MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿A quiénes y para qué ha servido la llamada “austeridad republicana"?

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Estamos llegando al ocaso del gobierno de López Obrador y, para desgracia de nuestro país y de la inmensa mayoría de sus habitantes, hoy las cosas están peor que en los gobiernos anteriores: más pobreza, menos salud, educación en crisis, casi cero atención a las demandas de pueblos y colonias; infraestructura carretera sin mantenimiento, destrozada y prácticamente sin nuevas vías en construcción. Asimismo, los niveles de inseguridad y violencia alcanzados son inauditos; la inflación y por lo tanto, los costos de los productos de la canasta básica y la mayoría de los servicios públicos, están por la nubes así como la deuda externa. Por lo tanto, con todo derecho nos debemos preguntar, ¿dónde quedaron todas las promesas del entonces candidato AMLO? ¿De qué sirvió o a quién su llamada “austeridad” republicana y su inexistente lucha contra la corrupción?

En cuanto a sus promesas de campaña, ya lo he comentado en otras ocasiones, fueron eso, sólo promesas para poder ganar la presidencia; ofrecimientos, engaños, falacias, calumnias y discursos estrambóticos, verdades a medias y mentiras deliberadas para ganar el voto popular, aprovechando el gran descontento social existente, sobre todo en las clases bajas y medias. Y quizás, el engaño mayor y la mentira más grande y, por lo tanto, más dañina para el pueblo, es haberse puesto careta de izquierdista y de demócrata. Pero la realidad nos demostró que López Obrador es de los presidentes de México más neoliberales, o ¿no es un verdadero neoliberal el que desprecia a su pueblo y lo llama “mascotita”? o ¿Quien le quita todos los programas sociales y los deja morir por decenas de miles en una pandemia, como fue la del Covid-19? Los demagogos, dijo V.I. Lenin “… son los peores enemigos de la clase obrera.

Son los peores, porque excitan los malos instintos de la multitud y porque a los obreros atrasados les es imposible reconocer a estos enemigos, los cuales se presentan, y a veces sinceramente, como amigos”. Así, López Obrador se presentó con cara de “amigo”, prometió que en su gobierno serían “primero los pobres”, y dijo que todas las acciones gubernamentales serían encaminadas a combatir la pobreza y la marginación; o sea, se nos presentó como un hombre de izquierda, enlodando y ensuciando a los verdaderos izquierdistas del país, desprestigiando su contenido, contaminando y prejuiciando la mente del pueblo, y provocando con ello que no pueda distinguir entre los falsos y los verdaderos izquierdistas.

  ¿El presidente es un demócrata? Obvio que no. Como ya lo señaló atinadamente el líder nacional de los antorchistas, el Maestro Aquiles Córdova Morán en uno de sus artículos: “Hoy estamos viviendo la “Cuarta Transformación” […] El autoritarismo y el irreductible dogmatismo del actual Presidente de la República ponen de relieve, como nunca antes, la supresión real de la división de poderes a favor de uno solo: el poder Ejecutivo”. Pero, además, “Ningún gobierno puede llamarse democrático si en los hechos conculca los derechos ciudadanos y se  arroga todo el poder de decisión, aún en contra de la voluntad popular e incluso en su perjuicio”. Y este actuar dictatorial y de su política vengativa, basada en odios y rencores ha humillado a muchos gobernantes y los mantiene alineados a su poder y a su 4T (pues seguramente tienen cuentas pendientes y de ahí los tiene agarrados).  
 

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