Hace mucho tiempo, en una feria que se realizó en el pueblo donde crecí, llevaron una casa de terror como una de las atracciones principales; la fila era enorme, todos estábamos emocionados por entrar y cuando por fin lo hicimos, la pasamos casi corriendo por el susto, claramente nadie hubiera querido ir a vivir ahí. Ahora, casi 15 años después, creo que un comparativo se puede hacer con lo que realmente hemos caminado y vivido.
Mucho se habla de lo que padecemos los mexicanos; todos somos testigos del declive de nuestra sociedad: la inseguridad se ha elevado a niveles verdaderamente alarmantes; los contagios por covid-19 han alcanzado cifras récord en un día, con 12 mil 81 nuevos casos; el desempleo ha aumentado, acrecentando las filas de lo que Marx denominó el ejército industrial de reserva; las familias sin alimentos son cada vez más. Y la lista sigue.
Esta semana amanecimos, además, con la noticia de que la empresa internacional Best-Buy cerrará para el 31 de diciembre las 41 sucursales que aún permanecen abiertas en México (en lo que va del año ya habían cerrado ocho). ¿Qué significa esto? Que para el último día del 2020, miles de familias perderán sus empleos en un abrir y cerrar de ojos.
Con esto sucederán dos cosas que todos deberíamos considerar y analizar: la primera, que la inversión extranjera abandona el país. La razón que dio la empresa fue que cierran por los efectos derivados de la pandemia, lo que para nadie debería ser novedad, pues es de conocimiento mundial el pésimo manejo que se le ha dado el gobierno de Morena encabezado por Andrés Manuel López Obrador. A esto hay que agregar que, desde que la pandemia comenzó a azotar a nuestro país, en marzo y abril el mandatario fue claro en que no se apoyaría a las empresas privadas, pues, según su argumento, estaban muy mal acostumbradas en el periodo neoliberal, ese periodo que en la mente del presidente ha desaparecido, pero que en la realidad sigue más vigente que nunca, consolidándose y causando más estragos.
El argumento fue que no se apoyaría a este tipo de empresas por rescatar e impulsar a las Pymes, lo cuál podría ser entendible y aceptado si esto hubiera sido cierto, pero el apoyo a las Pymes ha sido mínimo: según datos de El Financiero, hasta julio habían cerrado ya más de 10 mil 350 pequeñas y medianas empresas; nuevamente el pueblo lanzado a la calle y a los brazos de la miseria.
La segunda cuestión que se debería analizar, y que va de la mano con la primera, es el incremento del desempleo; los empleos "formales&rdquo, únicas estadísticas que el gobierno toma en cuenta, reflejan que se han perdido ya más de un millón de el según cifras oficiales, pero si acercamos la lupa nos percataremos de que el empleo informal, ese que tanto satanizan los mandatarios por afear sus plazas y calles principales, es el que sigue teniendo más perdidas, porque ya no sólo se sumaron a sus filas millones de mexicanos más, sino que, además, las opciones y oportunidades que raquíticamente están a su alcance, cada día escasean, pues no sólo no tienen un salario fijo, sino que es cada vez más difícil que salgan a las calles a vender lo poco que tienen. Claro ejemplo de esto son los cientos de comerciantes de la ciudad de Morelia, que por estas fechas se instalaban en la calzada de San Diego, y a quienes no se permitió montar sus puestos; se les dio simplemente la negativa, sin más opción; la única solución que han dado es decir no, alto y claro. Y punto.
Estamos a tan solo un mes de que concluya el 2020, y se cumplirán ya en próximos días, dos años de gobierno de López Obrador, y cerrará este tramo poniendo a México en el tercer lugar entre los países con más pobreza en América Latina. Según datos de la Cepal, al concluir este año el 67 por ciento de la población se encontrará en situación de pobreza y la que se encuentra en pobreza extrema, dará un salto del 6.3 por ciento al pasar de 11.6 millones a 17.4 millones de mexicanos que viven en esa situación. Estamos pues, en nuestra propia casa del terror, a la que no pagamos por entrar, pero en la que nos tocó nacer, y así como tiene entrada, tiene también su salida, y debemos buscarla, luchando y trabajando unidos todos los afectados por el actual orden de cosas.
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