MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Alza de precios en fertilizantes afecta a los más pobres 

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Hace un mes, el diario La Jornada publicó una pieza periodística en la que informó que la producción de alimentos estaba amenazada por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, como consecuencia de que México importa el 30 por ciento de los fertilizantes de Rusia. 

El costo de los fertilizantes incrementó el 80 por ciento, asimismo, México está importando el 60 por ciento del consumo nacional, de acuerdo con información de Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (Proccyt) y de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (Umffaac) (La Jornada, México, 03 marzo de 2022). 

Las causas del incremento de los precios de los fertilizantes son diversas. La primera, es por las sanciones económicas que Estados Unidos (EE. UU.) y Europa impuso a Rusia por la invasión a Ucrania; luego por la capacidad de movilización desde China, segundo exportador mundial de fertilizante a México (20 por ciento) y la crisis de los contenedores; el incremento de los precios del gas natural, principal materia prima para los fertilizantes nitrogenados, ya que en EE. UU.,  y Europa el precio del gas natural aumentó el 600 por ciento el año pasado (Forbes, México, 29 de Marzo de 2022).

Los fertilizantes son el principal insumo de la actividad agrícola en el mundo; sin embargo, desde que inició el conflicto Rusia- Ucrania, las compañías navieras han evitado atracar en territorio ruso para recoger mercancías, lo que ha repercutido en una caída de los envíos de las exportaciones de fertilizantes desde Rusia, el mayor productor mundial de este insumo para la producción de alimentos. En este sentido, México importó 5 millones de toneladas que representa un costo de 4 mil 500 millones de dólares.

Según, la revista Forbes México, el incremento de los precios en los fertilizantes está perjudicando a los pequeños propietarios, ya que se ha reducido hasta en un 50 por ciento el uso de los fertilizantes para la producción y, por tanto, se disminuirá la superficie sembrada. El aumento de los costos de producción que están enfrentando los productores de alimentos es muy alto, la mayoría se gasta en los fertilizantes, la energía, el transporte y la mano de obra. Una parte de estos costos los absorberán los productores, la otra parte, la van a transmitir directamente a los consumidores finales.

El alto costo de los fertilizantes afecta a toda la cadena de producción de alimentos en el mundo. Por ejemplo, en México, con los pequeños productores, un bulto de urea de 25 kg se compraba a principios del año en 540 y 600 pesos, ahora cuesta 1,500 pesos. Así, los productores grandes y medianos adquieren el mismo fertilizante en 23,000 pesos la tonelada, cuando en marzo de 2021 la tonelada se ofertaba en 8,000 pesos, es decir, un aumento del 187 por ciento en el precio.

Otro fertilizante indispensable en las siembras es el fosfato monoamónico, el cual sigue la misma inercia: su precio al primer trimestre de 2021 se situaba por mucho en unos 11,000 pesos por tonelada, ahora se cotiza por encima de los 24,000 pesos, lo que supone un incremento interanual de 118 por ciento. Este incremento de costos impactará directamente sobre el consumidor final (EL PAÍS, México, 30 de marzo de 2022).

El impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania ya se está cuantificando en términos económicos por todas las naciones del mundo. Los productos que se verán afectados son: el maíz, el trigo, el pan y la leche, así como lo reporta César A. Cantú Hernández del diario El Financiero (25 de marzo de 2022), quien informa que la ONU-FAO proyecta un incremento de entre 8 por ciento y 22 por ciento en los precios globales de los alimentos por la guerra Rusia-Ucrania. 

Todo depende de si el impacto es moderado o severo. Asimismo, menciona algunos granos básicos; por ejemplo, para el maíz, estima un encarecimiento de 8.2 por ciento si el impacto es moderado y de 19.5 por ciento si es severo. El trigo podría ver aumentos de entre 8.7 por ciento y 21.5 por ciento en sus precios; para los granos sería de entre 7 por ciento y 19.9 por ciento; y de 10.5 por ciento a 17.9 por ciento en el caso de oleaginosas.

Como se ven las cosas, el panorama mundial no pinta en beneficio de los mexicanos. Nuestro país sigue siendo dependiente de las importaciones a costos muy elevados que terminan empobreciendo a las clases menos favorecidas. El gobierno no hace nada por reactivar la industria de los fertilizantes para bajar los costos de producción. Con este nuevo esquema se pone en peligro el nuevo ciclo productivo primavera-verano que tendrá una perdida incuantificable para los productores de alimentos que no tendrán acceso a los fertilizantes. Con ello, el campo aumenta sus costos y lo hace poco redituable para el sostén de las familias y la economía nacional.

Seguramente, México incrementará sus importaciones de granos y se hará más dependiente del exterior. Al mismo tiempo, se dejará postrado al campo y ello provocará la agudización de la pobreza en el campo.

Sin lugar a duda, hace falta un verdadero programa de nación para reactivar el campo mexicano, que aumente la productividad y se alcance la soberanía alimentaria que propone la FAO, para que todos los mexicanos tengan acceso al alimento como un derecho universal. Sin embargo, no se cuenta con un gobierno comprometido con el campesinado y el pequeño productor, mucho menos con un programa que saque a este sector de la pobreza lacerante, en la que se está muriendo de inanición.

Aunque se tiene a un presidente que dice que primero los pobres, la realidad es contundente al mostrar todo lo contrario. No hay un presidente que represente a los pobres, el presidente que tiene México está preocupado por su revocación de mandato que, a todas luces, no viene a resolver los problemas de alimento, salud, empleo, infraestructura, educación y servicios asistenciales para la población.

Si lo solución fuera una consulta para la revocación de mandato, entonces todos los países del mundo seguirían el ejemplo de México, pero todas las naciones saben que este acto es pan y circo para distraer a la población de los problemas que lo aquejan como el alimento diario. Al final, sólo el pueblo educado y organizado tiene en sus manos buscar un verdadero representante del pueblo y para el pueblo. 

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