Los tiempos que corren son tiempos de tormenta.Las entrañas del país se agitan como aguas turbulentas en las que navega la inconformidad social.Nadie que haya elegido el camino de la lucha puede pensar que estuviera sembrado de rosas y algodón; al contrario, la batalla y el peligro son el pan de cada día y se deben enfrentar con determinación y valentía o se habría escogido el camino equivocado.Los dirigentes del Movimiento Antorchista sobre los que hoy dejan caer furibundos rayos desde el trono liliputiense del poder, llevan 46 años de lucha, forjándose a golpe de yunque y hoy enfrentan un nuevo ataque.
Hace poco menos de un mes, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, declaró, violando de manera flagrante y descarada la constitución, que había congelado cuentas bancarias de una organización porque "ha recibido dinero de manera ilegal".Con esa declaración dio inicio una campaña con el propósito de generar un linchamiento mediático.Los golpes de la UIF han sido alevosos y para muestra, cabe señalar: los boletines oficiales que salieron a la luz hasta el lunes 24 de los corrientes, aunque no señalan nombres, se refieren a los afectados como de personas físicas y empresas vinculadas financieramente con dicha organización, aseguran, mantiene una red de empresas constructoras, gasolineras, hoteles, farmacias, tiendas de conveniencia y agroindustrias.Acto seguido, relata una serie de transacciones amañadas cuyos montos en millones de pesos se presentan en conjunto y sin la debida explicación del tipo de transacciones, la forma y los años en que se realizaron, lo que induce a pensar que son cantidades escandalosas con alta probabilidad de ser producto de actividades ilícitas.Sin embargo, aunque no se mencionan nombres en los documentos, casualmente los medios de información hoy afines a la 4T, se encargaron de señalar al diputado federal Brasil Acosta Peña y al dirigente estatal de Antorcha en Puebla, ingeniero Juan Manuel Celis Aguirre, como las cabezas visibles de estos supuestos delitos.
Ante estos embates, el Movimiento Antorchista se ha defendido en la medida de sus posibilidades con cadenas humanas, y con protestas en las redes sociales.Pocos son los medios grandes que han recogido nuestra versión, pero no hemos de cejar en la defensa de nuestra inocencia, a pesar de que las poderosas fuerzas que nos atacan sean capaces de violar la Constitución y configurar delitos en contra de sus opositores y críticos.Lejos de intimidarnos, la disparidad de fuerzas nos motiva a medirnos con el tamaño de nuestro reto, pues la grandeza de la causa que perseguimos, y sobre todo, la inquebrantable decisión de sostener la lucha en favor de los pobres de nuestro país, que se ha materializado en la aglutinación de más de dos millones de antorchistas dirigidos por miles de activistas que hoy conforman a nuestra organización, nos posiciona hoy, en el escenario nacional, como la única fuerza capaz de servir de base para la coalición de todas las fuerzas progresistas que entienden hoy la urgente necesidad de unirse para salvar a México.
Por ello, arrogándome el quizá inmerecido derecho de hablar por los miles de activistas de nuestra organización, me dirijo a los dirigentes que hoy son el blanco visible de los ataques del aprendiz de dictador que despacha en Casa Aguayo, para decirles que el opaco velo del desánimo no ensombrecerá el horizonte de nuestra causa.Detrás de ustedes se encuentra un ejército de almas determinadas a enfrentar los ataques del poder y emprender la defensa pública como si fuera el nombre de cada uno de nosotros el que hubiese sido pronunciado en los medios detractores.
Y les dedico las palabras de Otto René Castillo, cuando dice:
Y cuando se haga
el entusiasta recuento
de nuestro tiempo
por los que todavía no han nacido,
pero que se anuncian
con un rostro
más bondadoso,
saldremos gananciosos
los que más hemos
sufrido por él…
Porque en la defensa de los hombres que hoy son víctimas de la persecución y linchamiento, está la defensa del futuro luminoso que representa la construcción de un país más generoso, equitativo, benevolente y justo para todos.Y por ese país, vale la pena apostarlo todo.
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