MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

157 años después: los mismos hechos, las mismas conclusiones

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La participación del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, citada por el ingeniero Aquiles Córdova Morán, me trajo a la memoria, de modo inevitable, el discurso que pronunciara 157 años atrás, en 1864, Karl Marx, en lo que sería el Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores, fundada por él, pues pareciera que ambos retratos de la realidad económica y social de esas dos épocas, fueran idénticos y solo cambiaran las fechas y las cifras, pero no la tendencia y, si esto es así, las conclusiones lanzadas en el Manifiesto Inaugural siguen siendo válidas.

Tal es el tema de esta colaboración.

En el documento de 1864, Marx, citando al canciller del Tesoro de Inglaterra, W. Glandstone, documenta un doble fenómeno contrastante: el incremento de la riqueza del país y, al mismo tiempo el incremento de la miseria de las masas trabajadoras, para las cuales "los salarios no han aumentado”.

Cito a Marx, que a su vez cita a Gladstone: "el comercio de importación y exportación (de Inglaterra) ascendió en el año de 1863 a una cantidad sorprendente, casi tres veces mayor que el comercio de la época, relativamente reciente, de 1843”. "éste es un hecho tan sorprendente, que casi es increíble... Tan embriagador aumento de riqueza y de poder se halla restringido exclusivamente a las clases poseedoras”. Y, al mismo tiempo, expresaba el canciller: "Pensad en los que viven al borde de la miseria, en los salarios... que no han aumentado, en la vida humana ... que de diez casos, en nueve no es otra cosa que una lucha por la existencia”.

En dicho periodo se comparan 20 años, el comercio se triplica, los salarios no aumentan, campea la miseria y el aumento de riqueza y poder se restringe a las clases poseedoras.

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Veamos ahora el cuadro que retrató Putin en Davos:

"… a pesar de las profundas crisis de 2008 y 2020, el período de los últimos cuarenta años puede considerarse exitoso o incluso súper exitoso para la economía mundial. Desde 1980, el PIB per cápita mundial (…) se ha duplicado. Este es definitivamente un indicador positivo.” Sin embargo, "Durante los últimos 30 años, en varios países desarrollados, los ingresos de más de la mitad de los ciudadanos (…) se han estancado y no han aumentado. Pero el costo de los servicios de educación y salud ha aumentado. . . tres veces.” Y sigue: ¿Quién recibió el principal beneficio de esto?... el uno por ciento de la población”. 

Aquí se comparan 40 años: el PIB per cápita se duplica, los ingresos del pueblo no aumentan. Los costos de educación y salud se triplican. El incremento de riqueza y poder se limita al uno por ciento.

Han pasado 157 años o más, -según algunos historiadores el capitalismo se consolidó como sistema dominante en 1848- y la historia sigue siendo la misma: el sistema continúa reproduciendo, en un polo, un embriagador incremento de riqueza y poder y, en el otro polo, sigue reduciendo la vida de las 9 décimas partes de la población a una cada vez más dura lucha por la sobrevivencia. Esto nos dice -duro, muy duro, pero verdadero- el discurso de Putin.

Y en él se habla de los países desarrollados. ¿Y en México?

En México no solo padecemos las alzas al costo en la salud (se acabó el Seguro Popular), en la educación -hace poco me contaba casi con lágrimas en los ojos una madre tabasqueña, como tuvo que endeudarse con más de dos mil pesos + intereses en Elektra -cuyo dueño es uno de los empresarios predilectos de la 4T, cómo tiene también que comprar saldo todo los días, pues a su hija le dejan 27 tareas por semana; aquí padecemos también el alza a la electricidad (subió 12% en los últimos dos años), el alza al costo del gas doméstico (9.5% en el último año), el alza al transporte, el alza a los comestibles, el alza de todo lo que consumimos las clases populares, y todo esto ocurre en un momento en que no hay empleos, en que los micronegocios se arruinaron por la pandemia (y en Tabasco también por la inundación), en que aún el empleo informal callejero ha visto disminuidos sus míseros ingresos porque la gente no tiene dinero. Y según el informe del Coneval 2020 en Tabasco solo el 10% de la población no tiene algún grado de pobreza o alguna carencia, esto es ¡250,000 personas de 2.5 millones de habitantes! El pueblo mexicano lo único que tiene seguro son deudas, de las cuales no haya cómo salir.

En 2021, como dice el tango, la historia (de 1864) vuelve a repetirse. Conviene, entonces, asomarnos a las conclusiones que en ese tiempo sacó la Asociación Internacional de los Trabajadores y que, a mi juicio, siguen siendo vigentes:

Ofrezco disculpas por colocar las citas aisladas y sueltas, pero estoy seguro que el lector interesado las comprenderá:

"La clase obrera posee ya un elemento de triunfo: el número. Pero el número no pesa en la balanza si no está unido por la organización y guiado por el saber.

"Puesto que los señores de la tierra y del capital se sirven siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos y para sojuzgar al trabajo, la conquista del Poder político se ha convertido en el gran deber del proletariado.

”La realidad ha enseñado a los trabajadores el deber de iniciarse en los misterios de la política internacional, de vigilar la actividad diplomática de sus gobiernos respectivos, de combatirla, en caso necesario, por todos los medios de que dispongan; y cuando no se pueda impedir, unirse para lanzar una protesta común y reivindicar que las sencillas leyes de la moral y de la justicia, que deben presidir las relaciones entre los individuos, sean las leyes supremas de las relaciones entre las naciones”.

Mal resumido en mis propias palabras: el pueblo debe organizarse, debe educarse, participar en la política, frenar a los gobiernos en sus acciones lesivas para las clases trabajadoras y, finalmente, conquistar el poder político de la nación para construir un destino distinto.

Desde mi punto de vista, los obreros que se reunieron el 28 de septiembre de 1864, en Saint Martin's Hall de Long Acre, Londres, en la asamblea fundacional de la Asociación Internacional de los Trabajadores tenían razón en el retrato que hicieron de su realidad, como la tenían en sus conclusiones. Nos toca a nosotros poner manos a la obra. Vale.

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