Se avecinan los tiempos electorales en los que conoceremos a los candidatos y veremos cómo echan mano de las promesas más impactantes y más novedosas para convencer al mayor número de votantes posibles y garantizar su triunfo. En este contexto cabe destacar que la contienda próxima posee características particulares frente a las contiendas anteriores, en primer lugar porque será la elección más grande de toda la historia de nuestro país: será una votación para renovar a 21 mil 368 funcionarios públicos, entre ellos 15 gobernadores, 500 diputados federales, mil 63 diputados locales, mil 924 alcaldes y 431 juntas municipales; en segundo lugar porque el proceso electoral se llevará a cabo en el plano de la crisis provocada por la pandemia de covid-19; en tercer lugar porque la elección se desarrollará en un ambiente de polarización entre los mexicanos, impulsada por el presidente de la República, quien por su propia voz ha llamado públicamente a definirse a favor o en contra de la Cuarta Transformación.
Al parecer todos los partidos nacionales y locales están listos para abanderar a sus candidatos y luchar por las posiciones en juego. En el caso de Chiapas se renovarán 40 diputaciones locales y 126 ayuntamientos. ¿Qué debemos tomar en cuenta los chiapanecos para que nuestro voto sea útil en un proceso con estas características? Para responder a esta pregunta quiero hacer algunas anotaciones que pueden servirnos para enriquecer nuestro juicio y aclararnos algunas cosas al momento de decidir a quién votaremos. Creo que en primer lugar debemos evaluar el desempeño de nuestras autoridades ante el escenario de la pandemia, ya que esta situación ha sacado a flote las debilidades tanto del Gobierno Federal como del estatal, dejando evidencia la actitud de nuestros gobernantes.
Datos de la Secretaría de Salud del Estado aseguran que hay tres mil 807 casos confirmados y 262 defunciones, se habla de 11 mil 129 casos sospechosos y de dos mil 529 pacientes recuperados, las muestras procesadas fueron cinco mil 749 y hay 461 que están pendientes de resultado; estas cifras respecto a un universo de más de cinco millones de ciudadanos nos dejan la impresión de que hay control, sin embargo, los contagios van a la alza y las defunciones también. Nuestro sistema de salud ha sido endeble desde hace mucho tiempo, la mayoría de chiapanecos no son ajenos a la situación del nulo acceso a un hospital que les garantice las condiciones mínimas de salud, por lo que no debemos cometer el error de interpretar las cifras anotadas como un logro de nuestro gobierno o como un resultado que da por acertadas las medidas para controlar el problema. Nada de eso. Tenemos que ser capaces de ver que en Chiapas se adopta la misma política del presidente de la República: no se hace caso a la indicación dada por la Organización Mundial de la Salud para realizar el mayor número de pruebas posibles y así detectar y aislar a los individuos contagiados para evitar la propagación del virus. Es cierto que el gobierno del estado habilitó 10 clínicas para atender a los enfermos de covid-19, pero el sol no se tapa con un dedo y esa medida será insuficiente, sobre todo ahora que el riesgo es mayor con la nueva normalidad, ya que la gente empezó a salir, haciendo caso a lo que dijo Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que el Subsecretario de Salud sostiene que estamos en el pico de la pandemia.
Al respecto, cabe preguntarse lo siguiente: ¿se justifica esta medida electorera del presidente, del gobernador Rutilio Escandón y de todos los gobernantes de afiliación morenista para, una vez más, tratar de convencer a los votantes de que ellos son la solución, que supieron enfrentar la crisis sanitaria y ya no hay nada por qué preocuparse? En mi modesta opinión, veo que se olvidan del problema principal y que nuestro gobernador se ha sumado a la posición del presidente, intentando aumentar puntos a Morena para las elecciones en puerta con el manejo que le viene dando a la crisis sanitaria en el estado, ya que nuestros diputados y presidentes municipales se han quedado congelados, sin voz ni presupuesto para ayudar a quienes representan.
En segundo lugar, los chiapanecos no deberíamos olvidarnos del trato que nos han dispensado las autoridades en estos últimos tres meses, ya que la desatención no se queda solo en materia de salud, sino que va más allá, provocando que nuestra vida cotidiana se torne aún más difícil de lo que ya era. Durante el confinamiento, un número importante de trabajadores perdieron su empleo y miles de familias viven la pesadumbre de la pobreza al grado de verse imposibilitadas para llevar el pan a su mesa. No hubo un plan federal ni estatal para atender la carencia de alimentos de las familias más necesitadas, no hubo quién propusiera una ley para otorgar un seguro de desempleo. El abandono de nuestros gobernantes fue notable y tiene que calarnos hasta lo más hondo, porque la pobreza duele y nos sume en la miseria privándonos hasta de lo más elemental.
Quienes pertenecemos al Movimiento Antorchista de Chiapas, junto con nuestros compañeros a nivel nacional, llevamos a cabo una campaña de denuncia de esta terrible situación, exigiendo ser escuchados y tomados en cuenta para recibir apoyos de alimentación que sirvieran para garantizar la supervivencia de las familias más pobres, la respuesta a esta petición fue una mirada ciega y oídos sordos, dejando a su suerte a esos miles de familias. ¿Se olvidan quienes están en el poder que hace no más de dos años una buena parte del pueblo más pobre confió en ellos? ¿Dónde quedaron esas promesas de que con Morena "primero los pobres"? ¿Es justo que los chiapanecos sigamos padeciendo niveles de pobreza tan indignantes como los que ahora padecemos? ¿No es acaso un derecho nuestro exigir apoyo a quienes nos gobiernan? Si respondemos a esto, caeremos en la cuenta de que fuimos engañados por quienes ahora nos gobiernan, sobre todo, por quienes se hicieron llamar la "esperanza de México", ya que han demostrado ser del mismo linaje que los gobernantes a quienes juzgaron y volvieron a darle la espalda a los mexicanos que claman ayuda para combatir el hambre.
Por último, quiero señalar que tomar partido por la Cuarta Transformación después de ser víctimas de esta evidente traición sería un error fatal para el pueblo. Urge que demostremos que no estamos a favor de las políticas de la 4T porque no han sido en beneficio de los más pobres y que advertimos que sus candidatos tendrán como misión predicar con el mismo discurso, fastidioso y mentiroso, del presidente de la República. Tampoco debemos olvidarnos que ningún partido político se ha comprometido en serio con la clase trabajadora de nuestro país y, por lo tanto, con los chiapanecos más humildes y desprotegidos. Nos debe quedar claro que la única manera de resolver nuestra condición de pobreza y los problemas que nacen de ella, es llevando al poder a quienes representan los intereses más genuinos del pueblo, no a la vieja y caduca clase política que se ha especializado en vomitar mentiras para impresionar a los votantes. En las condiciones actuales el papel del pueblo organizado es imprescindible, debemos entender que sólo organizados podemos defendernos y luchar por un mejor nivel de vida que nos garantice un bienestar palpable a todos los mexicanos. De no ser así, seguiremos condenados al suplicio y dejaremos que se siga haciendo la voluntad del actual gobierno.
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