Andrés Manuel López Obrador, el titular del poder ejecutivo, peligrosamente está concentrando en su persona las facultades de los otros Poderes de la Unión: el legislativo y el judicial.
Nuestro país ejerce el poder público bajo la forma de una República.Este sistema nace como oposición a los modelos de gobierno monárquico, tiránico y despótico en el que el poder se concentra en una sola persona.El representante del espíritu de la República es el filósofo Charles-Louis de Secondat, mejor conocido como Montesquieu y propuso la división del ejercicio del poder público en tres: poder legislativo (que recae en la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores; ellos estudian, discuten, votan y emiten las iniciativas de leyes y su filosofía es representar la voluntad del pueblo expresada a través de las leyes), poder ejecutivo (es el que representa el presidente de la República; ejecuta las leyes aprobadas por el poder legislativo, su obligación es establecer las condiciones para que esas leyes se cumplan, es decir, es el encargado de dar cumplimiento a la voluntad del pueblo) y poder judicial (su facultad es la de impartir justicia).Por ley los tres poderes deben ser independientes entre sí y dos poderes no pueden concentrarse en una sola persona.
El gobierno de la 4T no es el representante del pueblo trabajador, es la cara visible de un sector de la burguesía nacional y extranjera que desplazó del poder de la nación a otro sector de la burguesía nacional y extranjera; por eso el cambio no llegó con Morena.Para mantener este estado de cosas, es decir, el dominio de los intereses de la clase burguesa (acrecentar sus fortunas), la 4T necesita la complicidad de los diputados para torcer la ley en favor de los burgueses y lo está logrando porque Morena es el partido de AMLO y Morena domina la Cámara de Diputados (de 500 curules, 254 son de morena, pero en una vergonzosa complicidad, los demás partidos se transforman en lambiscones aliados de la voluntad del partido oficial convirtiendo a San Lázaro en una burda caricatura del poder legislativo). No es privativo de los tiempos que corren en México que esto ocurra, en los tiempos de esplendor del PRI y del PAN también sucedió.Aquel AMLO tan crítico de los diputados que obedecían a ciegas las instrucciones que salían de Los Pinos, lo vemos ahora convertido en el maestro de "lo que diga mi dedito", borrando de un manotazo la voz del pueblo que debería estar encarnada en los diputados.
Pruebas al canto.Los antorchistas y otras organizaciones sociales vivimos de frente esta traición al pueblo.¿Qué le interesa al pueblo trabajador? Que la riqueza que él produce con sus manos sea programada para obras y servicios de bien social: hospitales, caminos, electrificaciones, cárcamos, escuelas, deportivos, obras de drenaje, perforación de pozos, subsidio de semilla y fertilizante, mejoramiento de los mercados, etc.Para la construcción de grandes obras y servicios, ¿qué puerta puede tocar el pueblo para solicitar presupuesto para la realización de este tipo de proyectos? ¡La Cámara de Diputados! Eso hizo el pueblo, plasmó en un documento las necesidades expresadas y votadas en miles de asambleas realizadas en la ciudad y el campo, las envió al Congreso de la Unión a través de los tres diputados antorchistas.¿Cuál fue la respuesta? ¡Un rotundo "no" a la solicitud de estas demandas, nos tuvieron 20 días en la inclemencia y sobre nosotros cayó, enviada desde Palacio Nacional, una campaña excrementicia con el objetivo de que la opinión pública diera la espalda al campamento de los manifestantes! ¡Lo que para el pueblo organizado y educado fue una lucha legítima por la causa de sus intereses, para el poder legislativo, la supuesta voz del pueblo, fue una manada de borregos al servicio de los chantajes oscuros de líderes sin escrúpulos! ¡A eso nos redujeron los diputados! El poder legislativo dominado por morena no hizo más que obedecer al "dedito" del poder ejecutivo, se embriagaron de traición, convirtieron el recinto de San Lázaro en una verdadera bacanal y celebraron la aprobación del presupuesto de egresos siguiendo al pie de la letra la voluntad de AMLO.López Obrador decidió el ejercicio del presupuesto, no el poder legislativo.
Lo sucedido en diciembre de 2019 es tan solo un botón de muestra del peligro que vivimos los mexicanos, peligro que se agiganta con la emergencia sanitaria por el covid-19.Tenemos un poder legislativo que está a los pies de Palacio Nacional dejando a su suerte al pueblo: sin trabajo, con hambre, en el top de países con mayor número de muertes por el coronavirus, médicos y personal de salud con insumos de lástima para velar por la salud de sus pacientes, los padres de familia no saben cuándo regresarán a clases sus hijos, la juventud entregada a la droga y a la delincuencia, México está bañado en sangre producto de la violencia, la economía mexicana cae en un barril sin fondo, los campesinos no tiene apoyo para trabajar la tierra, los obreros están siendo despedidos o en el mejor de los casos tienen trabajo con salario raquítico.
Antorcha propone la creación de un gran frente electoral encabezado por el pueblo educado y organizado, que una a la gente progresista del país, pero en la que vayan por delante los intereses del pueblo trabajador: empleo para todos, salario digno, leyes fiscales justas y la canalización de la riqueza social en obras y servicios para todos.Para ello el pueblo debe penetrar en San Lázaro con sus representantes en cantidad y calidad para hacer contrapeso al poder que va acumulando el presidente de la república.Los antorchistas debemos demostrar la madurez política alcanzada e influir de manera decisiva en el destino de la patria.2021 está a la vuelta.
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