En cada estado de la república mexicana donde existe población indígena, hay una dependencia del Gobierno federal, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), que tiene por objeto "definir, normar, diseñar, establecer, ejecutar, orientar, coordinar, promover, dar seguimiento y evaluar las políticas, programas, proyectos, estrategias y acciones públicas, para garantizar el ejercicio y la implementación de los derechos de los pueblos indígenas y afromexicano, así como su desarrollo integral y sostenible y el fortalecimiento de sus culturas e identidades".
Durante el sexenio de Lázaro Cárdenas del Rio, se realizaron diversas reformas, entre las que más se destacaron, fue la creación de dependencias como el departamento de asuntos indígenas, en 1936, y el departamento de educación indígena, en 1937, dentro de la Secretaría de Educación Pública (SEP), escuelas y albergues rurales, así como el reconocimiento a través de decretos en su gran mayoría de pueblos y comunidades indígenas. Sin embargo, con la llegada de Manuel Ávila Camacho se redujo el número de departamentos existentes de trece a únicamente dos, entre ellos el de Asuntos Indígenas. El 31 de diciembre de 1946, la SEP regresó a las facultades que tenía antes.
El 4 de diciembre de 1948, el presidente Miguel Alemán Valdés decretó la creación del Instituto Nacional Indígena (INI), a diferencia del antiguo departamento de asuntos indígenas, este sí tuvo una personalidad jurídica propia. Entre 1970 y 1976 se desarrolló una gran cantidad de infraestructura entre talleres, carpinterías, ladrilleras. Además de 52 sedes del Centro Coordinador Indigenista (CCI), en 19 de las entonces 31 entidades federativas.
A 75 años de distancia ¿realmente existen avances importantes?, por supuesto que no, o muy pocos, muchos hemos sido testigos de que, a lo largo de los gobiernos federales, desde que dicha dependencia se creó ha sufrido varias modificaciones, principalmente en su presupuesto.
En el año 2000, con la llega de Vicente Fox a la presidencia de México, es cierto que en los gobiernos del PAN y parte del mandato de Enrique Peña Nieto, el presupuesto a estas dependencias fue algo importante, pues le destinaron recursos en rubros como infraestructura carretera, proyectos productivos con ganado, implementos agrícolas, tiendas comunitarias, panaderías.
Sin embargo, desde que inició el Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, todos los días anuncia que está con los pobres, los indígenas en su gran mayoría se encuentran olvidados como siempre, en lugar de apoyarlos destinando mayor presupuesto para programas y proyectos de infraestructura social o apoyos elementales, medicamentos a pacientes que están en el hospital o personas que necesitan arreglar sus documentos personales o familiares, entre otras cosas, ahora, simplemente dicen, "voy a mandar su petición a México porque nosotros no manejamos el recurso".
La actual Comisión Nacional para los Pueblos Indígenas (INPI), del gobierno federal, no tiene la intención de apoyar a los pueblos y comunidades indígenas a través del tan mencionado "plan de justicia". En el municipio de Mezquital, por ejemplo, donde el 80 % de su población es indígena, en lo que va del gobierno, el presidente ha visitado dos veces el municipio y recientemente en Pueblo Nuevo, en compañía del director del INPI, Adelfo Regino Montes.
Que ha pasado, ¿hay avances en materia de apoyos para los indígenas después de estas visitas de López Obrador?, la respuesta es que no, los compromisos que hizo tanto en la cabecera municipal como en la comunidad de Santa María de Ocotán han quedado en el aire. No ha empezado la rehabilitación de la carretera Mezquital-Huazamota, ni terminado la de Mezquital-Canoas, y la luz eléctrica sigue inestable, por mencionar algunos de los compromisos.
Ahora nos tienen entretenidos con su "plan de justicia", recorriendo según ellos, lugares sagrados y visitando mojoneras de límites territoriales de comunidades indígenas con el director general Adelfo Regino Montes y los representantes respectivos de los estados, en el caso de Durango, Olga Santillán Rodríguez, además de que se han hecho reuniones informativas con comisariados, gobernadores tradicionales y autoridades locales.
En este gobierno, como en los pasados, no queda otro camino que hacer un frente común con todos los indígenas, con objetivos claros y posibles de realizarse, de salir del atolladero en que nos encontramos, pero para eso, necesitamos una organización interna con hombres y mujeres conscientes y decididos de que nadie va venir de afuera a resolver nuestros problemas, sólo porque ese día se levantó con ánimo de ayudar a la gente. Basta pues de discursos, necesitamos acciones concretas.
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