Estimados lectores, los saludo y les envío un fraternal abrazo. Este lunes 20 de enero, Donald Trump tomó el cargo como presidente electo de Estados Unidos, situación que lo pone en ventaja para poder materializar las amenazas que ha venido vertiendo en contra de nuestro país y de los mexicanos.
Donald Trump ha amenazado a México con ordenar operaciones militares para perseguir, dice, a los narcotraficantes en territorio mexicano, y esto no debe cegarnos.
Por lo anterior, es de suma importancia que estemos atentos ante cualquier intento de intervencionismo, como sugirió el vocero del Movimiento Antorchista Nacional, Ingeniero Homero Aguirre Enríquez, en una reciente entrevista en la revista de análisis político y social Buzos de la Noticia.
Recordemos que, en semanas anteriores, Trump amenazó a México con imponer aranceles del 25 %, lo que sería para nuestro país un golpe demoledor, pues México vende a Estados Unidos el 80 % de lo que exporta. Por lo tanto, esto afectaría a sectores clave como el automotriz y la manufactura.
La política antimigratoria del nuevo presidente, con la expulsión de los migrantes en Estados Unidos que ya se está llevando a cabo desde el primer día de gobierno de Donald Trump, inevitablemente reducirá las remesas significativamente. Los ingresos de millones de familias mexicanas que dependen de ellas se verán afectados, por lo que el consumo interno de nuestro país disminuirá también drásticamente.
En este sentido, sobrevendrá en la economía mexicana una situación catastrófica para el comercio exterior del país. Por lo que las deportaciones masivas de connacionales no tendrán un efecto insignificante, sino muy grave.
También recordemos que Donald Trump ha amenazado a México con ordenar operaciones militares para perseguir, dice, a los narcotraficantes en territorio mexicano. Esto no debe cegarnos ni hacernos caer ante los “cantos de sirena”. Lo que Estados Unidos pretende no es colaborar con México para acabar con este grave flagelo social.
En primer lugar, Estados Unidos debería atacar en su propio país la causa de la adicción que sufren millones de norteamericanos, dado que es un grave problema de salud pública. Se sabe que en los últimos años más de 800 mil personas han muerto por una sobredosis. En la década de 1960, el uso de drogas medicinales y recreativas en Estados Unidos comenzó a convertirse en un grave problema, y a esto le sumamos que existía también un alto consumo entre las tropas estadounidenses que regresaban de Vietnam.
En los años 80 hubo en Estados Unidos una epidemia de consumo de crack y cocaína, al grado que en 2017, el mismo Donald Trump, siendo ya presidente, declaró la epidemia de opioides como una emergencia nacional de salud pública.
“Según el Centro Nacional de Drogas, en 2021, casi 32 millones de personas (el 11.7 %) consumían activamente drogas, siendo la marihuana, los estimulantes, analgésicos recetados y las metanfetaminas las drogas más populares, además del consumo del alcohol y el tabaco. En resumen, el 70 % de la población de Estados Unidos usan activamente algún tipo de sustancia nociva” (5 de abril de 2023, El Economista).
Las leyes de Estados Unidos, al menos en el papel, dicen castigar severamente las actividades de narcotráfico por ser un delito considerado como grave, pero ¿por qué no se combate en primer lugar al narcotráfico en su propio país? ¿Quién puede creer que las drogas a Estados Unidos sólo ingresan de otros países, que ahí no se produce nada?
No debemos dejarnos engañar con el pretexto de que Estados Unidos quiere intervenir, con tropas yanquis, en nuestro país para ayudar a combatir al narcotráfico aquí en México.
En nuestro país, el problema del narcotráfico, del crimen organizado, y de la inseguridad ha venido creciendo aceleradamente en los últimos años con el gobierno actual. No podemos dejar de ver que Estados Unidos ha vuelto los ojos hacia América Latina, en su interés por seguir invadiendo países débiles para conservar el dominio del planeta.
Los mexicanos informados y atentos no debemos permitirlo. Debemos, en primer lugar, estar conscientes del peligro anunciado que se avecina. Para esto, es necesario educarnos y organizarnos para defender a nuestra patria.
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