"Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, el Estado lo garantizará", es lo que dicta el Artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, un documento, que no debemos olvidar, rige a todo un país, y debemos entender que es a un país entero; a todos sus habitantes y no solo a una minoría.
Ya en un artículo pasado, nuestro secretario general, el Ingeniero Aquiles Córdova Morán, mencionó acertadamente: "la Constitución de un país, es el solar común, el abrigo colectivo, el punto de concurrencia, encuentro y convivencia de la pluralidad humana. Y es por esta razón que todos la reconocen como tal, la aprueban, la apoyan y la acatan, y buscan hacerla efectiva en cada caso, problema o conflicto, individual o colectivo, en que haga falta un criterio imparcial y superior al de los actores en litigio".
Hago referencia a estas dos citas porque me interesa hablar de la calidad de vida que llevan los mexicanos, y como en nuestro país se han tratado de implementar apoyos que supuestamente deberían de ayudar y ser de impacto para los más de 80 millones de pobres que existen en México.
En 2013 se dio a conocer el programa de "Comedores Comunitarios", programa que se creó en el sexenio del ahora ex Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, un programa que pretendía abatir de manera masiva la pobreza, la desnutrición y la marginación social en México; este programa fomentó en algunas entidades la creación de comedores comunitarios a los cuales asistirían familias de bajos recursos económicos, quienes por la módica cantidad de 10 pesos podrían tener acceso a una comida.
Así como este, otros programas se han generado para supuestamente ayudar a los más desprotegidos de nuestro país, aunque en su momento quizá lograron ayudar a unas cuantas familias, no lograron erradicar el verdadero problema que rige a México: la pobreza.
A pesar de no obtener los resultados que el pueblo mexicano necesita, debemos aceptar que sí apoyaban y que había habitantes que dependían de ellos, sin embargo, al 19 de marzo de este año, habían cerrado ya 460 de estos comedores, esto como una aplicación de las nuevas políticas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dio órdenes de cerrar los comedores y de eliminar el presupuesto que estaba destinado a este programa, pues, argumentaba, es una limpia de programas sociales vinculados a la corrupción.
Es cierto que este tipo de programas, que se vienen implementando desde hace ya aproximadamente 20 años, no han logrado erradicar la pobreza de nuestro país, pero también es cierto que, en cierta medida, ayudaban a combatir uno de los problemas más marcado en nuestra sociedad: el hambre.
Me interesa que usted, amable lector, trate de dimensionar el problema que aqueja a nuestros hermanos mexicanos; y para ello quiero dar a conocer una nota publicada el 2 de mayo por El Economista, nota que lanza cifras realmente alarmantes: para esta fecha habían sido despedidos en total 5 mil 85 empleados, de los cuales, 2 mil 573 pertenecen al Servicio de Administración Tributaria (SAT), dependencia en la que hubo más recortes, de ahí siguen otras tantas donde hubo despidos de más de 400 empleados en cada una de ellas.
Estas cifras realmente deben poner nuestras perspectivas en alerta, pues es solo lo que ha sucedido en estos meses de gobierno de Andrés Manuel López Obrador: gente que ha dejado de recibir la poca comida a la que podía tener acceso, despidos que lo único que han provocado es que más gente se quede sin un ingreso fijo para poder sostenerse a sí misma y a su familia.
La pobreza va en aumento, y este tipo de políticas no la están combatiendo de raíz. La corrupción, señor Presidente, no es el problema, es solo una consecuencia de la pobreza que nos azota.
La mala distribución en nuestro país, y en el mundo, han generado cifras alarmantes de pobreza extrema; urge pues, un cambio de modelo económico por otro que busque favorecer a la gran mayoría de los mexicanos que se encuentran en esta situación. El pueblo es el único que librará sus propias batallas para mejorar sus condiciones de vida, y en estos tiempos, el Movimiento Antorchista es la única organización que vela por los intereses de millones de mexicanos. Unamos nuestras fuerzas, y seremos invencibles.
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