MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Continúan feminicidios en Hidalgo, lo mismo que la pobreza y desempleo

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La mañana del 22 de enero, aproximadamente dos mil personas marcharon para pedir justicia para la maestra Itzel Yoseline Remez Hernández, de 27 años de edad, víctima de feminicidio, el 17 de enero cuando, instantes después de haber abordado su auto para trasladarse a la escuela donde laboraba, fue asesinada a balazos por desconocidos que huyeron con rumbo desconocido. Este no es un caso aislado, es una historia más en la que familiares y amigos de las víctimas sufren su pérdida sin obtener justicia, es una historia más que indigna no solo a conocidos sino a extraños pues continúa repitiéndose con nuevas víctimas.

Hidalgo culminó 2022 con un total de 18 casos de feminicidio confirmados. En diciembre se presentaron cuatro casos. En Hidalgo se ubican tres de los 100 municipios con mayor incidencia de feminicidios: en el lugar 61, Tizayuca, con cuatro casos de feminicidios; seguido de Ixmiquilpan y Pachuca en los sitios 89 y 90, ambos con tres casos. Esto implica que el 55.5 por ciento de la incidencia de feminicidios se dieron en estos tres puntos, la capital del estado, el corazón del Valle del Mezquital y en el municipio colindante con el Valle de México.

Respecto a la obtención de justicia para las familias, de acuerdo con estadísticas del Poder Judicial, los jueces del Sistema Penal Acusatorio y Oral conocieron de 19 asuntos en materia de feminicidio durante 2022, en los cuales ya se contaba con presuntos responsables de los hechos. Sin embargo, según el documento, el año pasado fueron resueltos solo seis casos: tres en la capital del estado, dos en Tizayuca y uno en Huichapan.

El tema de la inseguridad no es un fenómeno nuevo, sin embargo, en todo el país. Día a día, en las noticias, en las conversaciones entre vecinos, en la televisión, la radio, en todos lados escuchamos nuevos casos de violencia, de robos. Hidalgo, no es la excepción, y la violencia e inseguridad persisten, ocasionando temor principalmente entre las mujeres ante los femicidios recientes y la marcada violencia intrafamiliar, durante el mes de diciembre se registraron 401 casos, según datos del Semáforo Delictivo del Gobierno de Hidalgo. Además, se registran 52 casos de violación, delito que la mayoría de las ocasiones afecta a las mujeres.

Estos casos, reflejados sólo en número y no en el dolor de las familias y las víctimas, son muestra de un grave problema social que ni las estrategias de seguridad fallidas, como la tan promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador de abrazos no balazos, ni la militarización o las políticas económicas promovidas desde el gobierno federal han podido resolver. Tampoco es un tema de educación ni promoción de la no violencia, pues las causas son más profundas.

Estas soluciones solo atacan la superficie y no las causas que provocan la inseguridad ni la violencia, mismas que son inherentes al sistema económico imperante en nuestro país. Son una manifestación de una descomposición social en todas las capas sociales, es la manifestación de la putrefacción de la sociedad desigual en que vivimos.

Mientras impere este modelo económico que permite que “en México, el 10 por ciento de la población más rica gane 30 veces más que el 50 por ciento del grupo más pobre” (de acuerdo con el informe World Inequality Report 2022), y que este  grupo de mayor riqueza concentre el 57 por ciento de los ingresos totales en el país, mientras que la mitad de los más pobres poseen solo el 9 por ciento” (animal político/2021/12); que permite que la mujer sea explotada en las fábricas en muchas ocasiones por un salario mejor al del hombre; que permite condiciones de pobreza denigrantes para hombres y mujeres que, sumadas a factores como el desempleo y el injusto reparto del presupuesto nacional ocasionan la escasa difusión de la cultura y el arte en todos los extractos sociales, la poca inversión en educación y  salud; nuestro estado y todo México, seguirá siendo terreno fértil para fomentar la inseguridad, para que continúe la violencia contra las mujeres. Solo cambiar el modelo económico imperante hará que desaparezcan esas causas y con ello sus fatales consecuencias.

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