Sin duda alguna todo mundo sabe que las redes sociales son una herramienta importante de difusión; sin embargo, al igual que cualquier otra herramienta esta no es buena en mala por sí misma, sino el uso que se le da. Tal es el caso de lo que sucede en el municipio de Ocoyucan, Puebla, en donde facebook es utilizado por cierto sector de la población -detractor del Movimiento Antorchista y el trabajo que durante años ha realizado esta organización en todas las comunidades de este municipio metropolitano-, para incitar al odio y en varios casos a la agresión directa en contra de las personas que militan y comulgan con los ideales de esta organización.
Ahora bien, veamos el contexto en que se da esto. En la elección de 2013, el antorchismo ocoyuquense apoyó la candidatura del priista Francisco Simarrón, quien al poco tiempo de ganar y una vez incrustado en la silla presidencial se deslindó de nuestra organización y manifestó no tener ningún tipo de relación con ella, porque no quería cumplir sus compromisos de campaña, que no eran otra cosa que atender las necesidades y demandas de la población, lo cual resultó ajeno a sus verdaderos intereses. Para no detallar todo el proceso –difundido ampliamente por diversos medios informativos y no aburrir al lector-, resumiré que a poco más de un año de su mal gobierno y la nula respuesta de autoridades superiores los pobladores instalaron un plantón que duró alrededor de 15 meses para que se removiera a éste del cargo. Pues bien, esto ocasionó que personas que discrepan de la organización tomaran esto como un motivo más para satanizar a Antorcha.
Después, como lo marca la ley orgánica municipal, el presidente sustituto, José Santos Gregorio Técuatl Mejía, quedó al frente de la administración e inmediatamente comenzó a trabajar y realizó 46 y 63 obras durante 2016 y 2017, respectivamente. El trabajo fue notorio: pavimentación de calles, introducción de redes de agua potable, drenaje, fortalecimiento de la infraestructura educativa, entre otras más que por falta de espacio no mencionamos. Pero fueron acciones que materializaron en todas las comunidades beneficiando a cientos de familias. Sin embargo, esto también fue motivo para que los enemigos del progreso continuaran con su campaña permanente de ataques y descalificaciones, y ¿cuál es el argumento medular sobre el que se erige toda esta ola de improperios? Pues no es otra que solo hecho de que el presidente es antorchista, como si eso fuera un pecado o un delito. Una larga y extensa letanía de adjetivos que se nos imputan a los antorchistas, sin que ninguno de los acusantes se tome la más mínima molestia de sustentar sus palabras: asesinos, extorsionadores, rateros, chantajistas, etcétera, son sólo algunos de los más recurrentes ¿y las pruebas? Ni una sola, pero basta con que alguien haga un publicación en Facebook para que más personas sigan agregando, eslabón tras eslabón a la cadena de mentiras e insultos mordaces, ahora bajo el pretexto de no se está de acuerdo en la forma de cómo realiza el trabajo la actual administración antorchista.
Más tarde, ahora en campaña, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rosendo Morales Sánchez, originario de Santiago Coltzingo, Tlahuapan, y que desde hace 29 años realiza activismo en Ocoyucan es el blanco de los ataques de este mismo grupo de personas que a través de las redes se dedica a insultar y denigrar el trabajo del antorchismo.
¿El argumento? Que el candidato es "fuereño", y por tanto no tiene ningún derecho de ser votado, aunque la ley misma otorgue esa facultad a quienes tienen una residencia mayor a seis meses.
Entonces, ante la falta de argumentos sólidos, lógicos y fundamentados, los detractores en un ataque de xonofobia y agresiones fundamentan en razonamientos retrógradas y que incluso van en contra de la propia ley. Lo peligroso de esta campaña es que mediante sus publicaciones y comentarios en dicha red social incitan al odio y al crimen, creando así un clima social de inestabilidad que a nadie conviene por lo lamentable de los resultados que esta pueda traer consigo y de los que nadie se hará responsable si llegan a suceder, pero eso sí, este mismo grupo, estoy completamente seguro por que la realidad así lo refleja, es el mismo que será el primero en imputarnos sus culpas. Y la pregunta del millón ¿por qué tanta agresión contra los antorchistas? ¿Será acaso que ellos son las palomas mensajeras de cierto grupo que ve el poder municipal como algo de lo que son dueños?
Si esto es así, creo que les convendría más decir abiertamente sus intenciones y en el proceso electoral lanzar a su mejor gallo, que la gente decida en las urnas, porque a final de cuentas, el pueblo sabe reconocer a quien verdaderamente lo representa. Y si tienen mejores propuestas que nosotros, si han hecho las cosas mejor que nosotros, el pueblo se los reconocerá. Mientras tanto, será mejor que respiren profundo y no sucumban ante la cólera para evitar problemas de los que después se deban arrepentir.
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