A mis amigos, quiero decirles que yo tengo algo que nadie ni nada podrá quitarme.Tengo la gran satisfacción de haber sido uno de los que vieron surgir a esta monumental organización llamada Movimiento Antorchista Nacional.Somos algunos varios los que vimos nacer a nuestra soñadora Antorcha Estudiantil, a nuestra intrépida Antorcha Campesina, a nuestra sistemática Antorcha Obrera, a la brava Antorcha Popular y finalmente a la edificante Antorcha Magisterial.Pero cabe decir que no asistimos a dicho nacimiento como simples espectadores sino como actores activos del alumbramiento.
En los años ochenta nuestra organización estaba, digámoslo así, en su etapa infantil, y ya entonces nuestro timonel, quien también era joven aún, nos prevenía contra las borrascas y tempestades que ya él veía venir a lo lejos.Una de sus muy tempranas prevenciones fue la cuestión económica, teníamos que ser en este terreno autosuficientes, no depender económicamente de nadie, si queríamos alcanzar las metas históricas que nos proponíamos.Pronto nos dimos cuenta de que nuestro guía tenía razón cuando tuvimos que pagar los primeros desplegados periodísticos para defendernos de los ataques mortales de nuestros enemigos políticos.En aquellos años comenzamos a recabar dinero mediante colectas públicas y diversas actividades económicas.
Con energía juvenil colectábamos por lo menos dos días por semana.éramos estudiantes, como dice el poema de Mao, "éramos condiscípulos, la vida en pleno florecimiento, apartamos valientemente todas las restricciones…", éramos un torrente joven y a nuestro paso arrastrábamos grandes bloques de pueblo.Una decena de nosotros podía movilizar a una comunidad estudiantil de más de dos mil integrantes.Con nuestro entusiasmo contagiábamos a nuestras amistades y familiares.Algunos padres o madres llamaban a la prudencia, o se oponían a nosotros, pero otros nos apoyaban y se sentían orgullosos de que fuéramos sus hijos.Tal fue el caso de mi madre, nacida en el seno de una humilde familia de Pachuca, Hidalgo, unió su vida a la de un emigrante de Guanajuato que llegó a Pachuca con un grupo de mineros a trabajar en dicha industria.El emigrante minero siguió su camino por senderos subterráneos y dejó instalada a mi madre en la ciudad de México.Ella como muchas mujeres, se dedicó a trabajar arduamente para sacar adelante a sus cinco hijos y logró formar cinco ciudadanos, incluido yo, quien por ser el último de los hermanos me tocó una modesta herencia que el esfuerzo de mi madre logró reunir.
Relato esta historia porque viene a cuento para lo que estoy tratando de abordad en mi escrito; el surgimiento de Antorcha y su forma de financiamiento económico.En la década de los ochenta fue construida nuestra primera gasolinera.Ya teníamos algunos modestos negocios, sobre todo en el giro de los abarrotes, y nos parecía algo extraordinario que pronto tendríamos nuestro primer negocio de verdadera relevancia; pero súbitamente los trabajos se suspendieron y al cabo de varias semanas de inactividad, me acerqué al responsable de dicha obra y le pregunté el porqué de tal situación en la obra de la gasolinera.él me dijo que los trabajos se habían parado por la falta de recursos económicos.En ese momento recordé que yo tenía una modesta herencia en el banco, a plazo fijo, misma que no había yo tocado por un tiempo considerable.Al llegar el término de vencimiento del siguiente plazo, me dirigí al banco y solicité me entregaran el efectivo.La persona que me atendió me pidió que repitiera lo que mi voz había dicho, después me dijo que hiciera yo favor de esperar un momento y llegó otro empleado para conducirme a una pequeña oficina, en donde me rogaron que no llevara todo el dinero y que dejara algo para que mi cuenta siguiera activa.Pero yo solicité me dieran todo lo ahí reunido.Con caras casi desconcertadas los empleados me dieron el efectivo y al tenerlo ante mi vista, recordé esas películas donde se ven los billetes nuevos y ordenados en un portafolio.
Así trasladé mi herencia a Tecomatlán, y ahí pude ver otra cara de desconcierto, la del encargado de la obra, quien sorprendido me reprochó amistosamente porque no avisé para que alguien me hubiera acompañado, fue entonces cuando me di cuenta de mi temeridad o imprudencia juvenil.Pero ya el dinero estaba en manos seguras, tan seguras que los trabajos se reanudaron inmediatamente y esa primera gasolinera hasta la fecha después de varias décadas funciona y presta un gran servicio al público en general.Otra pequeña cantidad de la modesta herencia se convirtió en mercancía, con la cual abrimos una tienda de abarrotes que empezó a funcionar en el portal de una vieja casona en Cuayuca de Andrade, y hasta la fecha dicha tienda con obligadas transformaciones, todavía existe como parte de los negocios lícitos de la organización.
Cuando nuestros trovos enemigos nos acusan de tener negocios con recursos de dudosa procedencia.Cuando los enemigos de la organización del pueblo congelan nuestras cuentas bancarias, cuando acusan a los líderes antorchistas de corruptos y los amenazan con la cárcel, mi espíritu se llena de orgullo y satisfacción porque yo sé que por ese lugar no podrán hacernos ningún daño, salvo que utilicen la violencia y el abuso de poder, pero aún en ese caso, me siento sereno pues yo sé que a toda acción sigue una reacción.Ante los ataques venenosos de nuestros enemigos nos sentimos orgullosos porque mientras más inquina vierten en sus ataques, nos confirman que vamos por el camino correcto, confirman que les estamos causando daño a los verdaderos corruptos, bandidos y encubiertos enemigos del pueblo.
Hoy por hoy, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, se ha puesto a la cabeza de los calumniadores, se ha puesto a la cabeza de los agresores del Movimiento Antorchista Nacional, pero sabemos que la cuerda, que los hilos que lo hacen moverse, son accionados por una mano desde el Palacio Nacional.Barbosa y López Obrador pasarán a la historia como los peores gobernantes que han tenido Puebla y México, respectivamente.La saña con que agreden a los Antorchistas, tarde o temprano se les revertirá porque están atacando a una auténtica organización del pueblo, construida por hombres y mujeres humanistas, que han dado todo, incluso la vida en esta lucha por la emancipación de las clases oprimidas.Impulsado por el Movimiento Antorchista, pronto surgirá un gran frente nacional que barrerá como basura, a los malos gobernantes y orientará por un rumbo correcto el glorioso destino de nuestra patria recuperada.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario