MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Ya pasó el tsunami, ¿cuándo llegará la calma?

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En el argot popular, el pueblo sufrido y trabajador, con el ánimo de ser siempre optimista cuando las circunstancias de su pobreza le son más adversas y agraviosas, suele utilizar como consuelo y esperanza, el socorrido refrán: "Después de la tempestad, viene la calma". Otros, seguramente acuciados por su realidad de explotados y marginados, que siempre se impone como maliciosa casualidad, rompen la estructura clásica del refrán, con el objeto de añadir una objeción al contenido del mismo, y dicen: "Llega la tempestad, pero no la calma". Así pues, mutatis mutandis[1], creo que pudiéramos servirnos de este viejo y conocido refrán y su variante, para referirnos a la situación política actual, a dos meses de lo que muchos calificaron como un tsunami morenista electoral, que arrasó con las aspiraciones de muchos políticos de viejo cuño. Veamos un poco a qué me refiero.

Primeramente, considero, que lo ocurrido en el pasado proceso electoral, sí puede ser considerado un verdadero tsunami, pero de repudio y rechazo contra todos los partidos gobernantes y sus candidatos, que nunca imaginaron ni esperaron, que un día pudieran llegar a colmar la paciencia del pueblo pobre, que son mayoría en la lista nominal de electores. Sostengo, que el verdadero mérito político - muy hábil, por cierto - de Andrés Manuel López Obrador y sus asesores, fue precisamente haber captado este hartazgo social, con el tiempo, los recursos económicos y mediáticos suficientes, para dirigirlo artificiosamente, con un discurso "anticorrupción" y "antisistema" contra todos los que él bautizó, como partidos de "la mafia del poder", y que el elector identificó y rechazó - como castigo - el día de las elecciones.

Muy bien, pero, ¿qué fue lo que llevó al pueblo elector a rechazar tan masivamente a casi todos los candidatos de los partidos gobernantes, en el pasado proceso electoral? Parte de la respuesta - sostenida desde hace años por el Movimiento Antorchista Nacional -, la dio el mismo López Obrador durante toda su campaña, sólo que la convirtió en su slogan electoral y la llamó erróneamente "corrupción", pero la verdad, es que el pueblo estaba - y sigue estando - harto del maltrato institucional, político, económico y social al que lo han sometido todos los gobiernos de todos los partidos, casi desde el momento mismo en que concluyó el movimiento armado de la Revolución Mexicana. La otra parte de la respuesta - la que nunca dijo López Obrador en su campaña-, la ha dicho siempre el Dirigente Nacional de los Antorchistas, el Maestro Aquiles Córdova Morán: es la pobreza en que esta sumido el pueblo trabajador, que como ya dije, son mayoría en el padrón electoral.

Por tanto, dada la inconformidad y pobreza aún existente, es legítimo preguntar: ¿qué hará López Obrador, su Morena y todos sus aliados, para evitar el rechazo del pueblo, ahora que son gobierno como lo fue la "mafia del poder"? La lógica indica, que deberían hacer justamente todo lo contrario a lo que hizo la llamada "mafia del poder", el problema aquí es precisamente que, López Obrador nunca dijo exactamente, qué personajes sí y quiénes no son de la "mafia del poder". Por eso hoy, en medio de la aparente calma del "tsunami electorero" y lejos ya de la mirada escrutadora del pueblo que los eligió, vemos cosas tan contradictorias al discurso que sorprenden.

Creíamos ingenuamente que en la "mafia del poder" estaban los empresarios del Consejo Mexicanos de Negocios, que viven de explotar a los trabajadores mexicanos más pobres, pero resulta que no, López Obrador se reunió con ellos y les propuso que: "juntos saquemos adelante el país" (Excélsior, 16/08/2018); pensamos que Manuel Bartlett, Secretario de Gobierno en 1988 y acusado de orquestar el fraude que llevó a Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia de la República, era, por eso, de la "mafia de poder", pero López Obrador lo acaba de nombrar Director General de CFE; y ¿qué decir de Carlos Slim Helú, uno de los empresarios más ricos de México y del mundo, cuya riqueza seguramente ha acumulado con el trabajo de los miles de trabajadores mexicanos que laboran en sus empresas? Ahora López Obrador lo elogia y destaca como "un gran empresario". Pero lo que más sorprenden son todos los elogios que hace de Obrador el señor Donald Trump, el orquestador mayor de la "mafia del poder" en México, el mismo que ordenó separar y enjaular a los hijos de los inmigrantes mexicanos por considerarlos poco menos que animales y que por lo mismo ordenó levantar un muro contra los mexicanos. Ya solo con esto, ¿podemos pensar que el nuevo gobierno hará justamente lo contrario de la "mafia del poder"? Veremos.

Y en Colima, ¿ya pasó la tempestad? Al contrario, muy mal andamos, ¿qué podemos esperar, cuando vemos que los morenistas elegidos por el "tsunami", andan buscando cursos en la Universidad para aprender a gobernarnos y legislar? Pero además, ya se dijo que van a desaparecer las delegaciones federales del estado, es decir, se acabó SEDESOL, SEDATU, SAGARPA, SEGOB y otras, a donde los colimenses acostumbraban acudir en busca de empleo temporal, vivienda, fertilizantes, insumos, proyectos y otros apoyos. Se dijo también, que, en lugar de estas, se creará una "súper Delegación" encabezada por la Licenciada Indira Vizcaíno y dos coordinadores de Morena para cada distrito electoral. Se sabe ya, que todos los apoyos federales por haber, bajarán sólo a través de esta súper Delegación y sus coordinaciones, y suponemos, que se harán llegar a los colimenses con fines puramente electorales, buscando desde ahora mantener en el ánimo de los electores, la presencia de la Licenciada Indira, virtual candidata por Morena - u otro partido que se deje, como el PES - a la gubernatura de Colima para el año 2021. ¿No es esto uso electorero de los programas sociales?, ¿acaso no fue esta una práctica característica de la "mafia del poder"? Ojalá me equivoque y que la Licenciada Indira, con su súper Delegación, respete los artículos 8º y 9º de la Constitución.

Finalmente creo, que en México cambiamos de partido en el poder, pero no de clase social. Dos acciones debe cumplir un verdadero cambio: primero, quitar del poder a la clase dominante, es decir, a los ricos que explotan y viven del sudor y la sangre del pueblo; y segundo, llevar al poder a la clase dominada, porque el pueblo necesita gobernar. El 1º de julio el pueblo quitó a "la mafia" del poder, pero no a la clase dominante, que ahora gobernará con López Obrador. No hay duda, en México "llegó la tempestad, pero no la calma".



[1]Loc. Adv. Cambiando lo que se deba cambiar. Real Academia Española.

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