En México hay 91 millones de mexicanos que viven en pobreza, pero 48 millones viven en pobreza extrema. Esto significa que ellos serían el primer objetivo del gobierno de la 4T en materia de atención en relación con la alimentación, pero la realidad es otra, a nuestro presidente de la republica parece no importarle estas cifras, además se avecina otro golpe para los mexicanos ya que la economía de México podría caer entre –3.8 por ciento y hasta -6 por ciento debido a los efectos de la covid-19 estimó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América latina y el caribe (CEPAL).
Hace algunas semanas las autoridades sanitarias informaron sobre una terrible enfermedad llamada covid-19, el primer caso confirmado aquí en nuestro país se dio el 27 de febrero del 2020. El impacto del coronavirus es inmediato y terrible. Pero hay otra profunda emergencia en nuestro país: la recesión, el desempleo y por consecuencia la pobreza, tal parece que al gobierno de la república no le interesa atender a esta situación, debido a que algunas empresas siguen cobrando sus tarifas e incluso hasta las han aumentado como es el caso de la CFE, que en medio de este grave problema social que se está viviendo, subió la tarifa doméstica a un 0.23 por ciento en el mes de abril, en lugar de condonarle el pago a la gente o darles un descuento por no tener ingresos al no tener trabajo.
En consecuencia a este terrible episodio, se suspendieron muchas actividades, como por ejemplo: las clases en el nivel básico, medio superior y superior por un mes a partir del 23 de marzo y el 26 del mismo mes se cancelaron las actividades no esenciales, eventos masivos, y además se pidió a la población evitar aglomeraciones, aislarse en sus casas y mantener un alejamiento físico para disminuir el riesgo de contagio y proteger a los adultos mayores, personas de alto riesgo como: diabetes, hipertensión, cáncer etc. Es decir, el gobierno de la 4T convoco a actuar con responsabilidad, a quedarse en casa, a cumplir con su obligación ciudadana. Pero a esta invitación forzada le faltó un punto muy importante: establecer un plan nacional alimentario en la cual garantice a todos los mexicanos y en específico a los sectores más vulnerables a recibir apoyos para la compra de alimentos y cubrir sus necesidades básicas.
El Movimiento Antorchista está demandando que en esta situación en la que se encuentra nuestro país particularmente en la región lagunera, se atiendan a las familias de bajos recursos, a las más vulnerables y por tanto aquellas familias que se quedaron sin trabajo, gente que de una u otra forma sale a buscar el sustento diario, y que actualmente se ve en la necesidad de quedarse en casa como no lo han venido reiterando en diferentes ocasiones el gobierno federal, la medida de quedarnos en casa para evitar la propagación de este virus mortal. Nosotros estamos de acuerdo con esta indicación, pero si creemos que se deben de emplear estrategias de los servicios más elementales para las familias del país, que tengan principalmente un abastecimiento de alimentos, de agua para poder llevar acabo las medidas de sanitización y que pudiera llevarse a cabo la consigna de quedarse en casa. A nivel federal nosotros demandamos que el gobierno de la republica haga valer el derecho a una vida digna y por lo tanto implemente un programa alimentario ya que su eslogan de campaña siempre fue: primero los pobres.
Hacemos un llamado urgente al gobierno federal y al gobierno del estado de Coahuila a realizar acciones que beneficien a la gente más vulnerable que está padeciendo esta crisis sanitaria y alimentaria. Pese a este aislamiento social y uso de cubre bocas los mexicanos y en específico Antorcha Magisterial seguirá alzando la voz en contra de la pobreza y desigualdad a la cual hoy terriblemente nos enfrentamos.
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