MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La red de carreteras en pésimas condiciones y altos costos

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La red de carreteras alimentadoras y rurales posee una longitud total de 266 mil 598 kilómetros, de los cuales 103 mil 217 kilómetros se encuentran en malas condiciones, representando el 38%; 127 mil 967 kilómetros, el 48%, están en condiciones regulares, y solo 34 mil 657 kilómetros, el 13%, se reportan en buen estado, de acuerdo con el diagnóstico presentado por autoridades federales a finales del año pasado. La principal causa es la reducción de inversiones públicas en mantenimiento permanente y la lenta burocracia para realizar las actividades dentro de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), lo que ha provocado un acelerado deterioro en las carreteras federales y estatales en todo el territorio nacional. En el sexenio pasado se dejaron de compartir los datos sobre las condiciones de estas vialidades. En el último informe del sexenio de AMLO se reconoce que el 24% de la red carretera federal, que consta de 44 mil 600 kilómetros, está en malas condiciones. Basta con hacer un recorrido por las carreteras para observar el número de baches, el exceso de maleza que invade, la carencia de señalización y la falta de pintura, haciendo riesgosos e inseguros el tránsito de los conductores.

La red federal de cuota, operada por Caminos y Puentes Federales (Capufe) y las empresas concesionarias, suma un total de 10 mil kilómetros, donde los altos cobros en varios tramos carreteros de cuota son un abuso, convirtiéndose en negocios millonarios para las empresas que las operan. Además, no garantizan el buen estado de las mismas, poniendo en riesgo la seguridad vial de los conductores. Los precios de las casetas aumentaron hasta un 23% en el sexenio de AMLO. Por ejemplo, en 2023, los costos se dispararon: mientras la inflación general se ubicó en 6.8%, las cuotas de autopistas aumentaron en promedio 9.9% a nivel nacional. Fue el incremento más alto desde octubre de 2018, cuando el promedio fue de 10.2%. La caseta de Trapichillo costaba 125 pesos; con este aumento, cuesta 165 pesos, lo que representa un incremento del 30%. La de Acaponeta subió de 365 a 440 pesos. Todas las autopistas dicen ofrecer una conexión eficiente, segura y rápida de personas y mercancías, pero en los hechos evidencian lo contrario. Estos aumentos en las autopistas de cuota durante el sexenio pasado han provocado el aumento de precios en las mercancías y pasajes. Los automovilistas deben desembolsar miles de pesos si quieren transitar por carreteras de cuota que están en mal estado. Un engaño más de la 4T: los altos cobros y el aumento anual continúan beneficiando directamente a las concesionarias privadas, sin importar afectar el bolsillo de los automovilistas que menos tienen.

Los mexicanos necesitan infraestructura social básica en las comunidades y colonias, empezando por la rehabilitación y construcción de carreteras y caminos por donde transitan los más humildes de nuestra patria

El presupuesto ejercido en 2019 para la reconstrucción y conservación era de 15 mil 567 millones de pesos; para 2023 fue de 6 mil 943 millones de pesos, según cifras oficiales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, representando una caída de 55.4% en los últimos cinco años. Esta reducción de recursos ha impactado directamente en el deterioro de las carreteras. Un menor flujo de dinero para 2024 nubla las posibilidades de mejorar las condiciones físicas de la infraestructura carretera, la reconstrucción y el mantenimiento de las carreteras federales, estatales, vialidades y calles. Los recursos financieros para 2024 son pírricos, y la lentitud, burocracia y corrupción de la secretaría encargada de realizar los trabajos harán que las carreteras sigan igual o peor que en las condiciones en que hoy se encuentran. Los riesgos que se corren al transitar por carreteras en pésimas condiciones disparan el incremento de accidentes viales. Un ejemplo de esto es la carretera Miguel Alemán-Puerto Libertad, donde han sucedido un sinfín de accidentes, y hasta ahora las autoridades no han hecho nada. Algo similar ocurre en la autopista Amozoc–Perote, donde han ocurrido mil 447 colisiones con un saldo de 408 muertos, mil 354 lesionados y daños materiales estimados en 202 mil 26 millones de pesos nominales en los últimos 10 años.

Entre enero y diciembre de 2024, el Ministerio Público recibió en promedio 150 casos diarios de lesionados o homicidios por accidentes viales. A esto se suman otras causas que provocan accidentes, como la mala decisión al conducir, exceso de velocidad, manejar con sueño o bajo los efectos de sustancias, fallas mecánicas en los vehículos y condiciones climatológicas extremas. Al final, todos los días decenas de familias sufren las consecuencias de los accidentes por las malas condiciones en que se encuentran las carreteras tanto libres como de cuota. Hay muchas carreteras que están igual o en peores condiciones que antes de 2018. La 4T prometió mejor vida a los mexicanos, pero no ha sido así. Podemos afirmar con toda certeza que los programas sociales de transferencia monetaria directa ayudan a un sector importante de la población, pero no son la varita mágica que resolverá todos los problemas del país. Los mexicanos necesitan infraestructura social básica en las comunidades y colonias, empezando por la rehabilitación y construcción de carreteras y caminos por donde transitan los más humildes de nuestra patria. Por ahora, nos toca transitar un año más en carreteras pésimas y caras.

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