A pesar de la reciente visita de AMLO a EE.UU., para según esto dar el banderazo de arranque del T-MEC y así apuntalar la economía mexicana, los pronósticos más conservadores son negativos con respecto a la tasa de crecimiento anual, en este sentido organismos serios como la CEPAL señalan una caída del 9 por ciento, otras instituciones como el FMI prevén una disminución del 10.5 por ciento.Así las cosas, aunque el presidente López Obrador descalifique o minimice el impacto de estas cifras lo cierto es que traerá repercusiones económicas y sociales que afectarán a la gran mayoría de mexicanos.Veamos algunas consecuencias negativas que ya están a la vista.
En primer lugar, en lo que va de la pandemia se ha contabilizado por el IMSS la pérdida de un millón 181 mil empleos formales (Forbes, México), aunado a la estimación de nueve millones de empleos informales para hacer un total de más de 10 millones de personas que han perdido su fuente de trabajo en los últimos meses, lo cual trae serias dificultades económicas para las familias que dependían de esos ingresos.En contraparte, no existe un programa nacional de alimentos y menos de una renta básica que ayude a las personas más vulnerables y que no cuentan con ahorros para cubrir los gastos de la contingencia.A la par, los diferentes niveles de gobierno han preferido flexibilizar las medidas de contingencia por la presión social de la gente de salir a trabajar, con el consiguiente aumento en el número de contagios y muertes por covid_19, pues hasta el día de hoy están confirmados oficialmente 324 mil contagios y 37,574 muerte, sin que se vea el final del famoso aplanamiento de la curva.Y mientras tanto el gobierno federal busca distraer a la opinión pública con otras cosas mediáticas para que la gente no tenga presente los verdaderos males del país y así esconder la ineptitud y la mala gestión de la pandemia.
En segundo lugar, estimaciones de la CEPAL, señalan que caerán en pobreza 9.6 millones de mexicanos y de ellos 3.4 millones serán en condición de pobreza extrema, es decir personas que no tengan ni siquiera para cubrir sus necesidades mínimas de alimentación.De tal forma que el total de pobres pasará de 41.5 por ciento al 49.5 por ciento del total de la población que ronda los 127 millones, lo que representa casi la mitad de la misma, algo así como 63.5 millones de personas, de los cuales aproximadamente 28 millones se ubicarán en pobreza extrema.Lo que se ganó en diez años, según estimaciones del Coneval, se perderá en un abrir y cerrar de ojos, una verdadera tragedia humana por donde quiera que se le vea.
En tercer lugar, con el incremento de la pobreza y el hambre seguramente aumentará la violencia y la inseguridad en el país, tan sólo el año pasado cerró con una cifra histórica de 35,588 homicidios y en lo que va del año la cifra por violencia es de 18 mil hasta junio, para un total de 53, 628 personas fallecidas en los primeros 18 meses de gobierno morenista, mientras el promedio diario es de casi cien muertes violentas, esto es una verdadera sangría humana, sobre todo porque muchos de ellos son jóvenes a quienes se corta la existencia en plena primavera, con el consiguiente dolor para sus familias.Por otro lado, la estrategia del actual gobierno en esta materia de seguridad no tiene resultados claros, máxime que buena parte de la guardia nacional está distraída en la frontera sur para contener a los vecinos centroamericanos y así tener contento a su amigo Trump.
Finalmente, es obvio que son más las consecuencias negativas derivadas de la crisis económica y de la pandemia que azotan al país, estos datos nos permiten avizorar que el panorama en los próximos meses e incluso años no será nada bueno para México.Al contrario, la mayoría del pueblo mexicano se debatirá en medio de la pobreza y la violencia si no corregimos a tiempo y ponemos un dique al actual Gobierno federal que sólo va de tumbo en tumbo sin resolver los verdaderos problemas que aquejan a la población, sus promesas de campaña incumplidas y las mentiras por la pandemia han quedado exhibidas una y otra vez.Sin embargo, en el próximo año tenemos la oportunidad de oro para que un frente único desplace y le quite poder al gobierno morenista votando por candidatos progresistas, que se comprometan con sus electores cuando menos en tres cuestiones básicas: generar empleos para todos y bien remunerados, orientar el gasto social hacia rubros como educación, salud, vivienda, ciencia y tecnología, así como implementar una política fiscal progresiva (que pague más el que gane más) con el fin de que los gobiernos de los tres niveles dispongan de más recursos públicos para la obra social.
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