En la comedia La Mandragóra, de Nicolás Maquiavelo, se aprecia de manera brillante la ironía con que miraba a la sociedad de su época, a la que calificaba de imperfecta y sucia, por las que fue criticado. El argumento de la obra giraba alrededor de Callimaco, un joven que recién llega de Paris a Florencia y se enamora de una mujer llamada Lucrecia, casada con el viejo y rico abogado Micer Nicia. Como el abogado quiere tener hijos con Lucrecia, y no puede, acude al doctor; Callimaco se hace pasar por medico para ayudar al afligido marido, diciéndole que su mujer tiene que tomar una poción de mandrágora, logrando así engañar a Nicia y yacer con Lucrecia a quien declara su amor.
Así, vemos como el fraude se convierte en un recurso de las personas a fin de cumplir sus proyectos personales. El engaño se usa para conquistar un fin. En su frase, la política es el arte de engañar, se pretende que las personas confíen en ti y te ganes su confianza, pero al convencer a las personas se hace el arte de engañar, que es prometer y mostrar a las personas una cara diferente de tus intensiones, entonces la política se considera el arte, la habilidad de convencer mediante el engaño.
Y sobre el refrán vuelve la burra al trigo, se utiliza para expresar hartazgo, hastío, cansancio ante una expresión o un acto repetido, incluso cuando ya hemos dado por acabado el asunto o una discusión. Aunque su origen no es del todo conocido, parece que se debe a una pobre mula que volvía, una y otra vez, al campo de trigo, pese a los golpes que recibía del dueño del campo. Los burros son animales dóciles y tercos, es verdad, y eso puede explicar en algo la insistencia del animal en entrar al campo, una y otra vez, pero, además, la pobre debía tener mucha hambre también.
Hace unos días, Alejandro Navarro, presidente municipal de Guanajuato capital, aseguró que tiene la edad, la juventud y la experiencia para ser gobernador del estado. Afirmó que sabe ganar elecciones, incluso se jactó de que esta mejor evaluado que varios secretarios de estado, considerando la encuesta de TAG Research que se publicó en el periódico Correo. La elección será el dos de junio de 2024 y se renovarán los cargos de gobernador, de los 36 diputados estatales y de la presidencia municipal de los 46 ayuntamientos que comprenden el estado.
“Trabajaría de la mano de la sociedad civil y el sector privado en todo el estado. Tal y como lo hemos hecho en la capital, para que todos los municipios aprovechen al máximo su fortaleza económica y atractivos turísticos. Seguiría muy pendiente de la gente que necesita apoyo, para conservar y reforzar los programas sociales que tanto ayudan a las familias guanajuatenses”, afirma.
Pero, sus hechos contradicen completamente sus dichos. Cientos de guanajuatenses pobres siguen en espera de que cumpla su palabra empeñada y que hasta el momento se ha pasado por el arco del triunfo, a pesar de que existe una minuta de acuerdos donde se puntualizan las demandas que se comprometió a realizar. Y no se debe de olvidar, que para hacerlo recobrar la memoria y con ello sus compromisos, de inicio del año, fueron necesarias varios mítines, comisiones presionadoras y marchas por las calles principales del municipio. Fueron cuatro meses de intensa lucha que dieron colonos y campesinos para lograr el compromiso de dotar de servicios básicos a sus comunidades.
Estamos a unos días de que termine el año y todo parece indicar que los guanajuatenses de la capital tendrán que volver a salir a las calles. Si el edil pensaba que su política de engaños y maniobras le funcionaria para que los demandantes renunciaran a su derecho a tener una vida digna, se equivoco.
Para un terco, terco y medio, así que, de nueva cuenta los colonos y campesinos se volverán su sombra hasta arrancarle lo que por derecho les corresponde. Ya es momento, que la clase política renuncie al engaño y la mentira para escalar sus aspiraciones políticas o de lo contrario se irán al basurero de la historia. El tiempo nos dirá que pasará con Alejandro Navarro
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