MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Cómo leer el conflicto en Ucrania

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Como todos sabemos, el conflicto que actualmente se vive entre Rusia y Ucrania es de trascendencia mundial y también que, a pesar de las sanciones impuestas, los embargos, las amenazas y bloqueos ejercidos por Estados Unidos (EE. UU.) y de varios países occidentales que continúan con sus intentos de bloquear con políticas aventureras, nos han llevado al borde de una crisis energética y alimentaria a escala mundial, sin embargo, Rusia se ha mantenido en una postura firme ante estas circunstancias. 

La crisis energética y alimentaria no comenzó con la operación militar de Rusia en Ucrania, sino que es el resultado de la política mal concebida y errónea que occidente aplica desde hace ya varios años, incluida la introducción forzada de la llamada transformación verde, así como la interferencia artificial en los mecanismos para regular la demanda y el consumo.

En cuanto a los granos de Ucrania que permanecen bloqueados en territorio de ese país, Rusia está dispuesta a trabajar con Kiev y con Turquía para que dichos productos puedan ser exportados, Moscú ha tenido la disposición para suministrar petróleo, gas y demás hidrocarburos a bajo precio así como el suministro de cereales rusos destinados a otras naciones, aunque los datos muestran que el grano bloqueado en los puertos de Ucrania representa menos del 1 por ciento de toda la producción mundial, por lo que no tiene un impacto real en la seguridad alimentaria, pero occidente debe obligar a Kiev a desactivar las minas en el mar Negro, y así Moscú y Ankara podrán garantizar la seguridad de los buques cargueros

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha respondido enérgicamente, pero con mucha madurez, dejando en claro que, si se le quiere probar en el terreno que sea, está dispuesto a responder. Ha resaltado que Moscú no descarta las conversaciones de paz con Kiev, pero avisa que cuanto más tiempo pase tanto más complicado será lograr un acuerdo.

El presidente ruso ha dejado enfáticamente claro que su país no tiene la culpa del conflicto que está latente en Ucrania, sino que se desató por el llamado Occidente colectivo, apuntando a este como el primer perpetrador de la guerra que se vive en la referida región, que fueron ellos quienes organizaron y apoyaron un golpe militar inconstitucional en Ucrania en 2014, y que posteriormente alentaron y justificaron el genocidio contra la población. La operación militar en Ucrania tiene como único objetivo el de proteger el Donbás y, sobre todo, de reforzar la seguridad y soberanía de Rusia. No fue en sí la operación militar especial en Ucrania, sino un efecto secundario de un fenómeno mayor e histórico.  El mandatario ruso ha dicho también que los países occidentales ya han perdido en Ucrania, puesto que el inicio de la operación rusa en el país eslavo significa la transición del egocentrismo estadounidense a un mundo multipolar basado en el derecho internacional y la soberanía de los pueblos.  

Todavía no reconocen que tenían la oportunidad de arreglar su derrota con el decoro adecuado y las sutilezas diplomáticas y así tal vez, incluso, beneficiarse de ello a largo plazo. Pero no es así como las élites occidentales son criadas y educadas, se duplican y violan el principio fundamental de escapar del hoyo profundo: debes dejar de cavar para tener una oportunidad. Pero ellos no lo entienden.

A la par de estos acontecimientos, los medios informativos nos mienten a pesar de su aparente unanimidad de convicción, que no es otra cosa sino el resultado del adiestramiento de los poderosos hacia los medios de comunicación, ellos son los que dictan que información se va a transmitir a través de los medios digitales o impresos. De esta forma, se transforman en marionetas cuyos hilos son manipulados por aquellos capaces de pagar la verdad que quieren vender. 

He de decir que aquellos que ahora se gritan condenando los crímenes cometidos por Rusia en contra de Ucrania, tomaron nota de la destrucción de Afganistán, Libia, Irak, Siria y Yugoslavia sin atreverse siquiera en pronunciar tan solo una sola palabra de condena a los agresores que tienen nombre y apellido: la OTAN y Estados Unidos. Ahora estos mismos medios son los que se pronuncian en contra de la “represión”, en contra de la “libertad de prensa” en Rusia, pero callan como mudos el bloqueo total de los medios rusos perpetrado por EE. UU. y la OTAN.

Nuestro país vecino del norte quiere un mundo unificado del cual pueda sacar un beneficio exclusivo: pretende implantar un modelo liberal totalitario y de prohibición generalizada que incluye la notoria cultura de la cancelación y de la prohibición omnipresente. Pero la gente de la mayoría de los países no quiere, una vida así ni ese futuro. No quieren una soberanía formal, decorativa, sino sustantiva y sobre todo real, están cansados de arrodillarse, de humillarse ante quienes se consideran excepcionales y, sobre todo, hacerlo en detrimento de sus intereses. Rusia, por ejemplo, persigue un mundo multipolar, en donde la riqueza social sea mejor repartida entre todas las naciones. 

Los que apoyan la política de hegemonía norteamericana condenan a Rusia, pero quienes sí queremos un mundo mejor, donde haya menos injusticias para el ser humano, debemos pensar lo contrario. Debemos estar seguros de que el triunfo de Rusia abrirá muchas posibilidades a los países de mundo para que se desarrollen libremente, sin ningún tipo de presión o de condiciones. Ante estas circunstancias de orden mundial, los mexicanos no podemos sentirnos ajenos. Por eso hacemos el llamado al pueblo de México a organizarse y a luchar decididamente por su derecho a tener un mundo mejor, ya que los intentos de occidente de imponer su orden mundial están condenados al fracaso.

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