MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Contra el narcotráfico en México: una guerra perdida

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Indudablemente ligada al aumento del poder del narcotráfico que ha habido en nuestro país, la violencia ha tomado un lugar central en el debate público y ha debilitado al gobierno por su incapacidad para hacerle frente, para combatir con todos estos problemas que se crean y afectan a la sociedad. El México del siglo XXI se caracteriza de forma crítica y algo bastante señalado, pues hay un desconcertante aumento en la violencia, si bien entre 1997 y mediados de la década de 2000 se había asistido a una disminución constante y regular de la tasa de homicidios, esta experimentó un gran aumento de 2008 a 2011, y luego un ligero descenso en 2012 y 2013. Desde 1992 la tasa de homicidios había disminuido de manera constante y regular pasando de 22 asesinatos anuales a 9 por cada 100,000 habitantes, pero en entre 2008 y 2011 se triplicó, hasta alcanzar la cifra de 24 homicidios por cada 100,000 habitantes, este aumento de la violencia se ha visto además acompañado en muchos casos por situaciones de crueldad que apenas han retrocedido desde 2011 hasta hoy.

La renovación de la violencia está sin duda ligada al aumento del poder y de las actividades de los grupos criminales dedicados al tráfico de drogas y otras actividades ilícitas que se van realizando, que van desde la extorsión y el secuestro hasta el contrabando y la industria de la falsificación, pasando también por la trata de personas. La violencia también se debe a la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado declarada por Felipe Calderón (2006-2012) al inicio de su mandato, el clima de terror e impunidad que reina en el país ha abierto el camino a una banalización de la violencia corriente, que se ha multiplicado cada ves más entre los mexicanos, cabe señalar que la violencia y el abuso de poder de   la policía y el ejército crecieron en proporciones alarmantes, lo cual es muy preocupante en el entorno social, político y económico.

Otro impacto también fue la importancia que tuvieron las elecciones al final de la administración del gobierno del expresidente Vicente Fox (2000-2006) y más problemas desatados durante el gobierno de Felipe Calderón. Después de tomar posesión como presidente de la república, además de lanzar la guerra contra el narcotráfico, durante su sexenio, aproximadamente 70,000 personas fueron ejecutadas de forma violenta; el número de cárteles del narcotráfico se expandió cada vez más, y el tráfico de drogas continuó. A fines de la década de 1990 los actos de violencia eran percibidos bajo el doble registro de sucesos periodísticos o de arcaísmos sociopolíticos, ya destinados a desaparecer poco a poco ante el “según” progreso y desarrollo de la democratización y la modernización económica de nuestro país, se fueron convirtiendo de alguna forma en tema recurrente de debate público. Los diversos actos de violencia se volvieron objeto de numerosas coberturas, como en diferentes canales de televisión y en señales radiales, preocupante es la situación en la que vivimos, muchas personas no logran darse cuenta de la problemática o no asimilan sobre las características sociales y la organización de los actores de la violencia, tomando en cuenta no solo a los grupos delictivos, y entre ellos a los narcotraficantes, sino también a la policía y las fuerzas armadas, que esto es algo increíblemente desalentador, al igual que los otros círculos sociales que viven en contacto y en connivencia con el mundo de la violencia, sin ser o no partes activas de esta, durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018), y después de un año en el poder, México se sigue enfrentando problemas conectados con el narcotráfico, reflejado en los altos niveles de violencia y el aumento de actividades ilícitas como el secuestro y la extorsión, una docena de cárteles del narcotráfico luchan por controlar el territorio y las rutas de trasiego de las drogas en el país, lo que desató luchas violentas. Ahora nos pasamos a la famosísima 4T, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), en esta administración se prometió cambiar muchas cosas, lo cual no hablaremos de ese tema y nos concentraremos en el crimen organizado, pasa lo mismo, es muy difícil combatir y terminar con el problema, y un claro ejemplo es el “culiacanazo”, la batalla que ganó el crimen organizado a las fuerzas federales de AMLO.

No debemos olvidar que las actividades de los narcotraficantes han sido durante mucho tiempo no solo toleradas, sino aceptadas e incluso valoradas por todo un sector de las elites, así como de la clase media y los sectores populares, sabemos que el enriquecimiento ligado al narcotráfico ha sido considerado durante mucho tiempo como una manera legítima de ascenso social o de enfrentar las situaciones socioeconómicas precarias que se registran en este mundo.

“El individuo, se constituye en el único y solo juez de su propia causa, y decreta por tanto que, en defensa de sí mismo, no debe reconocer trabas de ninguna especie si realmente desea sobrevivir, que todo le está permitido, que aún el asesinato queda justificado y que, cada hombre tiene derecho aún sobre el cuerpo de los demás” (Hobbes).

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