municipio de Bacalar enciende los focos rojos, toda vez que reporta un índice de 10.2 por ciento, que representa unas tres mil 200 personas que aún no saben leer ni escribir, de acuerdo con datos del Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos (IEEA).

Cabe aclarar que una cosa es el analfabetismo y otra es el rezago educativo, el primero está representado en la incapacidad de las personas mayores de 15 años, para leer y escribir un recado. Se trata de un indicador en el que, a pesar de haber reducciones progresivas, el avance sigue siendo lento y desigual en una demarcación. El rezago educativo describe que a los hombres y las mujeres de 15 años y más que no terminaron su educación básica obligatoria, correspondiente a la secundaria, se encuentran en una situación de rezago educativo.

En una entrevista realizada a la titular de la IEEA, Candelaria Raygoza Alcocer, justificó que el porcentaje de analfabetismo no disminuye debido en muchas ocasiones por la “desidia de las personas, sobre todo los adultos mayores que, por condiciones físicas adversas y condición indígena, son renuentes a recibir alfabetización a pesar de los múltiples esfuerzos que realizan para lograrlo”.

Sin embargo, muchos de ellos son jefes de familia que priorizan la cuestión laboral para que no falte lo indispensable en sus hogares y contribuyan en el gasto del hogar.

Ellos tienen, primero, que cumplir con su responsabilidad familiar y segundo, laboral, necesariamente, más de 8 horas diarias a fin de obtener ingresos económicos para financiar los alimentos del día. Esto es una realidad que los burócratas de la IEEA no conciben, eso explica su poco análisis y falta de preocupación para ayudar a ese sector de población en estado de vulnerabilidad. 

El rezago educativo es enorme, constatado en las clases en línea. Esta modalidad que se implementó debido a la pandemia dejó entrever lo deficiente e inapropiada política educativa del Gobierno de Quintana Roo y del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que ignoró el llamado de profesores, alumnos y padres de familia que casi a diario expusieron las malas condiciones por falta de infraestructura en las escuelas desde nivel básico y hasta superior. 

Este año el presupuesto para la infraestructura educativa en Quintana Roo será de 205 millones de pesos más que el concedido en 2021. Por parte del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), fueron aprobados para Quintana Roo 438 millones de pesos, mientras que para este año aumentó 205 millones, en suma, el presupuesto alcanza los 643 millones de pesos, principalmente para escuelas de educación básica y superior con 300 millones para infraestructura en cada uno de estos niveles.

El director del Instituto de Infraestructura Física Educativa de Quintana Roo (IFEQROO), Abraham Rodríguez Herrera, mencionó que el incremento del presupuesto ayudará a recuperar la totalidad de las escuelas que sufrieron actos vandálicos, para poder concretar un regreso a clases presenciales con los servicios básicos.

Ojalá y sí se ocupen esos recursos para tal fin y no para a otros intereses políticos del Gobierno del estado como siempre ha ocurrido, más ahora que dicen que el mandatario estatal está bien parado con López Obrador, y que al finalizar su administración el panista también formará parte de la administración federal. 

Las niñas, niños, adolescentes y todo el resto de la comunidad estudiantil de Quintana Roo, tienen derechos, y la Constitución es clara al respecto, el Estado mexicano tiene que garantizar buena educación y de calidad. A estas alturas se requieren implementar medidas para contrarrestar el analfabetismo y rezago educativo, pero es vital invertir más recursos y mejorar la infraestructura educativa para una mejor enseñanza.

La comunidad estudiantil y el pueblo en general no podemos mantenernos callados y sumisos, hay que luchar también por nuestros derechos porque los que nos gobiernan sólo están para luchar por lo suyo y no por quienes los llevaron al poder.

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