Cada vez que el presidente López Obrador se ve acorralado con preguntas y argumentos sustentados e infalibles, con los que suelen cuestionarlo algunos periodistas que él considera detractores, y, cuando siente ya casi perdida la pobre argumentación que esgrime para demostrar las bondades y aciertos de su gobierno de la 4T, suele el mandatario recurrir a una frase que le es ya muy característica: "yo tengo otros datos" así dice , y aunque nunca los refiere con exactitud, siempre los supone como argumento para dar fin a la difusión.Y si los reporteros insisten, preguntará: ¿de qué medio eres?, cuestionamiento al que no conviene llegar, dado que se refiere ahí veladamente, a una amenaza de censura.
Hoy, aun en el marco del mes patrio, cuando el tópico principal del momento fue el muy conocido y emulado "Grito de Dolores", y cuando lo inédito e insólito de ahora fue el costoso "grito solitario" del presidente de la 4T ante un zócalo totalmente vacío de pueblo, yo me quiero referir a "los otros gritos", es decir, a los gritos de protesta que está dando el pueblo pobre por doquiera, al sentirse marginado, maltratado, injuriado, ofendido y reprimido, por un gobierno que prometió que todo cambiaria, por un gobierno que juró, que por el bien de todos, serían "primero los pobres".
Argumenté en otro trabajo similar a este, donde escribí también sobre el "Grito de Dolores", que la esencia de la arenga del cura Miguel Hidalgo, para llamar al pueblo a levantarse en armas, fue el repudio al gobierno de los gachupines y sus partidarios, por un lado, y por el otro, a la terrible situación de injusticia, pobreza y maltrato en que tenían sumido, esos gobiernos, a la inmensa mayoría de los mexicanos.Dije que, en honor a la justicia y a la verdad de la historia misma, debería ser el pueblo, y no el gobierno, quien debería de emular con un grito a Hidalgo y los insurgentes, cada 15 de septiembre de todos los años.Hidalgo y los suyos no eran gobierno cuando llamaron al pueblo a la lucha, eran insurgentes, es decir, eran los sublevados contra la autoridad.¿Por qué es que ahora, todos los gobiernos, es decir, las autoridades, se abrogan tan importante y noble papel, mismo que corresponde por derecho de sangre solamente al pueblo mismo? Pero no hay mal que dure para siempre.
Gracias a los desaciertos evidentes del gobierno de la 4ªT, hoy, el pueblo comienza a recuperar el papel que le tiene reservado desde siempre la historia.Gracias al presidente López Obrador y su ocurrencia de "el grito solitario", el pueblo ya sabe cuánto es lo que importa a los gobiernos su presencia, en los momentos históricos y culminantes de celebración de nuestras gestas patrióticas: ¡nada! Para el presidente y su gobierno el pueblo ya no importa nada.Por eso es que quiso y pudo dar "su grito" en el balcón presidencial, arengando en el aire a nadie, porque al presidente ya no le interesa arengar ni convencer a nadie, al contrario de Hidalgo y los insurgentes.
Por eso creo que hoy, los gritos del pueblo que no se dieron frente al balcón presidencial, se dieron, se dan y se darán por todos los rincones de la patria.Pero estos gritos, a diferencia de los del presidente y los gobiernos, serán de verdadera insurgencia popular, es decir, de levantamiento y sublevación contra la autoridad.A estos son a los que llamo yo los "otros gritos".Los verdaderos, los que sí pueden emular correctamente la esencia del "Grito de Dolores".
Veamos.Primero hay que referirnos a los gritos de auxilio y de protesta de las familias pobres, cuyos ingresos se han visto reducidos a casi nada, que ahora se ven forzados a salir a vender hasta sus enseres domésticos más modestos, y en algunos casos, hasta lo mismo que traen puesto.Pero no son ellas todas las víctimas del retroceso económico del país, que reflejó no hace mucho, el histórico 18.9% de crecimiento que logró el presidente en el PIB; tenemos también la extinción de las llamadas "Pymes", es decir, de las pequeñas y medianas empresas, que, de existir ahora, serán poco menos que "micro" changarros en el mejor de los casos.
Y, ¿qué decir del grito de protesta de las organizaciones populares y partidarias injustamente perseguidas, calumniadas, injuriadas y reprimidas? No olvidemos que los agraviados también se acumulan.Que nadie dude de la fuerza y decisión del Movimiento Antorchista Nacional para defenderse con la Ley en la mano, de las injurias y calumnias gratuitas arrojadas sobre sus dirigentes, por el presidente López Obrador y su émulo Miguel Barbosa Huerta.Nunca como ahora, la historia había registrado tanto abuso del micrófono presidencial para proferir tantas calumnias y mentiras en contra de las organizaciones sociales, ni nunca para sembrar tanta discordia social.Sólo que ahora el grito de los antorchistas no será el único.Ahí está el grito de los campesinos de Chihuahua, que, dígase lo que se diga, está muy claro que lo que defienden es su agua.El presidente sabe bien que los chihuahuenses no claudicaran en su lucha, sólo así se explica la bárbara represión ordenada contra ellos.
Pero está también el grito de los opositores autonombrados FRENA que, emulando al presidente antes de ser gobierno, ya instalaron su plantón en pleno centro histórico de la capital del país, exigiendo la renuncia de López Obrador.Otro grito reciente es el de los 650 firmantes del desplegado "En defensa de la libertad de expresión", donde se dice que suma a renombrados personajes con premios nacionales de arte y de literatura, a divulgadores científicos, a autores de novelas destacadas, artistas con carreras internacionales, académicos, creadores y muchos personajes más.
Y no olvidemos el grito de protesta de los padres de los niños enfermos de cáncer; de los familiares y víctimas de los enfermos y muertos por coronavirus, donde ya sumamos casi 700 mil contagiados y 73 mil 258 muertos.Tampoco olvidemos el grito de los familiares de muertos por violencia, por masacres, por homicidios dolosos y por feminicidios.Y, en fin, no olvidemos nunca el verdadero grito de insurgencia de la patria, que nos reclama todos los días un verdadero cambio social.Ojalá que todos estos gritos no caigan en el vacío, porque es momento de hacerle justicia a la patria.Es momento de la unidad nacional por un nuevo rumbo.Sigamos entonces gritando fuerte.
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