**La eliminación del programa ETC se presenta en el peor momento, cuando es más necesaria la presencia de los niños en la escuela.
Es preocupante y muy lamentable que el Gobierno federal le dé la espalda a más de 3.5 millones de niños; es trágico el hecho de que hayan quitado las Escuelas de Tiempo Completo porque esto representa una regresión en la educación de las niñas y niños del nivel básico. Más de tres millones de familias también serán afectadas al dejar de recibir este beneficio.
Este programa que inició en el sexenio de Felipe Calderón, y que se mantuvo durante el mandato de Enrique Peña Nieto a la fecha, había incorporado a más de 27 mil escuelas en un plan que consistía básicamente en que las escuelas ampliaran su horario de actividades de cuatro a seis horas para ofrecer tareas extraescolares a los estudiantes y alimentación.
En el caso concreto de primaria, era muy importante contar con este tiempo ampliado, pues en 4 horas y media se limitaba bastante lo que se podía enseñar, tanto en contenidos como en convivencia y actitudes, ya que precisamente las escuelas con esta jornada ampliada permitían incluir actividades lúdicas, deportivas y artísticas, indispensables para una formación integral.
Además, los padres y madres se beneficiaban por el acoplamiento con los horarios de una escuela de tiempo completo, porque mientras sus hijos permanecían más tiempo en la escuela, ellos incrementaban las horas de su jornada laboral para llevar a sus hogares unos pesos más para enfrentar la crisis económica que vive el país, de esta forma eran menos los niños los semáforos dedicados a la venta de chicles o limpiando parabrisas. Contra esos males luchaban las escuelas de tiempo completo.
El Gobierno federal, a través de la secretaria de Educación, Delfina Gómez, pisotea nuevamente los derechos elementales de niños, niñas y adolescentes, que protege el artículo tercero constitucional, y que dicta que esos sectores de la población deben tener acceso a una educación de calidad; y este programa favorecía más el estudio.
Con los gobiernos neoliberales que tanto critica Andrés Manuel López Obrador se hicieron muchos esfuerzos para generar las condiciones y vencer los retos para recuperar los aprendizajes que se habían perdido, pero el programa mitigaba el problema que el día de hoy tendremos con su cancelación.
En Morelos estarían desapareciendo 595 Escuelas de Tiempo Completo con 3 mil 200 docentes que atendían a más de 88 mil estudiantes en horario ampliado, de los cuales la gran mayoría contaban con servicio de alimentación en el aula. Los maestros también serán afectados dado esto representaba una compensación ya que se ampliaba su jornada de trabajo.
Las Escuelas de Tiempo Completo deben permanecer porque, aunque lo grite el presidente que existía corrupción en ellas, sus resultados satisfactorios fueron respaldados por estudios de organizaciones como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Banco Mundial, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), entro los más destacados que documentaron que era mayor nivel de aprendizajes, se cerraron las brechas de desigualdad, disminuyó la desnutrición entre los alumnos más vulnerables; además, para el 66 por ciento de los estudiantes beneficiados el alimento que recibían en su escuela era el primero del día, y había una mayor participación laboral de las madres de familia en un 5 por ciento.
La eliminación del programa se presenta en el peor momento, justo cuando el regreso a clases presenciales es ya un hecho y se hace más necesaria la presencia de los niños en la escuela.
Por tanto, los maestros conscientes de lo que significa este programa no podemos quedarnos de brazos cruzados, entendemos que es un retroceso educativo que aumentará la desigualdad entre la población, simplemente por un capricho presidencial que exige recursos para culminar sus proyectos emblema; exigimos que las Escuelas de Tiempo Completo permanezcan como apoyo para el pueblo pobre de México.
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