MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Desigualdades en la salud, un desafío persistente en México

image

En la actualidad, no es una opción el enfermarse. Cuando nos enfrentamos a problemas de salud y tenemos que buscar atención médica, se anteponen, en primer lugar, nuestra situación económica; en segundo, el derecho universal que se supone tenemos todos los mexicanos de recibir la atención de los servicios públicos de salud de manera gratuita; y, en tercer lugar, el viacrucis que tenemos que pasar por la atención brindada dentro de las clínicas y hospitales públicos.

En el primer caso, es indispensable tener los recursos económicos suficientes para poder realizarse los estudios pertinentes, sobre todo para la compra de medicamentos, obviamente en el caso de que el enfermo tenga que recurrir por necesidad de atención a un consultorio médico privado o directamente con un especialista en particular.

El ejercicio del derecho a la salud en México está afectado por la fragmentación del sistema y las desigualdades en el acceso, relacionadas estrechamente con el estatus económico y laboral de los ciudadanos.

En el segundo caso, sufrir ante la poca o casi nula capacidad del gobierno para garantizar y proporcionar servicios de calidad que deben ser gratuitos, accesibles y oportunos, lo que influye de manera significativa en el bienestar y la protección de la población.

Tristemente, en el tercer caso, la agravante que se suma a las dos anteriores es que tengamos que sufrir atropellos, maltrato y discriminación derivados de la mala y pésima atención por parte del personal que "trabaja" en el sector público de salud, desde el guardia que está en la puerta, hasta la negligencia del personal administrativo y de los médicos y enfermeras(os) que se supone están para brindar el servicio a todo aquel que tenga necesidad de ser atendido.

¿Recuerdan estas frases?: aún se hará realidad el derecho a la salud, poco a poco se irá ampliando el programa hasta que logremos, a mediados del sexenio, establecer un sistema de salud de primera, como en Canadá o Dinamarca.

Pues bien, el 1 de diciembre de 2018, en un Zócalo abarrotado de acarreados, el ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador hizo estas significativas promesas en su discurso de toma de protesta. Declaró que su meta era garantizar atención médica y dar medicamentos gratuitos para todos los mexicanos, comenzando por las zonas más empobrecidas del país. 

Asimismo, afirmó que el programa se ampliaría gradualmente hasta lograr un sistema de salud de primer nivel, comparable al de Canadá o los países nórdicos, para la mitad de su mandato. 

Dijo que a mediados de su Gobierno, México tendría un sistema de salud universal, pero al año siguiente creó el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que sustituyó y enterró al Seguro Popular; en un giro, la Cámara de Diputados aprobó una reforma al vapor el 25 de abril: desapareció el Insabi para dar paso al IMSS Bienestar. Juzgue usted mismo, la misma burra.

¿Y cuál fue el resultado? Según cifras presentadas en el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) del 10 de agosto de 2023, la carencia por acceso a servicios de salud aumentó del dieciséis punto dos por ciento al treinta y nueve punto uno por ciento entre 2018 y 2022. Esto equivale a un incremento de 20.1 a 50.4 millones de personas, evidenciando la verdadera y cruda realidad en la obtención de atención médica y medicamentos durante el sexenio de López Obrador.

El informe también decía que, durante su administración, el porcentaje de suministro completo de medicamentos en el primer nivel de atención disminuyó. Además, la iniciativa de "Cero Desabasto" reportó 10 mil 457 casos de desabasto desde enero de 2019 hasta el 21 de noviembre de 2023.

Pues bien, a todo esto, ¿cómo está nuestro sistema de salud? El panorama actual refleja claramente que el sistema de salud que tenemos en México está pasando por una de sus peores crisis.

Las cifras que se presentan por organismos serios que se atreven a presentarlas muestran datos escalofriantes que, ante cualquiera que los pueda consultar, deberían preocupar y no sentirse ajenos ante tal problema.

En México, nos guste o no, el ejercicio del derecho a la salud se encuentra afectado por un sistema caracterizado por su fragmentación y marcado por desigualdades en el acceso, las cuales están muy ligadas al estatus económico y laboral de los ciudadanos.

Es cierto que la crisis provocada por la pandemia agudizó de manera muy marcada estas desigualdades ya que, en el sistema de salud que tenemos en nuestro país, existe una notable distinción entre quienes laboran en el sector formal y aquellos en el sector informal.

Los trabajadores formales, que generalmente cuentan con seguridad social, acceden a servicios médicos integrales y gratuitos, lo que les permitió recibir atención rápida durante la emergencia sanitaria.

Por el contrario, el sector informal, que abarca una gran parte de la fuerza laboral, enfrenta obstáculos significativos para acceder a servicios de salud pública.

La precariedad laboral ha llevado a que muchos de estos trabajadores carezcan de atención adecuada, lo que ha resultado en un aumento de enfermedades no tratadas y un deterioro en su calidad de vida.

Las recientes reformas al sistema de salud y el debate en torno al acceso a medicamentos esenciales han puesto de manifiesto la lucha por obtener atención médica de calidad.

Las comunidades más vulnerables continúan enfrentando desafíos para recibir la atención que necesitan, y la calidad de los servicios públicos, a menudo insuficientes, se ha visto afectada por la falta de recursos y de personal médico.

Esta realidad evidencia una profunda desigualdad en el acceso a servicios de salud en México, donde la salud de la población refleja las disparidades económicas y sociales existentes.

Claudia Sheinbaum Pardo recibe un país con muchos lastres, y el tema de la salud no es la excepción; ahora toca a ella atender y resolver todos los problemas que dejó su antecesor.

La pregunta es: ¿se atreverá a echarle la culpa a la administración pasada, sabiendo que quien le dejó todos estos males fue el que la llevó al poder?

La moneda está en el aire y, como reza el dicho popular del verdadero pueblo sabio, quien al cielo escupe, en la cara le cae.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más