MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Aún hay paciencia; no sabemos hasta cuando dure

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La necesidad de realizar actividades productivas y quehaceres en general, que cualquier ciudadano común requiere para procurar el sustento diario de su familia, impide que ese mismo ciudadano esté atento a la evolución de su entorno social. Acostumbrados a que, finalmente, digan lo que digan y hagan lo que hagan las clases gobernantes, el ciudadano común, tendrá que trabajar duro para cumplir puntualmente con las obligaciones para el bienestar de su familia.

Esta situación concreta impide que los ciudadanos vean claramente qué relación hay entre el actuar de las autoridades en la administración pública, cómo es la toma de decisiones a la hora de implementar programas de carácter social o decidir sobre la construcción de obra pública; con su situación económica que a diario enfrentan, la cual se resume en la preocupación de garantizar los satisfactores que la familia necesita. Los trabajadores no tienen una idea clara del porqué, por más que se esfuercen, el dinero que perciben por su trabajo diario alcanza cada vez para menos productos de la canasta básica.

Esta circunstancia hace que la gente crea, a pie juntillas, la información que recibe a través de los medios de comunicación. La información a la que alguna importancia le dan es aquella que proviene de las dependencias del gobierno, donde se afirma que, ahora sí, la estrategia social oficial está diseñada para sacar de la pobreza a los cerca de 80 millones de mexicanos que viven en esta situación. El gobierno lo sabe y se esmera por saturar todo conducto que tenga a su alcance para hacer llegar a la gente su mensaje, convencerla de que la convivencia social en nuestro país está muy bien; que no hay mejor camino para superar la situación de pobreza que las ayudas monetarias de transferencia directa que promueve la 4T.

La clase gobernante en México siempre ha prometido sacar a las familias de la pobreza en la que se encuentran. Los programas de asistencia social, como lo afirmamos en otra colaboración, tienen más de 40 años que se implementan en nuestro país, sin embargo, el número de familias que padecen esta situación, no solamente no se ha reducido, sino que ha crecido exponencialmente. Desde hace más de 40 años hasta la fecha, estos programas no han sacado a una sola familia de la pobreza.

Cada día que pasa, queda más claro que los programas asistencialistas de la 4T no tienen la intención de superar de manera definitiva la pobreza en México; sino asegurar que la entrega de estos apoyos les garantice a los morenistas recibir los votos suficientes que les permita permanecer en el poder. Para lograr esto, harán lo que tengan que hacer. Están convencidos de que tienen la verdad y la razón agarradas de la cola.

Se han generado infinidad de situaciones que dejan ver que no se detendrán ante nada para lograr lo que se han propuesto. No escatimarán nada con tal de alcanzar el fin propuesto, al final de cuentas, siempre han tenido a su disposición los recursos públicos de la nación, la ley y quienes las hacen y aplican. Viejos lobos de mar saben cómo se utiliza el poder para garantizar su beneficio personal o de grupo. Siempre han sido los mismos; solo han cambiado de disfraz.

Solo un dato como sustento a esta reflexión. Días atrás nos encontramos en los medios de comunicación con la publicación de otro decretazo del presidente Andrés Manuel López Obrador que declara de interés público y seguridad nacional, la realización de proyectos y obras a cargo del Gobierno federal. Decreto a modo para eludir la obligación de explicar y convencer la supuesta necesidad y el interés público de la construcción del tren maya, faraónica obra; emblema del partido Morena.   

Esta actitud solo deja ver que el inquilino de palacio nacional y quienes le asesoran, no han asimilado que la compleja sociedad mexicana se compone de clases sociales que, al igual que ellos, la constitución les garantiza derechos y obligaciones. Que, en una sociedad que el oficialismo se ha encargado de polarizar cada vez más, es indispensable considerar las diferentes opiniones que se tengan sobre asuntos de interés público.

La construcción del controversial y polémico tramo 5 del Tren Maya, dibuja de cuerpo entero las verdaderas intenciones de la 4T. Situación que, en lugar de explicar la inconformidad generada, simplemente ignoran la solicitud de explicaciones y se opta por la publicación de un decretazo más, igual al que, meses atrás, anunció la desaparición de las escuelas de tiempo completo. El mensaje es claro: las obras se van a hacer porque aquí yo mando. Inmediatamente después de esta actitud, sigue el trabajo fino de la batería mediática, para hacernos creer que con estas obras se beneficiará a los más pobres.

Sin embargo, lo que le toca a el sector más necesitado de nuestro país, es sufrir las consecuencias de la retahíla de desaciertos y errores de todo tipo que se hacen en nombre del interés público, las consecuencias tienen rato que la gente las padece.

Una de estas consecuencias que afecta a todos los trabajadores, es el incremento de la inflación, misma que en gran parte se explica por la manera de priorizar la inversión de los recursos públicos, es decir, por la manera sectaria de aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) cada año; este solo contempla el interés particular del grupo político en el poder. No es casual que los eruditos en las finanzas públicas pronostiquen que al finalizar este año se acumule una inflación del 8.5 por ciento como mínimo.

Lo anterior, es la explicación del porqué las familias trabajadoras enfrentan en estos momentos, severas reducciones en la capacidad adquisitiva de sus ingresos y sufran un efecto negativo en la atención de sus necesidades básicas.

Previniéndonos contra otro decretazo, recordémosle al titular del Poder Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, que la facultad que le confiere el artículo 86 de nuestra carta magna, también le exige observar y respetar principios normativos como: respetar la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza; la igualdad jurídica de los estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad.

Es necesario el llamado y tener presente que la paciencia de quienes sufren las consecuencias de la pésima administración morenista ya no es mucha.

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