MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Así, claro que jalamos

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Podríamos dudar si es que realmente el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene o no un pacto con los narcos, estar o no de acuerdo con Porfirio Muñoz Ledo o con otros de sus acusadores o defensores, pero de lo que no hay ninguna duda es que cualquiera de los indicadores sociales de nuestro país, en los últimos años, los de su gobierno, que se consulten, habla de lo que significa verdaderamente López Obrador: un fracaso.

Ningún indicador lo beneficia y la lista es asombrosa. Basta hojear cualquier periódico o navegar, un poco entre sitios noticiosos de las redes, para recolectar un sinfín de notas que reportan declaraciones de hombres de ciencia, opinadores serios y organismos nacionales e internacionales que proporcionan datos asombrosos de los aspectos negativos causados por el desbarajuste gubernativo de López Obrador. 

Podremos o no estar de acuerdo con el presidente de la república, cuando acusa a los periodistas de ser voceros de los fifís y conservadores, como lo hizo hace unos días con Carmen Aristegui, Loret de Mola y otros, pero basta con consultar los datos de salud pública en el país, de la falta de acceso a la misma, del desabasto de medicamentos, de la desatención a niños con cáncer, para darnos cuenta de que mintió y engañó pérfidamente cuando prometió que tendríamos, desde hace mucho, algo como el sistema de salud dinamarqués. Basta ver el caso del nuevo hospital general de Hermosillo, que ya va a cumplir 10 meses de que lo inauguró, y sigue sin funcionar… y vuelve a prometer una y otra vez. 

Podremos estar o no de acuerdo con Roberto Madrazo cuando afirma que AMLO ganó las elecciones de 2006, pero también es incuestionable que hoy abundan las notas periodísticas acerca de muchos que apoyaban efusivamente la 4T y hoy se avergüenzan de haberlo hecho, notas que son un indicador superficial de la decepción profunda que sólo se retrasó algunos años, la desilusión que tenía que llegar finalmente llegó. 

Podríamos aprobar o no lo que dice López Obrador de su propio gobierno (que panadero habla mal de su pan), como eso de que en su gobierno los ricos no han dejado de hacer dinero, no han perdido riqueza y les ha ido bien, pero de lo que no hay duda es de ya hay más de 111 mil nuevos pobres en Sonora y más de 4 millones en todo el país, nuevos pobres también. En eso sí que ha salido muy productiva la 4T.

Las últimas cifras de la revista Forbes, especializada en dar cuenta de la riqueza en el mundo, indican que no les ha ido bien a los ricos de México, sino superbién, a costa de que tengamos, según algunos especialistas muy reconocidos, más de 100 millones de pobres en México. 

Esto nos indica que la propuesta del Movimiento Antorchista de imponerles a los ricos un impuesto progresivo de un porcentaje racional sobre sus riquezas, no les va a causar ningún daño ni les va a impedir seguir acumulando riqueza, y sí va a proporcionar enormes recursos al Estado mexicano para que el gasto social que favorezca a los pobres sea una realidad y no otra mentira cuatrera para gestionar votos. Nos referimos a la tarea hacendaria de dotar de recursos al país para gastar en la construcción de cientos de miles de obras para dotar de infraestructura municipal básica a toda la nación, y de todo tipo de infraestructura educativa, hospitalaria, geriátrica, estudiantil, deportiva, artística, para discapacitados, así como una promoción y apoyo de todo tipo a la industrialización de nuestra nación y un largo etcétera. Ello implicará una explosión económica que cree empleos y eleve salarios.

Tenemos que entender que una reforma fiscal que contemple lo que acabo de enumerar someramente es del interés de las clases trabajadoras y, principalmente, de los que nada tienen, sólo hambre y carencias humillantes. Pero AMLO demostró que no quiso hacerlo, prefirió que a los ricos les fuera bien y no tocar sus intereses, aunque fuera tantito; desde que tomó el poder anunció: no habrá nuevos impuestos, y así se ha mantenido. AMLO ha preferido mantener la desigualdad y la opresión de su pueblo a introducir serias reformas sociales. No, no es ningún gran reformador, es un miserable mentiroso… y calumniador, además.

Esta transformación verdadera debe venir desde abajo, desde el pueblo organizado convertido en gobierno. Y tiene que ser así, porque ya todos los partidos y sus integrantes chapulines nos han demostrado con tantos años en los gobiernos que, en última instancia, no quieren esa reforma fiscal progresiva, además de que cuando han tenido la oportunidad de hacerlo o de administrar en beneficio nuestro los recursos gubernamentales con que cuentan, tienen los mismos resultados que AMLO: dejan al país cada vez más empobrecido y a fin de cuentas los trabajadores seguimos en las mismas o peor.

Los antorchistas convocamos a todos los obreros, campesinos, jornaleros, amas de casa, empleados, maestros, intelectuales y a las clases emprendedoras oprimidas por estos gobiernos que no les proporcionan una salida a la desigualdad que sufren, a que nos unamos para tomar el poder en aras de construir una nación diferente que acabe con la pobreza, claramente bajo el compromiso de luchar conjuntamente por los cuatro ejes que proponemos para desarrollar nuestra patria: la reforma fiscal progresiva por delante, el aumento del gasto social en obra, infraestructura y programas a los niveles que sea necesario, y la creación de empleos para todos con salarios dignos y prestaciones cada vez mayores. Así, claro que jalamos. 

 

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